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La empresa matriz de Uniqlo aumenta entre un 18% y un 40% el sueldo de sus trabajadores en Japón

Fast Retailing incrementa los sueldos para compensar la inflación, que escaló un 4% en diciembre de 2022

Uniqlo salario Japón
Una tienda de Uniqlo en Tokio en 2020.Kim Kyung Hoon (Reuters)

Fast Retailing, el grupo textil más grande de toda Asia y propietario de la popular marca Uniqlo, ha anunciado una revisión de su sistema de remuneración, que supondrá una subida de entre el 18% y el 40% de los sueldos de su plantilla en Japón a partir de marzo. La cadena textil ha tomado esta decisión tan solo un día después de que se anunciase que el Índice de Precios al Consumo (IPC) de Tokio —que se utiliza como barómetro adelantado del resto de la nación— alcanzó un 4% interanual en el mes de diciembre, su nivel más alto en cuatro décadas. El primer ministro nipón, Fumio Kishida, ya pidió la semana pasada a las compañías del país incrementar los salarios de sus trabajadores para compensar el encarecimiento de los precios.

Japón se ha caracterizado durante lustros por unos niveles bajos de inflación debido a la pobre demanda ante un exceso de la oferta. Esa situación ha provocado que los salarios de los japoneses se hayan mantenido prácticamente estancados desde principios de la década de 1990. De hecho, según datos de la OCDE, el salario medio en Japón es el más bajo de todos los países del G7, lo que ha dificultado durante años la captación de talento internacional a las firmas niponas con fuerte presencia en el extranjero.

En un comunicado publicado este miércoles, Fast Retailing anunció que los cambios en el sistema de remuneración tienen precisamente el objetivo de hacer a la empresa más competitiva a nivel global y “pagar adecuadamente a todos y cada uno de los empleados por su ambición, talento y capacidad para contribuir al crecimiento del negocio”, en lugar de basarse exclusivamente en su antigüedad.

Es la primera vez en 20 años que Fast Retailing, que gestiona más de 3.500 tiendas de ropa en todo el mundo, revisa el sistema de remuneración de todo el grupo, ha expresado la portavoz de la compañía, Pei Chi Tung, quien añadió que subir los sueldos en Japón era “una necesidad imperiosa”, puesto que “se habían mantenido especialmente bajos”. En su nota, afirman que ya han incrementado los salarios en otros países.

Como resultado, en Japón, el salario base de los recién graduados pasará de los 255.000 yenes mensuales a 300.000 (de 1.800 a 2.116 euros), un incremento anual aproximado del 18%. Para aquellos que asuman un nuevo cargo como gerente de tienda, el aumento será de los 290.000 yenes al mes a 390.000 (2.046 a 2.750 euros), un 36% anual más, mientras que, para otros empleados, la compañía planea subir los salarios anuales hasta en un 40%. “En lo adelante, la nueva remuneración de cada trabajador se decidirá según los criterios fijados a nivel mundial”, ha asegurado la empresa. Los sueldos de los empleados a tiempo parcial ya aumentaron en una media del 20% en septiembre.

A pesar de que los costes totales de personal se elevarán alrededor de un 15% con respecto al año anterior, Fast Retailing considera que se amortiguarán gracias al impulso que supondrá para la productividad. El grupo textil lleva un año haciendo frente a grandes retos provocados por la depreciación del yen frente al dólar, el aumento de los precios de las materias primas desde el estallido de la guerra de Ucrania y las interrupciones en las fábricas y en la cadena de suministro a raíz de los brotes de covid-19 en China.

Taro Saito, investigador ejecutivo del Instituto de Investigación NLI, considera que es muy probable que otras compañías niponas sigan el ejemplo de la matriz de Uniqlo, puesto que las ganancias corporativas están alcanzando niveles récord en Japón: “El aumento de sueldos aprobado por Fast Retailing es probablemente inigualable, pero creo que veremos otros incrementos significativos por parte de muchas empresas”. Según un reciente estudio japonés citado por medios locales, más de tres cuartas partes de las firmas encuestadas subieron sus honorarios el año pasado, aunque la mayoría de los aumentos se situaron muy por debajo del 10%.

En su discurso de Año Nuevo a los líderes empresariales, el primer ministro Kishida mostró su preocupación por el estancamiento de los sueldos de los japoneses en medio de la presente ola inflacionaria: “Recibimos señales alarmantes que nos advierten de la posible aparición de estanflación si los salarios no aumentan al mismo ritmo que lo hacen los precios”. En noviembre, la inflación nacional subió un 3,7% interanual, su ritmo más rápido desde la crisis del petróleo en Oriente Medio en 1981. En los datos del IPC de Tokio, publicados el martes, la inflación de la capital en el mes de diciembre alcanzó el 4%.

En 2013, el Banco de Japón fijó como meta para la estabilidad de precios una inflación del 2%, que hasta hace pocos meses había estado lejos de alcanzarse. Para los economistas, la inflación, en pequeñas dosis, activa los motores de la economía: aumenta los beneficios de las empresas, los salarios y, por ende, estimula el crecimiento.

Este reciente cambio en el paradigma ha avivado las expectativas de que, durante las tradicionales negociaciones salariales de primavera, conocidas como shuntō, se consigan aumentos significativos. La Confederación de Sindicatos Japoneses aspira a que este año se produzca un aumento salarial del 5% interanual o del 3% en términos de salario base, que supondría la mayor subida desde 1995. Analistas de Goldman Sachs, sin embargo, rebajan esas expectativas al 2,5%, cifra que continuaría siendo la más alta desde finales del pasado siglo.

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