Apple aumenta el aprovisionamiento de chips en EE UU con un contrato multimillonario con Broadcom
El acuerdo con el fabricante del iPhone lleva la cotización de la firma de microprocesadores a máximos históricos en Bolsa
Un contrato plurianual multimillonario ha llevado a Broadcom a conquistar en Bolsa sus máximos históricos. No hay cifras ni duración, pero sí se sabe el cliente: Apple. La empresa privada más valiosa del mundo confía en su vecina de San José (California) para aprovisionarse y eso ha bastado para impulsar la cotización de Broadcom, que ha marcado este martes un máximo de 698,99 dólares por título. Con ese contrato, el fabricante del iPhone aumenta su aprovisionamiento estadounidense con el que quiere ser menos dependiente de las cadenas de suministro exteriores.
Broadcom, que ya es suministrador habitual de Apple, se ha revalorizado un 25% en lo que va de año tiene una capitalización bursátil o valor de mercado de 290.000 millones de dólares (unos 270.000 millones de euros), más que las cuatro mayores empresas españolas (Inditex, Iberdrola, Santander y BBVA) por valor en Bolsa juntas. Apple vale 2,7 billones de dólares.
Broadcom no ha revelado ni siquiera al supervisor la cuantía del acuerdo: “Algunas filiales de Broadcom han firmado dos contratos plurianuales independientes con Apple”, se limita a decir, que “tienen por objeto el suministro de una serie de componentes y módulos de radiofrecuencia e inalámbricos de alto rendimiento para su uso en productos Apple”, según la comunicación remitida a la Comisión de Valores y Bolsa (la SEC) por su directora financiera, Kirsten Spears.
A través de un comunicado, Apple al menos ha apuntado que se trata de contratos de varios miles de millones de dólares. “A través de esta colaboración, Broadcom desarrollará componentes de radiofrecuencia 5G —incluidos filtros FBAR— y componentes de conectividad inalámbrica de vanguardia”, señala el fabricante del iPhone. Los filtros FBAR son un tipo de microchips de alto rendimiento específicos para comunicaciones. Se diseñarán y construirán en varios centros de fabricación y tecnología estadounidenses, entre ellos Fort Collins (Colorado), donde Broadcom cuenta con instalaciones.
“Estamos encantados de asumir compromisos que aprovechan el ingenio, la creatividad y el espíritu innovador de la fabricación estadounidense”, ha declarado Tim Cook, consejero delegado de Apple, a través del comunicado. “Todos los productos de Apple dependen de tecnología diseñada y construida aquí, en Estados Unidos, y seguiremos profundizando nuestras inversiones en la economía estadounidense porque tenemos una fe inquebrantable en el futuro de Estados Unidos”, añade en un mensaje que es música para los oídos de Joe Biden, que impulsó con éxito en la primera mitad de su mandato una ley para promover las inversiones en fabricación de microprocesadores en Estados Unidos.
Apple señala que el acuerdo forma parte del compromiso que asumió en 2021 de invertir 430.000 millones de dólares en la economía estadounidense en cinco años. En la actualidad, Apple va camino de cumplir su objetivo mediante el gasto directo en proveedores estadounidenses, inversiones en centros de datos, inversiones y otros gastos en Estados Unidos, según asegura la empresa, que trata de reducir su dependencia de China por los riesgos que supone la tensa relación entre las dos superpotencias.
Apple es el mayor cliente de Broadcom y representa en torno a un 20% de su facturación. La compañía dirigida por Tim Cook se ha planteado desarrollar sus propios microprocesadores para sustituir a los que suministra Broadcom (al igual que produce otros de sus ordenadores, móviles, tabletas y accesorios), pero este contrato es un espaldarazo para el fabricante.
Broadcom llegó hace un año a un acuerdo para adquirir VMware en una operación valorada en 61.000 millones de dólares en efectivo y acciones. Es una de las mayores compras del sector tecnológico en su historia. En caso de salir adelante con éxito, Broadcom se sacaría la espina de la frustrada compra de Qualcomm, que hubiera sido la mayor de la historia en el sector y que fue vetada en 2018 por el Gobierno de Donald Trump, que la consideraba una amenaza para a seguridad nacional. Pese a haber sido fundada en Estados Unidos, Broadcom tenía su sede en Singapur. Desde entonces, se ha trasladado a San José (California), a unos 30 kilómetros de la sede de VMware en Palo Alto.
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