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Los recortes en Meta salpican a su centro contra las noticias falsas en Barcelona

El servicio de moderación de contenidos, subcontratado y ubicado en la Torre Glòries, suma 251 despidos a un ERTE de 680 personas que aún está vigente

Torre Glòries de Barcelona, propiedad de Merlin Properties, donde se ubica el centro de CCC Barcelona Services, subcontratado por Meta.
Torre Glòries de Barcelona, propiedad de Merlin Properties, donde se ubica el centro de CCC Barcelona Services, subcontratado por Meta.Gianluca Battista
Josep Catà Figuls

Los recortes de personal que han emprendido las tecnológicas van más allá de las propias compañías, y afectan también a los servicios que tienen subcontratados. En el caso de Meta —la multinacional tecnológica que incluye Facebook, Instagram o Whatsapp, y que en menos de un año ha anunciado 21.000 despidos—, uno de estos servicios es el de vigilancia y moderación para luchar contra los contenidos ilegales y las noticias falsas, y uno de los centros que tiene dedicados a este cometido está ubicado en la Torre Glòries, el rascacielos de Barcelona diseñado por Jean Nouvel. En los últimos tiempos, la compañía de Mark Zuckerberg ha ido reduciendo la demanda a la empresa a la que subcontrata este servicio, CCC Barcelona Digital Services, del grupo canadiense Telus. Y esta no ha dudado en aplicar recortes: en marzo, anunció un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para 680 de sus cerca de 2.400 trabajadores y, con esta medida aún vigente, en julio anunció un expediente de regulación de empleo (ERE) para 334 empleados. Tras plantear movilizaciones, los trabajadores han ratificado este lunes el acuerdo alcanzado entre sindicatos y empresa, que rebaja la cifra a 251 empleados. Pero la sospecha sobre el futuro de la plantilla sigue acechando a la Torre Glòries, que a su vez vio en el aterrizaje de Facebook un revulsivo para sus oficinas.

En otoño de 2017, en pleno frenesí del procés, se ultimaban en la Torre Glòries los preparativos para que el emblemático edificio barcelonés acogiese la sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas inglesas). “Estaban los enchufes instalados ya”, apuntaría después una fuente cercana a la propiedad del inmueble, la socimi Merlin Properties. Daba por hecho, como muchos, que Barcelona se quedaría con esta sede después de que Londres la perdiese a causa del Brexit. El fiasco fue mayúsculo cuando la capital catalana no fue seleccionada, y el organismo se trasladó a Ámsterdam: la Torre Glòries —antes conocida como Torre Agbar— no había logrado quitarse el gafe que arrastraba desde hacía años.

Las ansias de buenas noticias para este edificio quizá estuvieron detrás de la efusividad con la que se celebró, unos meses después, el anuncio de Facebook de instalar ahí una sede, aunque fuese mediante una subcontrata a un call center dedicado a la vigilancia y moderación de contenidos. El centro empezó alquilando cinco plantas para 500 trabajadores, y fue creciendo hasta ocupar 10 de las 34 plantas de la Torre Glòries, y tener los 2.400 trabajadores actuales. “En los primeros cuatro años no hubo ningún problema, pero luego no nos han faltado”, explica un miembro de la sección sindical de UGT en el comité de empresa, que prefiere mantener el anonimato. La mayoría de los trabajadores, explica, tienen entre 30 y 45 años y el sueldo inicial es de unos 24.000 euros —unos 9.000 euros por encima del convenio del sector del contact center—, que va ascendiendo en una horquilla hasta los 40.000 euros, según el puesto de trabajo y las responsabilidades.

Los trabajadores se centran en moderar contenidos en un idioma concreto y tienen que conocer la realidad de la política y el país sobre el que están vigilando los contenidos. Los moderadores de contenido se enfrentan cada día a publicaciones explícitas, vídeos violentos o ilegales, y aunque desde el inicio la empresa explicó que un servicio psicológico apoya a los trabajadores, en noviembre de 2022 la Generalitat le impuso una sanción de casi 41.000 euros por no evaluar los riesgos psicosociales del puesto de trabajo de uno de los moderadores. El trabajador estuvo siete meses en la empresa hasta que se le prescribió una baja por un trastorno de salud mental derivado de las tareas que realizaba.

Tras este incidente llegó el ERTE, que está vigente hasta finales de año, y que se anunció para 680 trabajadores, aunque su aplicación ha sido escalonada, y ha terminado afectando a menos trabajadores porque un centenar se acogió a bajas voluntarias. “Las tecnológicas en general están reduciendo plantilla, y la primera señal fue el ERTE, que se aplica cuando la empresa espera que el servicio en algún momento vuelva a ser el mismo, pero conforme ha pasado el tiempo se ha visto que la cosa no iba a mejorar, y se ha terminado aplicando un ERE”, cuenta el miembro del comité de empresa. El ERE terminará afectando a 251 personas que moderan contenidos en castellano, italiano y francés, hasta un 70% podrá acogerse a esta medida de forma voluntaria, y la indemnización pactada se acerca a la del despido improcedente. “Esto es importante porque los empleados tienen muy poca antigüedad, casi todos de menos de cuatro años”, recuerda Moisés Berruezo, secretario de acción sindical de la federación de servicios de UGT en Cataluña. Pese al acuerdo, los trabajadores dudan sobre si este es el fin o habrá más recortes en el futuro: “Seguirá habiendo contenidos para moderar, no es que baje la demanda porque haya menos, sino porque contratan el servicio en otro país más barato. Al igual que en los últimos años han contratado mucho aquí, puede que ahora hagan lo contrario”, lamenta el portavoz del comité de empresa.

Barcelona, segunda ciudad europea para instalar una ‘startup’

Pese a los recortes en las grandes tecnológicas, Barcelona sigue siendo un polo de atracción para la innovación. Lo certifica el Startup Heatmap Europe 2023, que por sexta vez consecutiva otorga a la capital catalana la segunda posición como ciudad preferida en la Unión Europea para crear una startup. El estudio indica que el 17,1% de los emprendedores europeos escogerían Barcelona, y por delante de él solo está Berlín. Le siguen ciudades como Ámsterdam, París o Lisboa. Cataluña cuenta con más de 2.000 empresas emergentes, según los cálculos del departamento de Empresa de la Generalitat, y estas generan más de 19.100 puestos de trabajo. En 2022, captaron 1.653 millones de euros de inversión, la cifra más alta registrada hasta el momento.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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