El juez acuerda que los bienes de Abengoa salgan a subasta
Las administraciones públicas podrán ejercer un derecho de tanteo sobre el cuadro de Murillo que la compañía adquirió en 2014 y que se ha valorado en ocho millones de euros
El titular de la sección tercera del Tribunal de lo Mercantil de Sevilla ha aprobado el plan de liquidación de Abengoa S.A. —la matriz de la compañía de ingeniería sevillana que fue disuelta a finales del pasado mes de julio—, que fue presentado por la administración concursal. El juez ha dictaminado que EY, la consultora encargada de la liquidación, tiene un plazo de un año para subastar todos los bienes de la entidad, fundada en 1941. Un patrimonio que es prácticamente testimonial, ya que los acreedores acordaron en 2020 vaciar de activos productivos la matriz y transferirlos a Abenewco 1. Entre los pocos bienes que tiene la empresa primigenia destaca el cuadro de Murillo, San Pedro Penitente, que la empresa adquirió por seis millones de euros y que el administrador concursal ha valorado en ocho millones, a los que hay que descontar las deudas que la compañía mantiene con la Seguridad Social, según han informado a EL PAÍS fuentes conocedoras del plan, que solo es accesible a las partes.
El sistema de liquidación aprobado por el juez consta de tres fases en las que los bienes deberán ser sacados a subasta extrajudicial. La primera, de acuerdo con el auto fechado el pasado 21 de noviembre y que se remitió a las partes este lunes 12 de diciembre, según las fuentes consultadas, consiste en una venta concurrencial ante la administración concursal que no podrá prolongarse más allá de dos meses desde la aprobación del auto. El administrador concursal deberá difundir los bienes objeto de liquidación por medios online o escritos.
La segunda fase, que se abre sin solución de continuidad una vez concluya la primera, consiste en la venta mediante entidad especializada, cuya duración es de cuatro meses. Es en este momento cuando saldría a subasta el Murillo de Abengoa, según las fuentes consultadas. El hecho de que el cuadro fuera declarado Bien de Interés Cultural por parte de la Junta de Andalucía determina que no pueda salir de España, “pero podría pujar por él cualquier entidad nacional o extranjera”, explica José Sánchez, responsable en Andalucía de la Asociación Profesional de Administradores Concursales (Aspac). Tanto el Gobierno andaluz como el nacional podrían ejercer en este momento un derecho de tanteo y tratar de evitar que la obra pintada por el genio del Barroco, y que actualmente se expone en la Fundación Focus en Sevilla, forme parte del patrimonio español disperso.
El cuadro, que el maestro sevillano pintó en 1675, ha sido tasado en ocho millones de euros, de acuerdo con las fuentes consultadas. “En el anuncio que la entidad que se encargue de la subasta realice deberá constar el precio final y dejar claro que de ese importe un 5% se lo quedará esa empresa”, indica Sánchez. La Junta de Andalucía, que ya ejerció su derecho de tanteo cuando tuvo conocimiento de que Abengoa iba a vender la Santa Catalina de Alejandría, el otro Murillo que la empresa había comprado, y lo adquirió por 1.089.000 euros, ya se pronunció en contra de repetir ese esfuerzo con el San Pedro y pasó la pelota al Estado. El ministro de Cultura, Miquel Iceta, el pasado mes de mayo, durante una visita a la capital andaluza, se manifestó a favor de hacerse con la obra, con la condición de que primero saliera al mercado.
La tercera y última fase implica la venta por parte de la administración concursal al mejor postor una vez haya finalizado la segunda, sin que pueda transcurrir más de un año desde el inicio de todo el proceso. “Una vez agotados los plazos expuestos, los bienes que no hayan podido ser objeto de liquidación, se considerarán sin valor de mercado, debiendo la administración concursal pedir la conclusión del concurso”, se indica en el auto.
El juez certifica también la prioridad de las unidades productivas, cuya venta podrá realizarse en cualquier momento del proceso de liquidación y fija el papel de los acreedores privilegiados, que podrán participar en las subastas sin presentar la caución que se exige al resto de los postores. “Los acreedores especiales tienen un privilegio a la hora de cobrar lo que se obtenga de la liquidación. Una vez que se les abona sus cantidades, el resto forma parte de la masa concursal”, aclara Sánchez.
Se amplía el plazo para presentar ofertas por las filiales del grupo
El activo de Abengoa S. A. es nimio. Al Murillo hay que sumar una residencia de verano para los empleados de la entidad en La Antilla (Huelva), que lleva años abandonado y participaciones en sociedades, la mayor parte en las filiales del grupo, que se encuentra en concurso, señalan las mismas fuentes. Un concurso conexo que el juez decretó para Abenewco1 —la filial que acaparaba todos los activos de la compañía― y otras 27 unidades de negocio que penden de aquella el pasado 10 de noviembre y cuyo plazo para la presentación de ofertas se amplió esta semana por otros 15 días.
La administración concursal y el comité de empresa se han decantado por la oferta de compra del grupo Urbas, que se ha comprometido a inyectar 200 millones de euros, a mantener los empleos de toda la plantilla y la unidad de todas las unidades de negocio. A su propuesta le han salido dos competidoras: Ultramar Energy y el fondo británico Sinclair, este último junto a la portuguesa RCP —que ya se presentó como salvavidas del grupo en la última propuesta de reestructuración presentada por el anterior presidente de Abengoa, Clemente Fernández, y que el juez rechazó―. Ambas también prometen mantener los puestos de trabajo y el subespectro de negocio de la compañía.
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