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Las empresas familiares piden “evitar la polarización y apostar por la moderación y el diálogo”

El presidente del IEF, Andrés Sendagorta, advierte sobre el riesgo de gravar más el empleo en un contexto de falta de mano de obra

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el lehendakari, Oñigo Urkullu, y el presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Andrés Sendagorta.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el lehendakari, Oñigo Urkullu, y el presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Andrés Sendagorta.Luis Tejido (EFE)
Jesús Sérvulo González

Las empresas familiares advierten del riesgo de aumentar las cargas fiscales sobre el empleo. “Es preciso incentivar el empleo, y gravarlo no parece la mejor manera de conseguirlo”, ha proclamado Andrés Sendagorta, presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), durante la inauguración del XXVI congreso nacional de la institución, que reúne a algunas de las mayores empresas del país. El foro, que se celebra esta semana en Bilbao, ha contado con la participación del Rey y la intervención de destacados empresarios españoles. “Revisemos la fiscalidad para conseguir, entre todos, que el salario neto que llega al bolsillo de los trabajadores esté lo más cerca posible del coste bruto que asumen las empresas”, ha agregado Sendagorta, quien también dirige la multinacional vasca de ingeniería y tecnología Sener. La reforma de las pensiones aprobada por el ministro José Luis Escrivá ha propiciado una subida de las cotizaciones sociales y se espera un mayor aumento en los próximos años conforme se vayan ampliando los desequilibrios del sistema de la Seguridad Social. Además, el próximo Gobierno tiene pendiente abordar una reforma fiscal que tendrá como objetivo aumentar los recursos públicos para ir saneando las cuentas de las Administraciones. “En todo caso, no perdamos nunca de vista el radar de la productividad, factor clave para mantener nuestra capacidad de competir”, ha añadido Sendagorta durante su discurso en el foro patrocinado por KPMG y el Banco Santander.

Este año concluye el mandato del directivo vasco al frente de los empresarios familiares, y en su discurso han aparecido referencias al contexto político. “Evitemos la polarización y apostemos por la moderación y el diálogo, para que nos permitan construir un marco de relaciones estables que proyecten nuestro país y nuestras empresas hacia un futuro a largo plazo”, ha manifestado Sendagorta. “Es vital recuperar y reforzar el sentido de la institucionalidad. Es tarea de todos hacer más fuertes todas las instituciones que nos representan y nos vertebran como sociedad”, ha dicho en plenas negociaciones entre los socios del Gobierno en funciones, y con los partidos nacionalistas, para tratar de apuntalar la investidura de Pedro Sánchez. En estas, también se ha tratado de buscar la complicidad de los agentes sociales. “Tengo la impresión de que se destina más tiempo en nuestro debate público a subrayar rasgos ideológicos que a apuntar los objetivos reales”, ha insistido.

El rey Felipe, que ha pronunciado el discurso inaugural del congreso, ha indicado que “ante la incertidumbre y los desafíos, las empresas deben formar parte de la solución, en cualquier circunstancia y cualquier situación”. Una frase que ha generado varias interpretaciones. Y por la que los empresarios han brindado su apoyo explícito al jefe del Estado con una sonora ovación. “Es lo único que nadie discute”, ha señalado uno de los empresarios más importantes de España. Felipe VI ha puesto el énfasis en la dificultad que tienen las compañías ubicadas en sitios más aislados o alejados de núcleos de población. “Para motivar a estas personas hay que ofrecer facilidades, entre ellas, servicios de calidad, educación para sus hijos, sanidad, infraestructuras. Y sabemos que no es sencillo y que no depende solo de las empresas”. Y ha valorado el papel de las empresas: “juntos contribuís a resolver problemas y sois los auténticos artífices del desarrollo económico”.

Durante su intervención, Sendagorta ha enumerado los cuatro desafíos que a su juicio afectan a la empresa familiar: la dificultad para encontrar trabajadores, la formación, la conciliación del trabajo con la vida familiar y la comunicación para transmitir a la sociedad el papel de las compañías. Pero sobre todas ellas, el ejecutivo vasco ha destacado la falta de mano de obra. “Estamos presenciando en España una acusada dificultad para disponer de perfiles profesionales adecuados que incorporar a nuestras empresas. Nos faltan ingenieros e informáticos, pero también personas que trabajen en el mundo de la hostelería o el mundo industrial”, ha avisado el presidente de la organización de empresas de la que forman parte Inditex, Mercadona, Acciona, Puig o Gestamp, entre otras. “En definitiva, el reto por atraer y retener en nuestras empresas a personas con talento se ha convertido en una prioridad de primera magnitud, reto que debemos convertir en una gran oportunidad”, ha añadido.

