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El Gobierno admite falta de mano de obra por las tensiones demográficas

La llegada de inmigrantes ayuda a minimizar el problema, señala el Ejecutivo en el Plan Presupuestario enviado a Bruselas

Un grupo de operarios en los alrededores del Santiago Bernabéu en Madrid, este miércoles.
Un grupo de operarios en los alrededores del Santiago Bernabéu en Madrid, este miércoles.Jaime Villanueva

El Gobierno reconoce que existe falta de mano de obra por las tensiones demográficas. Así lo señala en su Plan Presupuestario que envió este domingo a Bruselas. El documento afirma que se está reduciendo la población en edad de trabajar en proporción a la población total debido al envejecimiento y, en consecuencia, habla de “tensiones entre la demanda y la oferta de trabajo”. Es decir, admite que hay un problema de vacantes pese a la posición en contra que ha estado exhibiendo hasta ahora el Ministerio de Trabajo, que negaba la existencia de esta situación. El Ejecutivo destaca que una vía para minimizar este problema son los flujos migratorios. Es más, precisamente esta llegada de inmigrantes es la que está haciendo crecer el número de habitantes en España a un ritmo muy superior a la media histórica. Según el papel, están cubriendo puestos con una mayor diversificación que antes de 2008, cuando se concentraban sobre todo en la construcción.

Entre julio de 2022 y julio de 2023 la población aumentó un 1,1%, una tasa que solo se superó en los años de la burbuja inmobiliaria y que es similar a las que se registraron en las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo pasado. Este crecimiento se explica fundamentalmente por la inmigración. En 2022 el INE calcula que hubo una entrada neta de más de 500.000 extranjeros. Y en 2023 se superarán los 600.000. Este aumento de la población foránea está compensando la evolución de la población española, que lleva contrayéndose de forma vegetativa desde 2015. La cifra de españoles está cayendo ahora mismo a razón de unas 100.000 personas al año.

“La demanda de flujos migratorios se ve impulsada por el cambio demográfico y la evolución positiva del mercado laboral”, sostiene el Plan Presupuestario remitido a la Comisión Europea. Y añade que “el aumento de la relación entre la población total y la población en edad de trabajar genera tensiones entre la demanda y la oferta de trabajo en la economía”. Si bien matiza que esta tendencia es más moderada en España que en el resto de la UE porque el ciclo demográfico español marcha con retraso respecto al europeo. Mientras que en Europa la explosión demográfica comenzó tras la Segunda Guerra Mundial, en España la generación del baby boom comprende a los nacidos entre 1956 y 1979, los años en los que los nacimientos superaban los 600.000 anuales.

El coste por hora trabajada crece un 5,4% anual en el tercer trimestre
Un obrero trabaja en la construcción de una vivienda en Menorca, en agosto.David Arquimbau Sintes (EFE)

Aun así, esta tendencia se aprecia de manera mucho más nítida, dice el documento, si se utiliza una definición más estrecha de la fuerza laboral, cogiendo a los tramos entre 25 y 55 años, que poseen las mayores tasas de actividad. Ahí sí que se ve con más claridad que hay más población por cada persona en edad de trabajar. La relación está en estos momentos en cerca de 2,4 personas por cada individuo con edades entre 25 y 55 años.

“Una vía natural de minimizar las tensiones de demanda de mano de obra es el incremento de los flujos migratorios, fenómeno que se está materializando en España”, explica el Ejecutivo. El Ministerio de Seguridad Social ha defendido que se faciliten los procedimientos para traer trabajadores foráneos para aquellas áreas donde hay necesidades. Sin embargo, ha tenido la oposición de Trabajo. Al final, tras muchas vicisitudes, el departamento que encabeza José Luis Escrivá logró ampliar el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura a ciertos oficios técnicos de la construcción.

