El ‘informe Letta’ apuesta por crear una Bolsa en la UE para empresas tecnológicas
El político italiano, al que el Consejo Europeo le ha encargado recetas para mejorar la competitividad europea, plantea avances en la unión del mercado de capitales
Enrico Letta lo tiene muy claro: integrar más el mercado único en la UE pasa por avanzar en la unión de los mercados financieros. Por ahí comienza el informe que el ex primer ministro italiano ha preparado por encargo de la Comisión para ahondar en este valioso activo de la Unión Europea. El político italiano no se limita a lanzar ideas generales. Baja al detalle y lo concreto. Así hace al reclamar a las autoridades europeas que “faciliten la creación de una Bolsa de valores de alta tecnología”, según plantea en el informe completo sobre el mercado único al que ha tenido acceso EL PAÍS. Tampoco se olvida el documento, de 147 páginas, de las telecomunicaciones. Sobre este sector, plantea que para 2025 “se desmantelen obstáculos administrativos y legales” con la finalidad de crear una autoridad regulatoria única; o que dos años más tarde se hayan unificado las políticas acerca del espacio radioeléctrico de la UE.
En 2023 el mercado único cumplió 30 años. Fue el logro por el que más se recuerda a quien fuera presidente de la Comisión Europea entre 1985 y 1995, Jacques Delors. Pero esa obra política requiere una puesta al día: “Es producto de cuando la UE y el mundo eran más pequeños, más sencillos y menos integrados, y muchos de los actores clave de hoy no habían entrado todavía en escena”. Esto último va, sobre todo, por China y, en menor medida, por India. Ambos países son el más claro ejemplo de que “el escenario internacional ha cambiado”, lo que subraya “la necesidad de desarrollar un nuevo mercado único”, apunta el documento que ha preparado durante casi un año Letta, quien curiosamente ahora preside el Instituto Jacques Delors.
Siguiendo el razonamiento del informe, dar pasos para avanzar en el mercado interior es necesario para que Europa deje de perder fuerza económica frente a otras áreas del mundo. Este martes el FMI ha constatado que la brecha económica entre EE UU y el Viejo Continente seguirá ampliándose en los próximos años. “Dada la importancia crucial del mercado único para reforzar la competitividad de la UE, es esencial que el Consejo Europeo desempeñe un papel decisivo en el avance de las reformas necesarias”, urge Letta, poniendo deberes a los líderes de la Unión, a los que expondrá su trabajo en el Consejo de este jueves. “El plan debería articular claramente las acciones para eliminar las barreras existentes, promover la consolidación y mejorar la competitividad del mercado único, en línea con las propuestas del informe”, concluye el documento, antes de urgir a ponerse en marcha: “El tiempo de actuar es ahora”.
En los cenáculos de Bruselas preocupa la pérdida de terreno frente a Estados Unidos y China. Europa se ha quedado atrás en empresas de alta tecnología —apenas cuenta con compañías de microprocesadores— y en transición energética, con una alta dependencia del exterior, entre otros asuntos.
Antes de llegar a este punto, Letta despliega una serie de propuestas en las que llega a fijar plazos para su despliegue. Ambición no le falta, aunque el riesgo, como apuntaba un ministro de Finanzas la semana pasada en Luxemburgo, es que tanto de este informe como el que está elaborando Mario Draghi, expresidente del BCE, sobre competitividad, salga un recetario con centenares de propuestas y que después muchas de ellas no tengan recorrido. No sería la primera vez que sucede. Por ejemplo, en 2010, otro italiano, Mario Monti, también ex primer ministro de su país, ya elaboró un informe en el que había 50 propuestas, algunas rudimentarias sobre cómo empezar a construir una unión del mercado de capitales.
14 años después, esa es la primera gran idea fuerza que plantea Letta: integrar de una vez por toda los mercados financieros de los Estados miembros. El fin es movilizar la enorme cantidad de ahorro privado que hay en la UE (lo cifra en 33 billones de euros) y que contribuya a financiar la ingente cantidad de inversiones que hacen falta para no quedarse atrás en la doble transición digital y medioambiental (unos 800.000 millones al año, según la Comisión Europea y el BCE). Con ese fin, pone sobre la mesa la idea que ya lanzó hace un par de meses el ministro francés Bruno Le Maire de “lanzar un producto de ahorro a largo plazo en toda la UE para estimular inversiones minoristas”. También plantea para 2025 “armonizar las regulaciones para permitir a los grandes grupos aseguradores adaptar los requisitos de capital al perfil de riesgo específico de cada entidad” o “implantar un punto de acceso único a los mercados públicos de capitales, diseñado específicamente para las empresas de pequeña y mediana capitalización”. El fin último es evitar la salida anual de unos 300.000 millones de euros para financiar las inversiones en otras economías, principalmente Estados Unidos.
Pero en este capítulo financiero, la recomendación más llamativa de Letta es fomentar la creación de una especie de Bolsa para empresas de alta tecnología “a través de reglas específicas de supervisión”. La finalidad sería doble, por un lado, captar inversión para un sector en el que la UE está muy rezagada en términos generales respecto otras grandes potencias como Estados Unidos y China (ni una sola de las grandes plataformas digitales es europea) y, por otro, “fortalecer la agenda de la autonomía estratégica y la seguridad económica”.
Las finanzas, como las telecomunicaciones, son dos mercados en los que no se puso el énfasis hace 30 años y ahora Letta pide hacerlo. Para eso, el italiano plantea, en el campo de las telecomunicaciones, armonizar regulaciones y, sobre todo, “desmantelar trabas administrativas y legales” de manera que esto conduzca a la creación en 2025 de “una autoridad regulatoria única y un enfoque a dos niveles con las autoridades nacionales existentes”. En la actualidad, la UE tiene, más bien, una asociación de autoridades (BEREC) para coordinarse. La multiplicidad de regulaciones y autoridades regulatorias, no solo en estos campos, también en otros, es una de las causas a las que apuntan los expertos cuando se habla de fragmentación de mercados y la no existencia de campeones europeos capaces de competir en escenarios globales.
Junto a los sectores más clásicos, Letta también se adentra en la integración de segmentos que hasta ahora no suelen aparecer en la lista de tareas pendientes cuando se habla de integrar más el mercado único. Uno de ellos es la sanidad. “No hay un mercado farmacéutico único”, zanja. “Hay que dar prioridad al aumento de la capacidad de producción y la autosuficiencia en materias primas, así como a determinados tipos de medicamentos, vacunas y antibióticos”, expone.
Sí que suelen formar parte de los deberes pendientes, en cambio, las infraestructuras ferroviarias o energéticas. Para las primeras, Letta lanza la propuesta de desarrollar una red de alta velocidad que conecte todas las capitales europeas.
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