La economía española adelanta a Alemania y Francia en la recuperación de la covid

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha defendido que España ya supera en la recuperación económica de la pandemia a Alemania y Francia. Y se acerca mucho a Italia. La economía española se quedó rezagada con la covid debido a su dependencia del turismo y los servicios. Pero el fuerte crecimiento que está experimentado desde entonces ha servido para que, al cierre de 2023, el PIB español adelante al de germanos y galos, comparándolo con 2019. España, menos expuesta a los shocks provocados por la invasión de Ucrania y la crisis energética, ya no es el país a la cola de la recuperación de la pandemia. En su primera comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso, Cuerpo ha subrayado el mérito de que la economía haya logrado salir sin cicatrices del coronavirus, la inflación y las subidas de tipos.

El ministro ha destacado que el crecimiento de la economía española ha sido muy superior al del resto de la zona euro y muy por encima de lo que se esperaba a principios de año. Según ha señalado, el PIB avanza a ritmos cuatro veces superiores al de la eurozona y España crea cuatro de cada diez empleos generados en el área de la moneda única. Además, en su opinión, el crecimiento esta vez no está generando desequilibrios como ocurría en otras etapas. Así, ha incidido en que España es de los países europeos donde antes ha empezado a moderarse la inflación y donde el sector exterior experimenta una mejor evolución gracias a la fortaleza del turismo, la pujanza de las exportaciones de servicios empresariales y la resistencia del comercio de mercancías.

También ha insistido en el descenso producido en la deuda pública sobre PIB y en el incremento de la vida media de los títulos del Tesoro, lo que está permitiendo tener menos que refinanciar cada año y así amortiguar el impacto de las alzas de tipos. Y ha resaltado el aumento de las compras de bonos que hacen los inversores extranjeros ante la retirada progresiva del BCE del mercado.

Dada la pobre evolución de la inversión en los datos del INE, Cuerpo ha recurrido a estadísticas del Financial Times sobre inversiones nuevas, clasificadas en la jerga como greenfield. En estas España sobresale como uno de los países donde más ha habido, solo por detrás de Estados Unidos, Reino Unido y Alemania. Respecto al escaso avance de la productividad, que solo ha crecido un 2% en seis años, el ministro ha explicado que apenas habría sumado un 1% si se hubiese mantenido la misma estructura productiva. Y ha esgrimido un cambio en los sectores que tiran de la economía para argumentar que hay una transformación de la estructura productiva. “La inversión y la competitividad será uno de los ejes prioritarios aprovechando el Plan de Recuperación”, ha declarado.

El titular de Economía ha presentado las prioridades de su departamento durante la legislatura. Su hoja de ruta se basa en tres ejes: cohesión social buscando llegar al pleno empleo; impulso a la competitividad para seguir logrando un crecimiento diferencial y tener una mejor productividad y salarios, y la responsabilidad fiscal.

Pese a hablar de seguir reformando y modernizando la economía, el ministro no ha citado ninguna reforma estructural, algo que se antoja raro en un titular de Economía compareciendo por primera vez al inicio de la legislatura. Nada ha sonado a cambios en profundidad de la legislación. Retomará la Autoridad de Defensa del Cliente Financiero, cuya tramitación había caído en el Congreso con la convocatoria de elecciones. “Seguiremos avanzando en la inclusión financiera”, ha recalcado.

Ha anunciado la creación del Consejo Nacional de la Productividad, que era una exigencia europea y está recogido en el acuerdo de gobierno. La idea es que, entre otras cosas, haga un análisis profundo de la economía, de la transformación del modelo productivo, la carga regulatoria o el impacto de las políticas. Será integrada por investigadores de prestigio y se espera que se apruebe en este trimestre. En esta misma línea se lanzará también la Agencia Estatal de Evaluación de Políticas Públicas, que deberá hacer una valoración de las leyes antes de que se pongan en marcha.

La estrategia de sostenibilidad social de la Sareb será otra iniciativa importante: el ministro puso en valor la regularización de las familias vulnerables que ocupan viviendas del banco malo acompañándolas en un proceso de reinserción; el uso de viviendas de la Sareb para alquiler social y el desarrollo de suelo para construir pisos de alquiler asequible.

Formación

Otro punto que ha destacado es el impulso de la formación y la recualificación. “Es muy importante para acompañar la transformación de la estructura productiva, que haya un mejor casamiento entre la oferta y la demanda y contribuir al objetivo del pleno empleo”, ha expuesto. Se publicará un libro verde de impulso de las finanzas sostenibles con fin de que los agentes privados puedan apalancarse para promover inversiones verdes. Y será esencial el despliegue del Plan de Recuperación y de su adenda con los más de 80.000 millones en créditos. De los 70.000 millones en fondos europeos no reembolsables, ya se ha movilizado la mayor parte y se ha adjudicado aproximadamente el 50%. “Estamos a mitad de partido y llevamos la mitad de la ejecución”, ha dicho. Y ha añadido que se confirma el elevado peso de las pymes en la asignación de estos fondos.

Por otra parte, Cuerpo ha explicado que habría que evitar que sean las familias las que asumen los riesgos de las variaciones de tipos en las hipotecas. Y que por eso se ha establecido que para este año sea gratis el cambio de hipoteca variable a una con tipo fijo o mixta.

En cuanto a la reforma de las reglas fiscales, esta permitirá que haya un ajuste menor en la medida en que no habrá que bajar el déficit de las cuentas hasta un 0,5% del PIB de forma estructural, sino que valdría con reducirlo hasta el 1,5% del PIB. Esta diferencia equivale en euros a unos 15.000 millones con el tamaño actual de la economía y significaría que España se ahorraría ajustar en esa cantidad, apuntó Cuerpo. El problema de esta afirmación es que con el envejecimiento de la población se espera que sea muy difícil estabilizar la deuda y el déficit en el medio y largo plazo. En términos estructurales haría falta recortar el desfase presupuestario bastante por debajo del 1,5% del PIB para hacer frente a esa situación.

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