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El sindicato de los trabajadores del motor convoca un paro por sorpresa en la mayor y más rentable planta de Ford

Los 8.700 trabajadores de la fábrica de Kentucky, que genera 25.000 millones de dólares al año, secundan un paro que obedece, según el sindicato, al estancamiento de las negociaciones

María Antonia Sánchez-Vallejo
Trabajadores se manifiestan en apoyo de los huelguistas en la planta de ensamblaje de Ford de Louisville (Kentucky), el 21 de septiembre.
Trabajadores se manifiestan en apoyo de los huelguistas en la planta de ensamblaje de Ford de Louisville (Kentucky), el 21 de septiembre.STRINGER (REUTERS)

Ford Motor se ha convertido este miércoles en objetivo redoblado de la huelga convocada por el sindicato United Auto Workers (UAW, en sus siglas inglesas) después de que los trabajadores de su mayor planta, una fábrica de camionetas muy rentable situada en Kentucky, secundasen un paro general convocado de repente. Lo que empezó siendo a mediados de septiembre una huelga selectiva, que ha contado con el mismísimo presidente Joe Biden como principal apoyo, juega ahora al factor sorpresa, máxime cuando la semana pasada el sindicato defendió su estrategia gradual en la mesa de negociaciones y renunció a ampliar la convocatoria de la huelga.

En un movimiento imprevisto, pues, y mediante un post en las redes sociales, el potente sindicato que representa a los trabajadores de la industria de la automoción ha anunciado en la noche de este miércoles el paro de 8.700 trabajadores en la planta de camiones de Ford en Kentucky. La planta genera unos ingresos de 25.000 millones de dólares al año y fabrica la versión más cara de la camioneta Super Duty de la serie F, así como el Lincoln Navigator y los grandes vehículos deportivos utilitarios Ford Expedition, muy populares en EE UU.

El momento elegido por el sindicato rompe con las anteriores prórrogas de la huelga, que dura ya 27 días y que el presidente de la UAW, Shawn Fain, ha ido anunciando en reuniones informativas programadas para los viernes. El sindicato ha informado en un comunicado de que la huelga contra la planta de Kentucky “se convocó después de que Ford se negara a hacer más movimientos en la negociación”.

Se trata del movimiento más audaz de la UAW desde que inició la huelga contra Ford, General Motors y Stellantis el pasado 15 de septiembre; una convocatoria histórica con repercusiones laborales, industriales y políticas (la presencia de Biden en uno de los piquetes fue munición electoral para los republicanos). Los trabajadores de Ford en Kentucky se unen ahora a otros 25.000 miembros de la UAW que ya habían abandonado sus puestos en cinco plantas de montaje y 38 instalaciones de distribución de piezas, tal es el alcance de la movilización. Fain está adoptando un enfoque sin precedentes en las negociaciones contractuales y ha aumentado la presión sobre los fabricantes de automóviles amenazando con ampliar la huelga a nuevas plantas cada semana si las conversaciones no avanzan.

Según fuentes cercanas a la negociación recogidas por la agencia Bloomberg, la UAW considera que la última oferta de Ford no supone ningún avance en comparación con la propuesta de la empresa de hace dos semanas. En un comunicado emitido tras la convocatoria de huelga, Ford ha calificado la decisión del sindicato de “gravemente irresponsable” y asegurado que tiene “graves consecuencias para nuestra plantilla, proveedores, concesionarios y clientes comerciales”.

Las acciones de Ford cayeron ligeramente en las últimas operaciones tras el cierre de los mercados. Los valores acumulan fuertes caídas desde julio por la incertidumbre acerca de las negociaciones.

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