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BMW apuesta por un “aterrizaje lento” en el fin de los coches de combustión

El presidente del consejo de administración de la firma automovilística, Olivier Zipse, afirma que la actual normativa Euro 7 “es un gran riesgo para Europa”

Josep Catà Figuls
El presidente del grupo BMW, Olivier Zipse, saluda al Rey Felipe VI en la visita de este miércoles.
El presidente del grupo BMW, Olivier Zipse, saluda al Rey Felipe VI en la visita de este miércoles.Juan Carlos Hidalgo (EFE)

La industria automovilística está enfrascada en la transformación eléctrica de sus modelos, y algunos fabricantes ya han puesto fecha final a la producción de coches de combustión. No es el caso de BMW, que prefiere pensar el futuro de los motores de gasolina y diésel como un “aterrizaje lento”, y no como un final abrupto. Así lo ha expresado este miércoles el presidente del Consejo de Administración de la firma alemana, Olivier Zipse, en un encuentro con EL PAÍS y otros medios de comunicación, en el que ha presentado la estrategia para la próxima generación de vehículos de la marca, ha defendido una coexistencia entre los modelos eléctricos de batería con su apuesta por modelos que funcionen con pila de hidrógeno, y ha reclamado una regulación “razonable” en Europa.

En su primera visita a España, Zipse —que asumió el cargo de presidente del Consejo de Administración de BMW en 2019 después de toda una carrera desarrollada en la firma alemana— ha visitado al Rey Felipe VI en La Zarzuela, se ha reunido con el presidente del Real Madrid —club con el que tiene un acuerdo de asociación— y ha celebrado el encuentro con medios de comunicación en el Teatro Real —donde se entrega cada año el premio BMW de Pintura—. Zipse ha destacado que el mercado español está en buena forma pese a las circunstancias: “Es un contexto complejo, el mundo justo sale de la pandemia, y en este país estamos teniendo buenos resultados, también en la parte de los coches eléctricos, pese a la falta de infraestructuras para este segmento. El equipo está contento y el año que viene volveremos a tener los niveles de 2019″. El grupo BMW (que incluye los modelos de esta marca, los de Mini y los de Rolls Royce) vendió 2,4 millones de vehículos en 2022 en todo el mundo —algo más de 30.600 matriculados en España, según los datos de Anfac—.

La marca presentó a principios de septiembre en el salón del automóvil de Múnich su estrategia para los nuevos modelos, llamada BMW Vision Neue Klasse, sobre la que basará la fabricación de los coches eléctricos. Actualmente, ofrece versiones eléctricas de nueve de sus series de modelos, y prevé que en 2024 al menos uno de cada cinco coches nuevos de BMW sea totalmente eléctrico, una proporción que debería ir en aumento hasta 2026, cuando sea uno de cada tres. Pero Zipse no pone una fecha fija en la que todos los coches tienen que estar electrificados, ya que apuesta por una coexistencia con los vehículos de combustión, con los combustibles sintéticos (el llamado e-fuel) o con las pilas de hidrógeno. “No se pueden quitar los coches de combustión de una manera brusca, porque si no puedes comprar vehículos eléctricos, seguirás conduciendo vehículos antiguos”, ha apuntado. Por este motivo se ha mostrado muy crítico con la normativa Euro-7, que entrará en vigor en 2025 en la Unión Europea, y que establece límites máximos de emisiones para los coches nuevos. “No estamos contentos, por un problema de calendario, y porque si no tienen la tecnología para medir lo que se va a regular, no se debería regular. Incrementará los costes y el segmento de los coches pequeños no podrá seguir manufacturando. Un fin prematuro de los coches de combustión es un riesgo para Europa”, ha aseverado.

Preguntado por la investigación que ha emprendido la Comisión Europea sobre las subvenciones de China a los vehículos eléctricos, que permiten a los fabricantes del país asiático vender a precios más bajos y acaparar cuota de mercado, Zipse ha reivindicado el carácter competitivo de su firma. “Nosotros apostamos por dos cosas: el mercado libre y justo, y asegurar la igualdad de condiciones. Si sentimos que no hay igualdad, mirémoslo, está bien, pero básicamente estoy en contra de cualquier forma de protección del mercado. Creo que BMW es competitivo: por ejemplo, el 85% de las ventas en China están producidas en ese país, y este año estamos aumentando las ventas ahí en un 5%, y más que doblamos las ventas de los eléctricos”, ha expresado. En su opinión, Europa debería fijarse más en su propia estrategia que en la de otros países: “Tenemos que ser cautelosos y no hacer que por nuestra propia regulación, con la Euro 7, se dé un fin prematuro al motor de combustión. Tendríamos que repensar esto en lugar de quejarnos de la competencia. Hay espacio para corregir el camino, sin ir contra los compromisos contra el cambio climático: siempre digo que bajando un 10% del CO2 cada año, da tiempo para un aterrizaje suave para el motor de combustión. Un corte fuerte incrementará la competencia dramáticamente. Así que urjo a los políticos europeos a repensar esta política, hay tiempo para reaccionar”.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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