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Arm aprovecha la fiebre de la inteligencia artificial para protagonizar la mayor salida a Bolsa en dos años

El conglomerado japonés saca a cotizar al Nasdaq a la firma de microprocesadores valorada en unos 60.000 millones

Un teléfono muestra el logotipo de ARM. to
Un teléfono muestra el logotipo de ARM. toDADO RUVIC (REUTERS)
Miguel Jiménez

El diseñador británico de microprocesadores Arm, propiedad del conglomerado japonés Softbank, ha solicitado a la Comisión del Mercado de Valores estadounidense (SEC, por sus siglas en inglés) su salida a Bolsa en el mercado Nasdaq de Nueva York, en lo que sería el mayor estreno bursátil en casi dos años y, dependiendo de la valoración final, incluso más. Arm, cuyos microprocesadores son omnipresentes en los teléfonos inteligentes, trata de aprovechar la fiebre inversora por los valores relacionados de una u otra manera con la inteligencia artificial.

El folleto de la colocación registrado ante la SEC revela una operación interna realizada este mismo mes en la que Softbank ha comprado un 25% de Arm a Vision Fund, uno de los vehículos de inversión del conglomerado japonés, por 16.100 millones de dólares. Eso daría a la compañía tecnológica con sede en Cambridge una valoración de unos 64.400 millones de dólares (58.200 millones de euros al tipo de cambio actual) por el 100%.

En todo caso, el folleto provisional advierte de que ese precio responde a acuerdos contractuales previos. La compañía no ha fijado aún ni siquiera una banda orientativa y el precio de la colocación dependerá finalmente de la oferta y la demanda. La cotización de diseñadores y fabricantes de microchips se ha disparado este año, con Nvidia a la cabeza.

SoftBank pagó 32.000 millones de dólares para hacerse con Arm en 2016. El conglomerado japonés comenzó a preparar la salida a Bolsa de Arm después de que las presiones de los reguladores frustrasen la venta de la compañía a Nvidia, que pactó en 2020 por 40.000 millones de dólares. Las autoridades antimonopolio de Estados Unidos y Europa temían que Nvidia consiguiera un poder excesivo en el sector estratégico de los microprocesadores, donde domina los chips más avanzados, en auge por la inteligencia artificial.

En marzo de 2022, cuando fracasó la venta de Arm a Nvidia, Softbank ya dejó claro que estaba decidida a sacar el gigante de los microchips a Bolsa con una valoración de más de 50.000 millones “dentro del año fiscal que finaliza el 31 de marzo de 2023″, aunque la operación se ha retrasado.

Barclays, Goldman Sachs, J.P. Morgan y Mizuho actúan como coordinadores globales de la operación, en la que actúan como colocadores y aseguradores otros 24 bancos más, entre ellos el español Banco Santander, que es uno de los colocadores principales a través de su filial Santander US Capital Markets. Raine Securities actúa como asesor financiero.

La compañía aún no ha comunicado qué porcentaje de acciones sacará al mercado, donde cotizará con el código ARM a través de American Depositary Shares (ADS), certificados representativos de sus acciones. Reuters publicó hace unos meses que Softbank pretendía colocar el 10% en Bolsa.

Los diseños de los microprocesadores de Arm son utilizados por las grandes compañías del sector para producir chips. Intel, AMD, Nvidia o Qualcomm, entre otras aprovechan los diseños de la tecnológica británica para desarrollar sus productos. La salida a Bolsa de Arm ha atraído el interés de grandes compañías tecnológicas. Nvidia, Intel o gigantes como Amazon, Apple y Samsung negocian la entrada en Arm ante su inminente salida a Bolsa, lo que ayudaría a dar cierta estabilidad a los títulos de la tecnológica británica en su estreno bursátil.

Presente en casi todos los teléfonos inteligentes

“En la actualidad, los procesadores (CPU) de Arm ejecutan la inmensa mayoría del software mundial, incluidos los sistemas operativos y las aplicaciones para teléfonos inteligentes, tabletas y ordenadores personales, centros de datos y equipos de redes, y vehículos, así como los sistemas operativos integrados en dispositivos como smartwatches, termostatos, drones y robótica industrial”, dice el folleto. La compañía calcula que “aproximadamente el 70% de la población mundial utiliza productos basados en Arm”. Gracias al poco consumo de energía y la potencia de los chips que diseña, su posición en el mercado de los procesadores que hacen funcionar un teléfono inteligente es de práctico monopolio.

La empresa se está moviendo hacia segmentos que todavía están en auge, como la computación en la nube y los coches inteligentes. Para el año fiscal que finalizó el 31 de marzo, las ventas de Arm se redujeron ligeramente (de 2.703 a 2.679 millones de dólares) precisamente por el descenso en las ventas de teléfonos inteligentes. El beneficio cayó un 4,5%, hasta 524 millones de dólares, de modo que una valoración por encima de 60.000 millones solo estaría justificada con perspectivas de fuerte crecimiento.

En el arranque de año, no es el caso. Las ventas han caído un 2,5%, a 675 millones de dólares, en el trimestre cerrado el pasado 30 de junio y el beneficio se ha reducido un 54%, hasta 105 millones de dólares.

El fabricante de vehículos eléctricos Rivian protagonizó en noviembre de 2021 su estreno bursátil valorada en cerca de 70.000 millones de dólares con la última gran oferta pública de venta. Poco después estalló la guerra de Ucrania que secó los mercados internacionales. También desanimó a las empresas para acometer grandes operaciones corporativas, más difíciles de financiar con la subida de los tipos de interés en todo el mundo.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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