El rey Felipe VI (a la derecha) saluda al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (izquierda), en presencia del lehendakari, Íñigo Urkullu, a su llegada para presidir la ceremonia de inauguración del XXVI Congreso Nacional de la Empresa Familiar, este lunes en Bilbao.
El rey Felipe VI (a la derecha) saluda al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (izquierda), en presencia del lehendakari, Íñigo Urkullu, a su llegada para presidir la ceremonia de inauguración del XXVI Congreso Nacional de la Empresa Familiar, este lunes en Bilbao. Luis Tejido (EFE)

Y en esa situación, el representante de los empresarios familiares ha incidido sobre los costes laborales y la tributación. “Revisemos también los salarios, sin más límite que mantener el listón de la competitividad, esencial para la continuidad de nuestras empresas”, ha apostillado en referencia a las vacantes de trabajo sin cubrir, pero con las subidas del salario mínimo (SMI) en la cabeza. En la pasada legislatura el salario más bajo se ha incrementado un 47% desde los 735,9 euros al mes en los que estaba a finales de 2018 hasta los 1.080 euros que ha alcanzado en 2023. La patronal española (CEOE) rechazó la última subida del 8% en el SMI acordada entre el Gobierno y sindicatos para este año. Sin estas mejoras, los trabajadores peor retribuidos hubieran sufrido más ante la crisis de la pandemia y la pertinaz subida de los precios de los últimos años. Sin embargo, la patronal alcanzó el pasado mayo un acuerdo con los sindicatos (UGT y CC OO) para subir los salarios entre un 10,33% y un 13,56%, dependiendo de la inflación, para tratar de amortiguar la pérdida de poder adquisitivo de los últimos años.

El debate sobre la falta de mano de obra está tomando cuerpo en los últimos meses. El Gobierno ha reconocido a Bruselas que el mercado laboral español no es capaz de cubrir todas las vacantes de trabajo que ofrecen las empresas por “tensiones demográficas”. Así lo reconoció la semana pasada en el plan presupuestario enviado a la Comisión Europea donde admitió que se está reduciendo la población en edad de trabajar en proporción a la población total debido al envejecimiento y, en consecuencia, afloran “tensiones entre la demanda y la oferta de trabajo”.

El ministro de Seguridad Social en funciones, José Luis Escrivá, también ha intervenido durante la jornada. Ha destacado que en los últimos años estas empresas han creado 900.000 empleos netos. El responsable de las pensiones en España ha subrayado la capacidad inversora de las empresas familiares sin incurrir prácticamente en deuda. Escrivá ha tratado de limar asperezas con el colectivo al alabar el papel de las sociedades de origen familiar en la economía española.

Ausencia de Sánchez

Se trata de la quinta edición en la que Pedro Sánchez rehúsa acudir a este cónclave empresarial. Un foro que hasta entonces había contado con la presencia del presidente del Gobierno en casi todas sus ediciones. Las empresas familiares representan en España el 70% del empleo y el 60% del PIB. La ausencia de Sánchez escuece especialmente en un colectivo que se siente abandonado y señalado desde el Consejo de Ministros. Las desavenencias entre Sánchez y los empresarios se empezaron a visibilizar en 2018 durante la reunión del IEF celebrada en Valencia cuando los asistentes recibieron con un crítico silencio el discurso pronunciado por Sánchez. El presidente socialista acababa de desembarcar en La Moncloa y pronunció un duro discurso en el que reprendió a los empresarios por pagar pocos impuestos. Desde entonces, la distancia entre los empresarios y el jefe del Ejecutivo se ha ido ampliando.

El congreso de la empresa familiar es probablemente el foro empresarial más importante de España. En esta edición han escogido el lema: La Fuerza de las Personas con el objetivo de expresar la idea de que son las personas las que con su trabajo, su talento y su ilusión hacen avanzar a este país, y que las empresas familiares constituyen uno de los lugares donde estas se encuentran y se desarrollan.

Durante la primera jornada del foro de empresarios, la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, ha mantenido un diálogo con la vicepresidenta y consejera delegada del grupo Iberostar, Sabina Fluxá. Botín ha advertido sobre la necesidad de adaptación de las organizaciones ante un mundo cambiante. “Dentro de cinco o seis años se va a producir un cambio radical en nuestra sociedad por la tecnología y el cambio climático”, ha explicado. “No hay un conflicto entre beneficios empresariales y ser socialmente responsable”, ha recalcado.

También ha intervenido Juan José Cano, presidente de KPMG en España, quien ha propuesto crear un Ministerio del Talento para que el desarrollo y la gestión de las personas sea una prioridad estratégica en nuestro país. El ejecutivo de la consultora internacional ha precisado que lejos de crear una cartera más, sería conveniente que un mismo departamento aborde los temas de Trabajo, Educación o incluso Igualdad para garantizar la empleabilidad del futuro e impulsar el crecimiento de las empresas.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.
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