El gigante de la paquetería UPS evita una huelga masiva con capacidad para paralizar la economía de EE UU

De no haberse evitado, casi in extremis, la huelga de los trabajadores de UPS el paro habría abocado a EE UU a una situación parecida a la provocada a finales de 2021 por el gripado de la cadena de suministros, uno de los factores que contribuyeron a alimentar la inflación. Pero a seis días de que expirase el convenio vigente, la empresa líder en reparto y logística ha llegado a un principio de acuerdo con el sindicato Teamster, que representa a 340.000 trabajadores. Tan noticioso resulta el pacto que el presidente Joe Biden ha celebrado el éxito de las negociaciones: “Aplaudo a los Teamsters y a UPS por acercar posturas, negociar de buena fe y alcanzar un acuerdo provisional que evitará el cierre de UPS”, ha dicho a través de un comunicado difundido por la Casa Blanca. “El acuerdo es una muestra del poder de empleadores y empleados cuando se reúnen para resolver sus diferencias en la mesa de negociación”, añadió Biden, el presidente más prosindical de las últimas décadas.

La amenaza de huelga había puesto sobre aviso a los principales agentes económicos, pues la interrupción del servicio por parte de la mayor compañía de mensajería del mundo podría haber costado miles de millones en pérdidas, tanto a las empresas como a los particulares. De haberse llegado a tal extremo, su seguimiento habría sido el mayor en una sola empresa en la historia del país. El acuerdo sustituirá al convenio que expira el próximo día 31, por un periodo de cinco años, y debe ser ratificado por los miembros del sindicato.

El acuerdo se ha anunciado este martes, el primer día en que UPS y los Teamsters volvían a sentarse a la mesa tras la ruptura de las negociaciones a principios de mes, un desencuentro que hacía presagiar la inevitabilidad del paro. Cuando las partes dieron por acabado el diálogo hace tres semanas, ya habían alcanzado acuerdos parciales, pero seguían enfrentados por el salario de los trabajadores a tiempo parcial, que constituyen más de la mitad de los empleados de UPS representados por el sindicato.

“Todos ganamos con el acuerdo: asuntos importantes para el liderazgo de Teamster, para nuestros empleados, para la firma y para nuestros clientes”, ha reaccionado la empresa a través de un comunicado. El nuevo convenio ofrece a los trabajadores beneficios “líderes en el sector” (subidas salariales, mayor contratación indefinida y mejoras en las condiciones de trabajo, como aire acondicionado en las cabinas de los camiones) y a la vez garantiza la “flexibilidad” que la compañía considera necesaria para mantener la competitividad. “UPS ha puesto sobre la mesa 30.000 millones de dólares como resultado directo de estas negociaciones”, ha dicho por su parte el presidente de Teamsters, Sean O’Brien. El acuerdo, subrayó el líder sindical, establece “nuevos estándares en el movimiento de los trabajadores”.

Los trabajadores a tiempo completo y a tiempo parcial recibirán 2,75 dólares más por hora en 2023, y 7,50 dólares más a lo largo de los cinco años de duración del convenio. El acuerdo también incluye una disposición para aumentar el salario inicial de los trabajadores a tiempo parcial -que, según el sindicato, son los que corren mayor riesgo de explotación- de 16,20 a 21 dólares por hora. El salario medio de los trabajadores a tiempo parcial era de 20 dólares.

Una actividad que supone el 6% del PIB

UPS también ha acordado eliminar la categoría peor pagada de conductores que trabajan en turnos que incluyen fines de semana, y convertirlos en conductores regulares a tiempo completo. En virtud del acuerdo, la empresa creará 7.500 puestos de trabajo a tiempo completo y cubrirá 22.500 vacantes, lo que permitirá que más trabajadores a tiempo parcial pasen a trabajar a tiempo completo.

Los 24 millones de paquetes que UPS distribuye diariamente suponen aproximadamente una cuarta parte de todo el volumen de paquetería de Estados Unidos, según la empresa global de envíos y logística Pitney Bowes. Según UPS, esto equivale aproximadamente al 6% del PIB del país. La consultora Anderson Economic Group calcula que una huelga de 10 días podría haber costado a la economía estadounidense más de 7.000 millones de dólares y provocado “daños significativos y duraderos” a empresas y trabajadores, en una sociedad cada vez más dependiente de las compras por Internet. En las últimas semanas, grandes y pequeñas empresas habían trabajado en planes de contingencia para afrontar la crisis.

Aliviado por un acuerdo que neutraliza la amenaza de parar la economía nacional, Biden hizo hincapié en las bondades de la negociación colectiva. “Siempre he dicho que la negociación colectiva funciona, dando a los trabajadores un asiento en la mesa y una oportunidad para mejorar sus vidas mientras contribuyen plenamente al éxito de sus empleadores”, concluye el comunicado del presidente. La intensa actividad sindical de los últimos años en el país sigue anotando victorias.

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