Cox Energy se hace con los activos de Abengoa
El Juzgado Mercantil de Sevilla adjudica a la empresa de renovables de Enrique Riquelme los restos de la multinacional andaluza
Los activos de Abengoa ya tienen nuevo dueño desde este martes, tras la decisión del Juzgado de lo Mercantil 3 de Sevilla: Cox Energy. Después de que no prosperara el acuerdo de reestructuración de la compañía acordado en 2020, tres rescates fallidos y un concurso voluntario de acreedores, finalmente el juez Jesús Gabaldón ha concedido los activos de la multinacional andaluza, que incluyen 32 filiales, a la oferta del grupo energético presidido por el empresario alicantino de 34 años Enrique Riquelme, frente a las propuestas de las otras cuatro competidoras. Para justificar su decisión, el juez destaca que la oferta es “suficientemente fundada, sólida, creíble y factible”.
A finales de noviembre, el magistrado se decantó por la oferta de la constructora Urbas, pero durante el proceso se han ido presentando otros postores con distintas estrategias para hacerse con la multinacional. La empresa se encuentra en caída libre desde 2014. Su actividad, sin embargo, siempre se ha considerado estratégica por parte del Gobierno. Cox Energy presentó sus credenciales en el último momento con una propuesta para abonar las nóminas de su plantilla de 9.505 empleados. Demostró una disponibilidad de liquidez de 31 millones y adelantó 2,5 millones, en una muestra de su compromiso con el futuro laboral de los empleados, un millar de los cuales trabaja en España y el resto en el extranjero.
“No obstante las dudas por las circunstancias, considerando el compromiso y la disposición demostrada por la aportación de liquidez, teniendo en cuenta la actividad y empleo que se garantizan, la liquidez ofrecida, se muestra como suficientemente fundada, sólida, creíble y factible, el ser posible llevarla a cabo, para lo que parece tienen capacidad”, razona sobre Cox Energy el juez en su auto fechado este martes. El auto subraya que la empresa, a diferencia de otras, no incluye en su oferta condiciones sobre los créditos intragrupo. “Comparativamente, se concluye que es la [oferta] más favorable al interés de los concursos, procediendo aprobarla”, argumenta el magistrado.
Cox Energy tiene presencia en España y Latinoamérica, sobre todo en Chile, México y Colombia. La empresa de Riquelme, que depositó ocho millones en el juzgado como muestra de solvencia, asume los litigios que arrastra Abengoa y se compromete a pagar el 50% de lo recuperado al concurso, el 30% para los acreedores privilegiados y el 20% para el concurso, “con el compromiso de pago de 50 millones de créditos masa de proyectos, concesiones, en ejecución”, según reza la resolución razonada del juez sobre el concurso, contra la que cabe recurso de reposición. Los trabajadores ven la resolución del concurso como una luz al final del largo túnel que han atravesado: “Estamos entusiasmados y muy positivos porque ya tenemos dueño y a ver cómo se organiza. Teníamos ganas de salir ya del apuro”, ha resumido la presidenta del comité de empresa de Abengoa Energía, Laura Rodríguez.
La adquisición de la unidad productiva de Abengoa puede prorrogarse un par de meses hasta cerrar todos los flecos que supone asumir casi 10.000 empleados, pero el concurso de acreedores seguirá durante más tiempo para resolver las deudas, pleitos, acciones, obligaciones y activos. “Es un hito haber vendido la unidad productiva y salvar la empresa, pero en cierto modo el concurso empieza ahora”, comentan fuentes cercanas a la administración concursal de Abengoa.
Al margen del concurso, Abengoa S. A. saldrá a subasta por 23 millones como valor de liquidación y un inventario que incluye bienes como la pintura de Murillo San Pedro penitente, valorado en seis millones, una residencia vacacional para empleados en Huelva, tres millones en participaciones en activos de otras entidades del grupo o cuatro millones en cuentas corrientes de distintos bancos e instituciones.
El fondo californiano Terramar, especializado en la reestructuración de empresas, ya trató de hacerse el verano pasado con Anebewco 1, la filial donde residen los activos de Abengoa condicionando su inversión de 200 millones al rescate de la SEPI, que no vio viabilidad en su propuesta y denegó los fondos, precipitando el concurso de acreedores de las filiales de la multinacional. En esta puja ha presentado 5,5 millones como aval de que su plan de viabilidad es serio. El principal inconveniente era que Terramar es una entidad extranjera y es el Gobierno quien debe dar el plácet a esta operación de compra, puesto que la normativa española prohíbe a las empresas extranjeras invertir más del 10% en compañías españolas.
Junto a Cox Energy optaron al concurso otras cinco firmas: la constructora española Urbas, el grupo británico Ultramar, la portuguesa RCP y el grupo estadounidense Terramar/Nox. El Ayuntamiento de Sevilla, que tuvo un rol principal en forzar un acercamiento entre el Ministerio, la Junta, los accionistas y el administrador concursal para impulsar una salida a la viabilidad de las filiales de Abengoa, se ha mostrado satisfecho por la decisión judicial. “La decisión despeja cualquier duda sobre el futuro de esta empresa emblemática sevillana. Agradezco la labor de los técnicos del Ministerio de Industria para que Abengoa tenga futuro”, ha resumido el alcalde sevillano, Antonio Muñoz.
Culmina así la agonía de una empresa fundada en 1941 y disparada desde 1990 por su expresidente Felipe Benjumea hacia su internacionalización y hasta cotizar en el Nasdaq y lograr el pico de 26.400 empleados en más de 80 países de todo el mundo. En su declive, encadenó varios rescates fallidos y apuntaló con ingeniería empresarial sus activos en distintas unidades de negocio que ahora serán reflotadas probablemente bajo un nuevo nombre.
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