España intenta mitigar el recorte de días de pesca en el Mediterráneo
La Comisión Europea propone una rebaja del 9,5%, tasa que tanto el Gobierno como Francia e Italia ven difícil de asumir
Las negociaciones sobre las cuotas anuales de pesca en la Unión Europea siguen teniendo en el Mediterráneo uno de los puntos más difíciles para España. El ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, encadenó este lunes el segundo día de intensas negociaciones en Bruselas junto con sus pares europeos del ramo para acordar las cuotas de 2024 con una píldora amarga que se repite: la insistencia de la Comisión Europea en rebajar fuertemente el esfuerzo pesquero (días en el mar) en el Mediterráneo, hasta un 9,5% adicional para el año que viene, y la pugna de los países más afectados, Francia e Italia junto a la flota española, luchando por reducir ese tijeretazo.
Fuentes del Ministerio de Pesca español confirmaron a última hora de la tarde del lunes que parte de los esfuerzos se centraban en minimizar o amortiguar el recorte de días y actividad en una flota como la mediterránea que, recordaban, está ya muy afectada por los ajustes sucesivos de años previos. Un pulso que tenía, a última hora de esta jornada, todavía un final indeciso, pese a que, al iniciar las sesiones, Planas se había mostrado “moderadamente optimista” sobre unas negociaciones que llegaron, por una vez, más avanzadas de lo esperado en otros de los capítulos clave, las negociaciones con los países no europeos, especialmente Reino Unido y Noruega.
De hecho, destacaban durante la jornada fuentes conocedoras de la negociación, es la primera vez desde el Brexit que los resultados de las negociaciones con los antiguos socios británicos están concluidas incluso antes de que se abriera el último Consejo de Pesca del año, el domingo. El acuerdo bilateral con Reino Unido y con Noruega, así como el tripartito con los dos países no miembros —pero socios clave de la UE en materia de pesca— fue anunciado el viernes. Un hito porque, tal como recordó la Comisión Europea, “los stocks negociados con los países no miembros de la UE representan una amplia mayoría de los stocks de interés para la UE”.
Planas también celebró el rápido cierre del acuerdo con Reino Unido, que garantiza los derechos de pesca de los pescadores de la UE en el Atlántico y el Mar del Norte, y que este 2024 afectará a unas 100 poblaciones de peces compartidas, especialmente el total admisible de capturas (TAC) o las cantidades máximas de pescado de poblaciones específicas que se pueden capturar, así como los respectivos derechos de pesca de cada parte.
Casi tan predecible como las luces de Navidad, una señal segura en Bruselas de que las fechas festivas de fin de año se acercan es la celebración del Consejo de Agricultura y Pesca, a mediados de diciembre, donde se negocia intensamente cuánto, cómo y dónde se podrá pescar durante los 12 meses próximos. El tira y afloja se centra en los denominados Totales Admisibles de Capturas (TAC), las cantidades máximas de peces de áreas específicas que puede capturar el conjunto de la UE, y las cuotas o asignaciones para cada Estado miembro para el Atlántico y el mar del Norte. También se negocia un acuerdo sobre las oportunidades pesqueras en el mar Negro y Mediterráneo para el año siguiente, que es donde España suele intentar negociar más duro.
Frente a las propuestas de reducción de actividad que propone siempre Bruselas, “nosotros hemos preferido introducir medidas de selectividad que reduzcan esta presión de los días y, también, medidas compensatorias económicas”, explicó Planas.
Cuotas plurianuales
De cara a 2024, también se quieren intentar fijar por primera vez para algunas poblaciones de peces del Atlántico cuotas plurianuales que cubran dos o hasta tres años, con una reducción “para garantizar que las capturas sean sostenibles a largo plazo”, según explicó la Comisión Europea al presentar su propuesta, a finales de octubre. Las poblaciones afectadas, de acuerdo con el documento presentado por Bruselas, son las de solla (oeste de Irlanda), merlán y abadejo (golfo de Vizcaya), solla (aguas ibéricas), cigala (golfo de Vizcaya, unidad funcional 25), lenguado europeo (aguas irlandesas) y lenguado europeo (aguas ibéricas).
La presidencia española había manifestado su esperanza de cambiar la tradición maldita (tanto para los negociadores como para la prensa que espera a veces durante toda la noche conocer las tablas comparativas de cuotas de cada pescado) de alargar las negociaciones hasta altas horas de la madrugada (o incluso el día siguiente). Pero finalmente, la complejidad de las discusiones volvieron a alargar hasta casi el infinito los encuentros antes de poder anunciar un acuerdo
Además del tradicional pulso entre Estados y la Comisión, este año rondaba una preocupación adicional: la decisión que el 11 de enero debe adoptar el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) sobre las posibilidades de pesca. Aunque se trata de un caso concreto, el de Irlanda, y de unas TAC también concretas, hay preocupación por el eventual impacto que la decisión pueda tener en este tipo de negociaciones, sobre todo en materia de las cuotas plurianuales.
Aunque sus conclusiones no son necesariamente vinculantes y el TJUE puede acabar emitiendo una decisión diferente, la abogada general, en sus conclusiones ya publicadas, consideró que el acuerdo sobre las posibilidades pesqueras en 2020 era inválido en lo que se refiere a capturas de bacalao, merlán y solla en aguas que rodean a Irlanda y entre esa isla y Francia, debido a que fijaba posibilidades de pesca por encima de cero. Algo que, según Planas, no deja margen de maniobra de negociaciones en posibilidades de pesca superiores a cero. El ministro ha adelantado que la presidencia rotatoria española ha “circulado un borrador de declaración” de cara a la próxima sentencia que se buscaba adoptar para afrontar una decisión judicial que “puede marcar el grado de capacidad de decisión de los ministros respecto de las propuestas de la Comisión y su fundamento científico”.
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