La excepción ibérica cumple ya un mes inactiva por el fuerte abaratamiento del gas
El mecanismo, muy efectivo para reducir la factura de la luz y cuya prórroga acaba de aprobar Bruselas, solo entra en vigor cuando la cotización del combustible supera los 55 euros por MWh
España cumplirá este miércoles un mes sin excepción ibérica. La fuerte bajada en el precio del gas natural, que vale hoy la mitad que hace solo tres meses, ha dejado en agua de borrajas el innovador mecanismo con el que España y Portugal consiguieron desligar su precio de la luz del resto de vecinos europeos en la segunda mitad de 2022 y cuya prórroga acaba de aprobar la Comisión Europea.
El llamado tope al gas entra en vigor cuando el precio de este combustible supera un determinado umbral en el mercado ibérico (Mibgas). Cuando Bruselas dio su visto bueno a la herramienta, en junio, la excepción saltaba cuando el gas cotizaba a más de 40 euros por megavatio hora (MWh). Por aquel entonces, el precio de este combustible rondaba los 100 euros; dos meses después, en agosto, llegó a marcar un máximo histórico peninsular de más de 200. Así que su activación fue un hecho cierto, día tras día, durante meses. Hasta el pasado 20 de octubre, cuando el precio de referencia —que cada tarde envía Mibgas—cayó por debajo de esa barrera y quedó, por primera vez, en suspenso.
Desde entonces, el mecanismo ha alternado periodos en vigor —los más— con otros de inactividad —los menos—. Ha sido el último descenso, más acusado, el que lo ha dejado en suspenso hasta nueva orden: desde el 28 de febrero, este resorte no ha saltado ni una sola jornada. “Es una buena noticia: el consumidor se está beneficiando de esta situación”, apunta Juan Antonio Martínez, analista del grupo ASE. “Los mercados de gas se han ajustado, el tiempo nos ha acompañado y la demanda ha caído”, refrenda Natalia Collado, experta en mercados regulados de EsadeEcPol. “Que haya dejado de estar en vigor significa que el precio del gas está bajando y que hay más horas en las que las renovables marcan precio. Así que sí, es algo positivo”.
Paradójicamente, esta desactivación temporal del tope al gas se ha producido en plena negociación entre Madrid y Lisboa —a un lado de la mesa— y Bruselas —al otro— para su prórroga más allá del 31 de mayo, cuando vencía. Hay, también, espacio para una segunda paradoja: el mecanismo ha pasado a la reserva justo cuando la compensación que lleva asociada les estaba saliendo a devolver a los hogares. En febrero, el reparto de las llamadas rentas de congestión (los beneficios derivados de las exportaciones a otros países, con Francia a la cabeza) provocó que el ajuste abaratase el recibo en lugar de encarecerlo, como había sido la norma en los meses anteriores, en los que —puntualmente— la compensación llegó a ser superior al propio coste de la energía.
Eso, sin embargo, no quiere decir que para las familias y las empresas sea mejor que esté activa. “Es verdad que hay un punto en el que las exportaciones benefician a los consumidores, pero también significaría que el precio del mercado mayorista sería más alto y, por tanto, también estaríamos pagando más”, explica Martínez. “Que esté inactiva significa que el gas está más barato y, por tanto, que pagamos menos por la luz”.
Umbrales más altos en la segunda mitad del año
Incluso inactiva, como ahora, la excepción ibérica queda como “un seguro frente a cualquier riesgo de repunte en el precio del gas sobre el precio de la electricidad”, en palabras de Luis Atienza, expresidente de Red Eléctrica de España (REE). “Es, ante todo, un mecanismo para frenar esa transmisión directa”. De ahí que, pese a estar inactivo, su prolongación hasta diciembre —a la que Bruselas ha dado su visto bueno— tenga “todo el sentido”.
El acuerdo para la prórroga de la excepción ibérica hasta finales de año, sin embargo, implica una revisión al alza en los umbrales de activación del mecanismo. Los actuales 55 euros por MWh —empezó a subir a razón de 5 euros al mes después de los primeros seis meses— irán creciendo, en forma de “senda lineal” hasta los 65 euros en diciembre. “De mantenerse el actual contexto de precios, es cierto que la eficacia del mecanismo ibérico queda relegada a un plano secundario ya que, al situarse los precios del gas natural por debajo del umbral fijado por el instrumento regulatorio, los efectos del mecanismo ibérico sobre los procesos de casación marginal en los mercados mayoristas son nulos”, admite el Gobierno en el decreto de extensión del mecanismo.
“Es sensato y prudente que se mantenga hasta finales de año, porque no sabemos cómo va a ser el próximo invierno”, dice Collado. “Este año hemos tenido la suerte de poder aprovisionarnos sin mucho problema porque la demanda asiática ha bajado, pero va a depender de cómo se alinean la oferta y la demanda. Aún podemos ver nuevos picos de precios en los próximos meses”.
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