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El BCE avisa de la presión “históricamente excepcional” de los beneficios empresariales sobre los precios

La institución constata que las ganancias crecen de forma más rápida que los salarios desde comienzos de 2022

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, en el pasado Consejo Europeo del 24 de marzo en Bruselas.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, en el pasado Consejo Europeo del 24 de marzo en Bruselas.OLIVIER MATTHYS (AFP)
Lluís Pellicer

El Banco Central Europeo (BCE) empieza a ver ya en el horizonte una cierta relajación de la inflación tras seis subidas consecutivas de los tipos de interés, aunque sea mínima. Sin embargo, Fráncfort ve con inquietud que los precios puedan entrar en una espiral alcista que obligue a seguir aumentando el precio del dinero. Y pone el foco sobre los márgenes empresariales. Según la autoridad monetaria, el impacto en 2022 de esos beneficios en las presiones inflacionistas ha sido “excepcional desde una perspectiva histórica”. El BCE señala varios sectores en los que el incremento de las ganancias supera el de los salarios: agricultura, energía, industria, construcción u hostelería y restauración.

Tras nueve meses con el pie sobre el acelerador, la institución que preside Christine Lagarde se ha dado tiempo para decidir sobre una próxima subida de tipos. En parte, para evaluar el impacto de las turbulencias financieras sobre la economía. Aun así, el BCE está llamando ya a todos los agentes económicos a no entorpecer su labor: a los gobiernos, a empezar a retirar medidas fiscales, y a patronal y sindicatos, a moderar las subidas de márgenes y salarios. “El BCE sigue de cerca la evolución de las presiones inflacionistas subyacentes que se derivan tanto de los beneficios como de los salarios”, sostiene la autoridad monetaria en un artículo de su blog, firmado, entre otros, por el director general de Economía del BCE, Óscar Arce.

Hasta la rueda de prensa de la última reunión del Consejo de Gobierno, el BCE siempre se había referido a la amenaza que suponían las subidas salariales. Sin embargo, Lagarde ya habló en su última comparecencia de los márgenes empresariales, en especial de los sectores que habían tenido que restringir su actividad durante la pandemia. El artículo publicado por la autoridad monetaria constata en el último año “la fuerte reacción de los trabajadores y las empresas ante las presiones de los costes de los insumos y la energía” y cómo “la intención de compensar las pérdidas de ingresos reales se convirtió en un factor impulsor de una mayor inflación”.

Como el BCE ya destacara en el cónclave de banqueros centrales celebrado en Finlandia a finales de febrero, se esperaba que la desaceleración económica hubiese reducido las ganancias de las empresas. Eso se debe a que, en muchos sectores, la demanda supera a la oferta, que también se está viendo limitada por la subida de los precios de las materias primas o la falta de mano de obra. Sin embargo, el BCE considera que muchas empresas están buscando resarcirse de las pérdidas incurridas durante la pandemia aprovechando el contexto de una elevada inflación. “Una comparación de la evolución desde el comienzo de la pandemia muestra que, en el conjunto de la zona del euro, los beneficios unitarios han aumentado más rápido que los costes laborales unitarios desde principios de 2022, y en algunos sectores económicos ya desde finales de 2019″, apuntan los economistas del Eurobanco.

El BCE considera que la contribución de los márgenes salariales a las tensiones inflacionistas son superiores a su aportación tradicional. “El efecto de los beneficios en las presiones sobre los precios internos ha sido excepcional desde una perspectiva histórica. Mientras que, en promedio, desde 1999 hasta 2022, las ganancias unitarias contribuyeron con alrededor de un tercio al deflactor del PIB, durante 2022 contribuyeron con una media de dos tercios”, concluye el documento.

Los economistas del BCE creen que el aumento de los costes laborales y los beneficios va a moderarse en los próximos tres años. Primero, porque las demandas salariales se moderarán a medida que se relaje la inflación; segundo, porque las subidas de tipos están frenando la demanda; y tercero, porque los márgenes deben crecer de forma más moderada si se resuelven los “desajustes” entre la oferta y la demanda. En cualquier caso, advierten: “Si el crecimiento de la suma de beneficios y salarios no se ralentiza, el objetivo del BCE de devolver la inflación al objetivo de manera oportuna será más difícil. Y eso podría requerir una respuesta política más fuerte”.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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