Repsol avisa de que el impuesto a las energéticas “condiciona” sus inversiones en España
La petrolera gana 2.785 millones entre enero y septiembre, el segundo mejor resultado de su historia aunque un 14% menos que en el mismo periodo del año pasado
Suma y sigue. La primera petrolera española, Repsol, se anotó un resultado neto de 2.785 millones de euros en los nueve primeros meses de 2023, el segundo mejor resultado de su historia en ese periodo, tras el cosechado justo un año antes. La diferencia con entonces estriba en los precios del crudo y el gas, que hoy son sustancialmente más bajos incluso tras el episodio de nerviosismo derivado de la guerra abierta entre Israel y Hamás. El mercado de combustibles fósiles, proyecta la compañía, “seguirá caracterizado en los próximos meses por la volatilidad derivada del convulso escenario geopolítico”. Pese a estos buenos resultados, la empresa que preside Antonio Brufau ha condicionado sus futuras inversiones en España a la continuidad o no del impuesto extraordinario sobre las energéticas, que ha tachado de “ilegal” e “inconstitucional”.
La compañía que dirige Josu Jon Imaz invirtió 4.362 millones entre enero y septiembre, un 82% más, “principalmente en España (41% del total) y Estados Unidos (37%), y en consonancia con la intención de destinar un 35% a proyectos bajos en carbono”. Las otras partidas que más han crecido al son de las ganancias han sido la recompra y posterior amortización de acciones propias (una forma de retribuir al accionista, al elevar el valor de los títulos que quedan en circulación) y el dividendo, que en lo que va de 2023 crece hasta los 0,7 euros por acción, un 11% más. Los títulos de Repsol, sin embargo, han cerrado la sesión de este jueves con un retroceso del 1,5%.
“En un entorno volátil como el actual estamos obteniendo resultados sólidos, aumentando la retribución a nuestros accionistas y apoyando a nuestros clientes”, apunta Imaz en la nota remitida por la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en la que califica el ejercicio como “de profunda transformación”. La deuda neta cerró septiembre en 1.855 millones de euros, 326 menos que un año antes, dejando atrás el fuerte aumento durante la pandemia, cuando las pérdidas se multiplicaron. Eso es, hoy, pretérito.
Amenaza por el impuesto extraordinario
El pacto entre PSOE y Sumar para seguir aplicando al menos un año más el impuesto sobre bancos y energéticas escuece en Méndez Álvaro. “La posibilidad de que se mantenga un gravamen a las compañías energéticas, que se ideó como temporal y extraordinario, castiga a las empresas que, como Repsol, invierten en activos industriales, generan empleo y garantizan la independencia energética del país. En cambio, favorece a los importadores que no generan empleo ni actividad económica relevante en España”, critica la empresa, que avisa de que la “falta de estabilidad regulatoria y fiscal” podría condicionar los futuros proyectos industriales [de la compañía] en España”.
El jefe de la petrolera, Josu Jon Imaz, ha ido un paso más allá horas después, en la conferencia con analistas: “Es un impuesto discriminatorio, ilegal e inconstitucional. Hay negocios [de Repsol], como el de la química, que están pagando este impuesto y eso hace que tengan dificultades a la hora de competir en el mercado internacional”. En su boca, el aviso a navegantes al Gobierno que contenía la nota remitida al regulador bursátil se torna más bien en amenaza: “Condiciona nuestras inversiones futuras [en España]: antes de tomar una decisión de inversión, miraremos el entorno regulatorio. Seré claro, cristalino: si no vemos estabilidad, tomaremos decisiones”. Una idea que ha repetido hasta en tres ocasiones a lo largo de la charla con quienes siguen el día a día del valor. La compañía calcula en algo más de 300 millones de euros su coste en 2024, de seguir activo el impuesto —como figura en el acuerdo de coalición entre PSOE y Sumar—.
“Oportunidades” en Venezuela
La producción media de hidrocarburos de Repsol ascendió a 600.000 barriles de crudo al día entre enero y septiembre, un 10% más que en el mismo periodo de 2022. “En Venezuela, el alivio de las sanciones por parte de Estados Unidos proporciona oportunidades futuras de desarrollo de mayor actividad y creación de valor en el país”, se lee en el comunicado de la energética. “Entre otros aspectos, aumenta la disponibilidad de crudo pesado para las refinerías de la compañía, que cuentan con características diferenciales para obtener mayor rendimiento de este tipo de petróleo”.
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