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Fisuras en el BCE sobre los tipos: Francia y Portugal se abren a rebajas ya en primavera

El sector ortodoxo advierte sobre las subidas salariales para demorar las bajadas del precio del dinero

El gobernador del Banco de Francia, Francois Villeroy de Galhau.
El gobernador del Banco de Francia, Francois Villeroy de Galhau.Reuters
Lluís Pellicer

Las primeras fisuras en el consenso del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) apenas tardaron un par de días en aparecer. Los gobernadores del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, y de Portugal, Mário Centeno, han puesto de manifiesto las divisiones en el seno del órgano de la autoridad monetaria al apostar por no demorar el abaratamiento del precio del dinero. El sector más heterodoxo, de hecho, empieza a apuntar a la reunión de abril para dar ese paso. “Todo estará abierto en las próximas reuniones”, afirmó el francés, sugiriendo incluso un posible descenso en marzo. Sin embargo, el sector más duro del BCE, constituido por los halcones, sigue arrastrando los pies y apuesta por retrasar la primera rebaja hasta verano para contar con más datos sobre la evolución de los salarios en la zona euro.

Los mercados dan por descontado desde finales del año pasado que el próximo movimiento de BCE será una bajada de tipos. La gran pregunta es cuándo se producirá. La jefa del Eurobanco, Christine Lagarde, afirmó que el jueves hubo un “consenso” alrededor de la mesa en que era “prematuro” hablar de bajadas. Sin embargo, las palomas empiezan a mover ficha después de que los halcones hayan impuesto su ley en el seno del Consejo de Gobierno. A tenor de la última comparecencia de Lagarde, los miembros más ortodoxos tampoco ven la reunión de marzo como el mejor momento para decidir. En ese encuentro, los consejeros tendrán nuevas previsiones económicas, pero todavía no contarán con todos los datos sobre evolución de los salarios que Lagarde quiere examinar antes de proponer una reducción del precio del dinero.

Aun así, el gobernador francés no descarta nada. Los últimos datos de actividad económica en Francia y Alemania son desalentadores y los organismos internacionales no hacen sino ir rebajando las previsiones para el conjunto de la zona euro, que vuelve a flirtear con los números rojos. “Tendremos que evitar dos riesgos que se han equilibrado: recortar demasiado pronto y no alcanzar el objetivo [de una tasa de inflación del 2%], pero también actuar demasiado tarde y ralentizar excesivamente la actividad”, afirmó Villeroy de Galhau en una entrevista en La Tribune Dimanche. “En cuanto a la fecha exacta [de las bajadas], nadie está excluido y todo estará abierto en nuestras próximas reuniones”, agregó el compatriota de Lagarde.

La economía europea, de hecho, sigue acusando los efectos de las subidas de tipos, que en poco más de un año pasaron del 0% al 4,5%. La razón es que los expertos consideran que los movimientos en el precio del dinero tardan entre 12 y 18 meses a trasladarse por completo al conjunto de la economía. Por ese motivo, los analistas creen que el BCE debe actuar rápido ante la bajada de la inflación. Centeno afirmó que no ve necesario a esperar a las estadísticas salariales del primer trimestre del año para decidir. “Hay mucha más información, y ser dependiente de los datos no es ser dependiente de los datos salariales... No necesitamos esperar a mayo para tener esa información sobre sueldos para tener una idea de la trayectoria de la inflación”, afirmó Centeno en una entrevista a la agencia Reuters.

Actuar de forma gradual

El portugués advirtió de que el BCE tiene dos opciones: actuar pronto y de forma más gradual o bien tarde y de manera abrupta, como ya ocurrió con el proceso de subida de tipos. “Estoy completamente a favor de los escenarios gradualistas porque tenemos que dar tiempo a los agentes económicos a adaptarse a nuestras decisiones”, sostuvo Centeno, quien abogó por ir reduciendo el precio de dinero en descensos de 0,25 puntos porcentuales de forma continua y sostenida en el calendario.

Los halcones siguen insistiendo en los salarios, a pesar de que hasta ahora no se ha desencadenado ninguna espiral inflacionista. “Ahora tenemos una perspectiva creíble de que la inflación va a volver al 2% en 2025. La única pieza que falta es la convicción de que el crecimiento salarial va a adaptarse a una inflación más baja”, afirmó el gobernador de Países Bajos, Klaas Knot, en una entrevista en la televisión holandesa. También su homólogo de Eslovaquia, Peter Kazimir, vio más probable que la subida sea en junio que en abril. “El progreso que hemos hecho para alcanzar nuestro objetivo podría descarrilar fácilmente”, avisó el eslovaco.

Los mercados de deuda reaccionaron este lunes a las perspectivas de una bajada de tipos más pronta. La rentabilidad de los bonos alemanes retrocedió hasta el 2,3%; la de los españoles, hasta el 3,13%, y la de los italianos, hasta el 3,74%. La próxima pista de la dirección que puede tomar el BCE la dará probablemente esta misma semana la Reserva Federal, de la que se espera que marque el tono de los bancos centrales para 2024.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.
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