La aportación de las empresas al fisco es la mayor desde la época de la burbuja inmobiliaria

Los personajes secundarios a veces le quitan la escena a los protagonistas. Una dinámica que encaja con el comportamiento del impuesto de sociedades durante el pasado ejercicio, en el que la recaudación fiscal total marcó un récord absoluto con 255.563 millones de euros. La contribución del sector empresarial a esta cifra destacó no por ser la mayor —IRPF e IVA son los pilares del sistema—, sino por su fuerte crecimiento, del 20,8%. Es la mayor alza entre los principales tributos. En cifras absolutas, además, supone un récord de 32.176 millones de euros, una marca que solo se superó durante la exuberancia de la burbuja inmobiliaria. Detrás de estos resultados hay unos beneficios empresariales disparados, cosechados pese a una coyuntura que se ha ido deteriorando a lo largo de los meses y favorecidos en parte por el alza de precios.

La salida de la pandemia causó los primeros cortocircuitos en la economía global con atascos en las cadenas de suministros y alzas en los precios energéticos. El estallido del conflicto en Ucrania dio la puntilla, disparando los costes del gas y la electricidad y empujando hacia arriba los precios. Pese a ello, la economía española aguantó con un robusto avance del 5,5% en el conjunto del año. Los beneficios de las empresas españolas lo hicieron incluso mejor: casi se duplicaron, según el Banco de España, que identifica en el sector energético los principales beneficiarios gracias, en buena medida, a la escalada de los precios energéticos.

Las mayores compañías españolas de la rama, de hecho, lograron las mayores ganancias de siempre en 2022: 12.780 millones de euros de forma conjunta, un 41% más que el año anterior. De acuerdo con el supervisor, el comercio y la hostelería registraron los aumentos más marcados de la rentabilidad, del 6,9% al 11,2%. En el caso de la industria fue del 10,9%.

Pese a la mejora en sociedades, el IRPF y el IVA siguen siendo las columnas del sistema, y la recaudación de ambas figuras batió un récord en 2022: 109.485 millones y 82.595 millones, correspondientes a un repunte del 15,8% y del 13,9%, respectivamente. El buen comportamiento de los ingresos fiscales en su conjunto, además del alza de las cotizaciones, han permitido rebajar en más de dos puntos el déficit del conjunto de las Administraciones públicas, hasta el 4,8% del PIB, según los datos de cierre presupuestario presentados este jueves por Hacienda.

Grupos consolidados

“Los ingresos en el impuesto sobre sociedades crecieron un 20,8%, reflejo, principalmente, de la muy favorable evolución de los beneficios tanto en 2022 como en 2021″, confirma la Agencia Tributaria, que este jueves ha publicado su informe de recaudación de diciembre. El organismo estima que en 2022 los beneficios de las empresas que pagan el tributo sobre sociedades crecieron un 19%; cerca de un 17% en el caso de las grandes compañías y en los grupos —lejos de la subida salarial media en las sociedades de mayor tamaño, del 5,3%—.

Los pagos fraccionados aumentaron un 17,7%, con incrementos en las compañías de todos los tamaños, aunque de forma más marcada en los grupos consolidados y, entre ellos, en los que operan en los sectores bancario y energético. Las ganancias de 2021, superiores en un 35,9% con respecto al año de la pandemia, se reflejaron en el intenso incremento de ingresos por la declaración anual (+41,7%), que se presentó en julio del año pasado. “Tasas tan elevadas se deben a los malos resultados del año 2020, pero las cifras de 2022 son también mejores que las que se registraban antes de la pandemia”, detalla el organismo.

Estos repuntes compensaron el aumento de las devoluciones, de un 26,6%. Crecieron por las mayores solicitudes en la última campaña —unos 5.000 millones más, hasta un total de unos 11.600 millones— y la existencia de devoluciones de carácter extraordinario, vinculadas a sentencias —en este caso, una factura de unos 1.300 millones— y activos fiscales diferidos (DTA). A ello se añade el adelantamiento y la mayor rapidez en la realización de las mismas devoluciones.

Habrá que esperar a la información del tercer trimestre para tener más claro cómo se comportará la recaudación fiscal este año, en el que quedan varios nubarrones por despejar. El impuesto de sociedades es muy sensible al ciclo. Sobre todo cuando la economía se contrae, suele amplificar su desplome. En 2020, con un retroceso del PIB de cerca de un 11%, aportó un 33% menos a las arcas públicas. Lo mismo pasó con la Gran Recesión: los ingresos por sociedades disminuyeron un 31,4% hasta los 27.000 millones, lejos de los 44.800 de 2008, un importe que parece complicado que se vuelva a alcanzar, al responder más bien al dopaje inmobiliario que a un crecimiento sano de la economía.

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