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Elon Musk pierde el recurso para poder tuitear sobre Tesla sin permiso de su abogado

El magnate se comprometió a ello para cerrar una investigación y no puede echarse atrás “simplemente porque haya cambiado de opinión”

Elon Musk
Elon Musk, este lunes en Versalles (Francia), en una reunión con el ministro de Economía de Francia, Bruno Lemaire.Associated Press/LaPresse (Associated Press/LaPresse)
Miguel Jiménez

Elon Musk es el dueño y el jefe de Twitter y de Tesla. Sin embargo, no puede usar la red social para tuitear sobre el fabricante de coches eléctricos sin que antes lo supervise un abogado de la compañía. Elon Musk se comprometió a ello para cerrar una investigación sobre incumplimiento de la legislación del mercado de valores. Luego, sin embargo, alegó que eso vulneraba su libertad de expresión. Lo impugnó y perdió ante el juez de distrito. Después recurrió y ha vuelto a perder de forma rotunda este lunes.

El fallo del tribunal de apelaciones es duro con el magnate, al que retrata como un personaje voluble: “Si Musk hubiera querido preservar su derecho a tuitear sin ni siquiera una supervisión interna limitada sobre determinados temas relacionados con Tesla, tenía ‘derecho a litigar y defenderse de las acusaciones [de la La Comisión de Valores y Bolsa, SEC]’ o a negociar un acuerdo diferente, pero decidió no hacerlo”, señalan las tres juezas que firman la sentencia. “Habiendo hecho esa elección, no puede (...) reabrir colateralmente una sentencia firme simplemente porque ahora haya cambiado de opinión”, añaden.

El caso tiene su origen en el famoso tuit de agosto de 2018 en el que mintió al decir que tenía “financiación asegurada” para excluir de Bolsa a Tesla y publicó incluso el precio de la oferta que planeaba, 420 dólares (el número para referirse a la marihuana). Las acciones de Tesla se dispararon, pero no hubo financiación ni oferta.

La SEC abrió una investigación por la aparente manipulación de la cotización. Musk llegó a un acuerdo para dejar la presidencia de Tesla (aunque sigue siendo el consejero delegado), asumir una multa de 40 millones de dólares (a pagar a medias entre él y la empresa) y someter a supervisión los futuros tuits sobre el fabricante de coches eléctricos.

En su recurso, Musk sostenía que se debe modificar el acuerdo tanto por un supuesto cambio de circunstancias como porque el decreto contiene una “restricción previa” que viola la Primera Enmienda, la que consagra el derecho a la libertad de expresión.

En cuanto al primer motivo, Musk argumentaba que los métodos de la SEC para hacer cumplir el acuerdo constituyen un cambio de circunstancias que han hecho que su cumplimiento sea sustancialmente más oneroso. “No estamos de acuerdo”, dicen las juezas.

“No vemos ninguna prueba que apoye la afirmación de Musk de que la SEC ha utilizado el decreto de consentimiento [nombre del acuerdo] para llevar a cabo investigaciones de mala fe y de acoso de su discurso protegido. Por el contrario, el registro indica que la SEC ha abierto solo tres investigaciones sobre los tuits de Musk desde 2018. La primera dio lugar al decreto de consentimiento que es objeto de este recurso”, señala la resolución. Más aún, cada tuit impugnado “violaba plausiblemente los términos del decreto de consentimiento”.

La SEC ha investigado si los tuits de noviembre de 2021 de Musk en los que preguntaba a sus seguidores de Twitter si debía vender el 10% de sus acciones de Tesla violaban el acuerdo de octubre de 2018.

Las juezas también rechazan los argumentos de Musk de que el acuerdo es una “restricción previa” de su libertad de expresión, que no renunció válidamente a sus derechos de la Primera Enmienda y que, incluso si lo hubiera hecho, la renuncia es inaplicable. “Las partes que suscriben decretos de consentimiento pueden renunciar voluntariamente a la Primera Enmienda y a otros derechos”, sentencian.

La resolución indica que el hecho de que el pacto entre Musk y el supervisor pueda o no haber proporcionado una reparación más amplia que la que un tribunal podría haber concedido tras un juicio, no resta capacidad a la SEC para hacer cumplir el acuerdo que Musk firmó voluntariamente.

“El interés público tampoco exige la modificación del decreto de consentimiento. En todo caso, va en la dirección contraria, dada la importancia del interés público en la aplicación de las leyes federales sobre valores”, añaden las juezas.

El año pasado, el juez de distrito Lewis Liman se negó a liberar a Musk del acuerdo, diciendo que el jefe de Tesla estaba “simplemente lamentando que sintió que tenía que aceptarlo en aquel momento” mientras ahora “desearía no haberlo hecho”. Liman también denegó la petición de Musk para bloquear un requerimiento de la SEC en busca de información sobre sus tuits.

Requerimiento en el caso Epstein

El Gobierno de las Islas Vírgenes de Estados Unidos ha pedido a un juez federal que le ayude a entregar al multimillonario Elon Musk un requerimiento para obtener documentos en su demanda que busca responsabilizar a JPMorgan Chase por actos de tráfico sexual cometidos por el empresario Jeffrey Epstein.

Los abogados han pedido este lunes al juez Jed Rakoff en Manhattan que le permita entregar la citación a Tesla porque no ha podido entregar los documentos a Musk o a sus abogados. El gobierno de las Islas Vírgenes explica que cree que Epstein puede haber referido o tratado de referir a Musk a JPMorgan.

El requerimiento, como los enviados a otros altos directivos empresariales, reclama documentos desde el 1 de enero de 2002 hasta la actualidad que reflejen comunicaciones entre Musk y JPMorgan o Musk y Epstein en relación con Epstein o el papel de Epstein en las cuentas, transacciones o gestión financiera de Musk. También pide todos los documentos que reflejaran o estuvieran relacionados con la implicación de Epstein en la trata de seres humanos y su captación de niñas o mujeres para el comercio sexual. Y reclama también información sobre los honorarios que Musk podría haber pagado a Epstein o JPMorgan.

En un juicio reciente, Musk explicó su mala relación con JPMorgan, el mayor banco de Estados Unidos, después de que le rechazase una petición de financiación en Tesla. “Retiré todos los negocios de banca comercial de JP Morgan, lo que, por decir lo menos, hizo que JP Morgan odiara a Tesla y a mí”, ha dicho.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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