Polémica en el BCE: los trabajadores suspenden a Lagarde dentro y fuera de la institución
Un informe del sindicato de la entidad revela que el 50,6% de los encuestados no avala su gestión como presidenta
Lleva años siendo una de las mujeres más poderosas del mundo: como ministra de Finanzas francesa, presidenta del FMI o jefa del BCE. Sin embargo, Christine Lagarde no es tan popular intramuros, entre el personal de los cuarteles generales de Fráncfort. Un informe elaborado por el sindicato del Eurobanco, el IPSO, muestra el descontento del personal con la gestión interna de la francesa. Pero si Jean-Claude Trichet o Mario Draghi podían justificar que descuidaban esa labor para centrarse en las decisiones de política monetaria, a ojos de los empleados, Lagarde no puede hacerlo. De hecho, el 50,6% de los trabajadores que han respondido la encuesta tampoco cree que la jefa del BCE sea una buena presidenta. El informe ha generado malestar en la cúpula de la autoridad monetaria. Una portavoz afirmó que la encuesta es “deficiente” y criticó que aborde cuestiones que no están dentro del ámbito de competencia del sindicato.
Medios de comunicación y analistas europeos publicaron el pasado mes de noviembre sus balances sobre la mitad de mandato de Lagarde. La propia jefa del BCE lo hizo. Y entonó el mea culpa al considerar que Fráncfort debería haber reconocido con mayor celeridad las tensiones inflacionistas, que acabarían por desatar la mayor subida de tipos de la historia de la institución. “Debería haber sido más audaz”, afirmó en una entrevista en Financial Times. Los sindicatos ahora han realizado su examen sobre los primeros cuatro años de la francesa. Y los resultados no son alentadores para la jefa del BCE, a la que sus empleados suspenden tanto dentro como fuera de la entidad.
La encuesta, que avanzó Reuters y a la que ha tenido acceso EL PAÍS, recibió 1.159 respuestas de empleados de la institución, que cuenta con 5.080 trabajadores y becarios, de acuerdo con la propia entidad. Además, 375 personas remitieron comentarios cualitativos. El sindicato IPSO los ha publicado todos, incluso aquellos que critican la encuesta. “Este no es un cuestionario justo […]. Esto es populismo en lugar de una crítica seria”, dice una de las opiniones.
Algunos funcionarios del Eurobanco también advirtieron de que Lagarde recibiría críticas más feroces por ser una mujer. “Nuestras encuestas son criticadas normalmente por el BCE. Esta vez no ha sido diferente”, se defiende en el documento el sindicato, que ha visto cómo esta vez la cúpula de la entidad ha cargado contra el documento al incluir un análisis de la presidencia de Lagarde y su política monetaria.
La encuesta pone de manifiesto la insatisfacción interna que hay con Lagarde. Esta es muy elevada en capítulos como las perspectivas de carrera del personal (81,7% en contra), la protección del poder adquisitivo (77,7%) o la transparencia en los fichajes y la percepción de favoritismo (73,1%). De hecho, la francesa ya se topó con la amenaza del sindicato de ir a la huelga en diciembre de 2022 por la subida salarial que les ofrecía entonces la francesa.
Ahí Lagarde no ha mejorado la actuación de sus antecesores, cuya gestión interna tampoco recibía la aprobación del staff. Sin embargo, tanto Jean-Claude Trichet (64,3%) como Mario Draghi (75,5%) merecían la aprobación de su presidencia. Es decir, su actuación como jefes del Eurobanco. No es el caso de Lagarde: el 50,6% de los encuestados creen que su mandato está siendo “pobre” o “muy pobre”. La mayoría (57,3%) de la plantilla del BCE respalda que Lagarde haya incluido los objetivos climáticos dentro del mandato de la entidad. Sin embargo, el 63,9% no cree que la francesa haya reforzado la reputación de la institución y el 53,5% no considera que sea la presidenta adecuada para este momento.
“Mal uso de los recursos”
La presidenta no sale mejor parada en los comentarios, que respondieron un grupo ya más reducido de empleados. Según el documento elaborado por el sindicato, los trabajadores califican, en general, a Lagarde de “líder autocrática” que frecuenta “con demasiada frecuencia el ámbito político”. “Los encuestados también informan de su percepción de que estaría haciendo un mal uso de los recursos de la institución para mejorar su propia imagen personal, posiblemente para su próximo paso profesional”, afirma el texto, que añade: “Una minoría de los encuestados se sienten inspirados por ella y elogia su capacidad de comunicación externa”.
Una portavoz del BCE replicó el documento: “El presidente y la junta están plenamente centrados en su mandato y han implementado políticas para responder acontecimientos sin precedentes en los últimos años, como la pandemia y las guerras”. Y añadió: “El BCE recibe información de su personal a través de encuestas periódicas que se realizan de acuerdo con estándares profesionales, y continuará haciéndolo”.
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