Países Bajos, el agujero por el que la UE pierde 10.000 millones de euros cada año
Ferrovial mueve su sede a un país de tránsito de la inversión foránea, pero los expertos no ven que el traslado facilite su cotización en EE UU
Ferrovial quiere cotizar en Bolsa en Estados Unidos y calcula que será más fácil hacerlo si se convierte en una empresa holandesa. Así presentaba este miércoles el principal diario financiero holandés, Het Financieele Dagblad, el traslado de la sede social de la multinacional española de Madrid a Ámsterdam. Países Bajos tiene una densa red de tratados bilaterales con otros países para evitar la doble imposición fiscal, y ello facilita la inversión extranjera. Además, cuenta con ventajas fiscales que, según la ONG Tax Justice Network, han hecho de Países Bajos un coladero por el que el resto de los socios de la UE pierden 10.000 millones de euros al año en ingresos tributarios. Y España es uno de los más perjudicados: por ahí se escapan, según la ONG, 1.000 millones de euros.
Precisamente, la presión internacional derivada de la consideración de Países Bajos como un lugar de tránsito para la inversión extranjera ha propiciado la introducción de medidas para tratar de borrar esa imagen. Según el portal informativo del Gobierno, “las tasas sobre intereses y regalías, en vigor a partir de 2021, han permitido gravar los pagos a países con muy pocos impuestos —inferiores al 9%— o ninguno”. A partir de 2024, “los pagos de dividendos también estarán sujetos a la retención a cuenta”, recuerdan las mismas fuentes oficiales.
Aun así, la ONG Tax Justice Network estima que los Estados de la UE “pierden alrededor de 10.000 millones de euros anuales en ingresos fiscales debido a empresas” que son sociedades anónimas creadas por algunas compañías y que están radicadas en suelo holandés, pero “cuyos cánones y dividendos fluyen hacia paraísos fiscales”. A principios de 2020, había en Países Bajos 24.345 multinacionales, una cifra récord desde 2010. El 60% estaba en manos extranjeras.
Para Paul Tang, europarlamentario socialdemócrata holandés que lidera la Subcomisión de Asuntos Tributarios, la estabilidad invocada por Ferrovial no es convincente. De hecho, los beneficios tributarios ofrecidos a la inversión extranjera no han evitado que grandes compañías como Shell y Unilever se hayan llevado sus cuarteles generales de Países Bajos al Reino Unido. “Es un razonamiento [el de Ferrovial] singular, porque las compañías holandesas se quejan de que el clima inversor es desfavorable y está plagado de incertidumbre. Se fueron Shell y Unilever, y Boskalis [una de las mayores expertas mundiales de dragado, con más de 10.000 empleados] ha amenazado con hacerlo”, dice en conversación telefónica. En su opinión, si es que el cambio de Ferrovial “se debe a unas supuestas ventajas fiscales, y espero que no sea así, habrá que preguntar al Gobierno holandés”. “Le pediré a mis colegas en el Congreso, en La Haya, que inquieran sobre ello”, añade.
Otra de las explicaciones barajadas por Tang apunta a las posibles ventajas de las leyes corporativas holandesas “sobre la gestión de las empresas”. “Pero, en estos momentos, solo podemos intentar adivinar las verdaderas intenciones de Ferrovial”, admite. Dirk Schindler, experto en macroeconomía de la Universidad Erasmus, de Róterdam, compara el efecto causado por la marcha de la multinacional española con el que tendría, por ejemplo, la salida de Alemania de Siemens. “Países Bajos no ha resuelto todos sus problemas para reducir el flujo de dinero hacia países con una tasa impositiva más baja, pero la situación es mucho mejor que antes”, señala.
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