Un dato muestra que se ha intensificado la llegada de inmigrantes al mercado de trabajo: de los 1,25 millones de nuevos ocupados que se contabilizan desde 2019, casi medio millón son extranjeros, un tercio del total según la Encuesta de Población Activa (EPA). El documento del Gobierno indica que la ocupación extranjera se caracteriza ahora porque trabaja en una mayor diversidad de sectores. Así, respecto a 2007, se ha reducido en un 58% la ocupación en construcción, mientras sube un 30% en los servicios distintos de la hostelería. Y también presenta una mayor movilidad geográfica que los nacionales: en el último año un 7,4% ha cambiado de municipio de residencia frente al 1,9% de españoles que lo han hecho.

Asunto espinoso

El debate sobre la existencia o no de falta de mano de obra es, como tantos otros, un asunto espinoso en el seno del Gobierno. El ministerio que dirige José Luis Escrivá viene admitiendo desde hace tiempo la falta de trabajadores en algunos sectores de actividad. De hecho, este departamento también aprobó en junio una rebaja de los requisitos de formación para regularizar extranjeros y poder cubrir vacantes. Por el contrario, los responsables del ministerio de Trabajo, con las cifras de la estadística del INE y de Eurostat en la mano, argumentan que España —con unas 149.000 vacantes en el tercer trimestre en un mercado con 21 millones de trabajadores— está a la cola de los Estados europeos con problemas para cubrir las ofertas de empleo. A esto se suman las quejas de los sindicatos, que esgrimen la existencia de casi tres millones de desempleados, para los que demandan formación, colocaciones y mejores sueldos.

Sin embargo, las empresas y, sobre todo, algunas patronales, como las de la construcción, la hostelería o el campo, son las que llevan más tiempo dando la voz de alarma porque no encuentran trabajadores. Un reciente informe elaborado por la patronal de pequeñas y medianas empresas (Cepyme) sobre El reto de las vacantes en España asegura que el 71% de estas compañías tienen dificultades para encontrar a los empleados que necesitan. Y argumentan que esta falta de mano de obra tiene muy diversas causas, algunas de ellas complejas de solucionar.

Uno de estos motivos es, como argumenta el Gobierno en su Plan Presupuestario, el demográfico, ya que en los últimos 20 años, aunque la población total ha crecido un 13,4%, el grupo de los que tienen entre 16 y 24 años ha descendido un 10%, con casi medio millón de jóvenes menos que entonces. En segundo lugar, la falta de formación adecuada, sobre todo en profesiones más tecnificadas, es la que determina la existencia de vacantes que las empresas no pueden cubrir. En general, los expertos señalan que abunda la formación en carreras de letras y en cambio escasean los que cursan la FP. De hecho, la última encuesta del Banco de España a las empresas del tercer trimestre indica que la mitad de ellas apunta a la ausencia de trabajadores con la cualificación necesaria. En tercer lugar, existe un claro problema de despoblación, que golpea al 40% del territorio y donde la cuestión ya afecta a casi todos los sectores.

“Con las vacantes se da una fenomenología muy compleja”, asegura el director del Adecco Group Institute, Javier Blasco. Según explica, hay sectores como la agricultura, la construcción y parte de la industria que tienen claros problemas de relevo generacional, porque a la falta demográfica de jóvenes se añade que este colectivo tiene la idea de que los trabajos en esas actividades son penosas y mal pagadas. “Y eso no es así, ni mucho menos, sobre todo porque son trabajos que están cada vez más tecnificados”, añade Blasco, quien cree que la solución a este problema pasa por una mayor orientación formativa y laboral.

Además, apunta a otras dos variables que explican la falta de mano de obra: “La excesiva moderación salarial de algunas profesiones, como los ingenieros, que viven una pseudo precarización, sobre todo de la parte retributiva, que no es buena”. Y, finalmente, se refiere a los problemas de despoblación combinados con la escasísima movilidad geográfica de los trabajadores en España. “Hay un mal reparto territorial de la oferta formativa, porque los centros de formación industrial, por ejemplo, siguen estando solo donde están los centros de producción, eso es un error”, concluye Blasco.

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