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La subida de tipos y la caída de las tecnológicas arrastran a Wall Street a cerrar el peor año desde 2008

La lucha contra la inflación y el temor a una recesión en 2023 retraen a los inversores en un año marcado también por el pinchazo de las criptodivisas

María Antonia Sánchez-Vallejo
Un operador, este viernes en la última sesión del año en Wall Street (Nueva York).
Un operador, este viernes en la última sesión del año en Wall Street (Nueva York).TIMOTHY A. CLARY (AFP)

La subida de tipos de interés para domeñar la inflación, el descalabro de las criptomonedas y el horizonte sombrío de las tecnológicas, que han anunciado despidos en masa, han contribuido entre otros factores a que 2022 haya sido el peor año en Wall Street desde 2008, el de la Gran Recesión. El temor a una recesión en 2023 si la subida del precio del dinero enfría demasiado la economía ha retraído a los inversores, aunque algunos analistas aventuran que el mercado tenderá el año próximo a ser alcista, si bien con altibajos.

El Dow Jones de Industriales, que agrupa a las 30 mayores empresas del país, perdió este año el 8,8% acumulado. El selectivo S&P 500 protagonizó una caída más pronunciada, dejándose casi 20 puntos, y el tecnológico Nasdaq superó las peores expectativas, con una pérdida del 33%. Tras más de dos años con el viento en la popa por la pandemia, que instituyó el teletrabajo y dio alas al entretenimiento digital, las tecnológicas y su provechosa estela de startups avizoran 2023 con pronósticos sombríos. Entre las grandes destacan los batacazos de Tesla, que ha perdido el 65% de su valor bursátil, y Meta, el 64%.

Tras un año excepcional para la renta variable en 2021, en el que el S&P 500 alcanzó máximos históricos consecutivos, pocos preveían la caída que se produciría este año. Las órdenes de venta han sido la tónica general, una tendencia que ni siquiera ha podido remediar la oleada de compras en las últimas horas de la sesión de este viernes. El Nasdaq 100 también cerró a la baja, perdiendo un tercio de su valor en 2022, ya que los valores tecnológicos se han mostrado especialmente vulnerables a la subida de tipos. Ha sido también el peor año en más de una década para la renta variable y la renta fija, y un periodo especialmente volátil para las materias primas. El dólar sin embargo se ha revalorizado frente a otras divisas, en especial frente al euro.

El único sector que se ha visto catapultado al verde ha sido el de la energía, con una subida del 56% sustentada en el aumento de los precios del petróleo y el gas a consecuencia de la guerra de Ucrania. Pese al rédito que ha procurado a los accionistas, la energía, junto con los alimentos, ha sido la responsable de que la inflación se desbocara este año en EE UU hasta su nivel más alto en cuatro décadas.

La polémica de Twitter y la quiebra de FTX

La inflación, que durante buena parte de 2021 fue vista como un fenómeno transitorio por la Reserva Federal -un error de cálculo que el propio presidente de la Fed, Jerome Powell, ha reconocido-, se afianzó en 2022, con un pico del 9,1% en junio pasado, y en marzo obligó al banco central a subir los tipos, que durante la pandemia quedaron congelados en torno al 0% para evitar que la economía descarrilase. Tras tres aumentos seguidos de 0,75% puntos básicos, la Fed moderó el ritmo en diciembre, con la subida de sólo medio punto porcentual, pero los pronósticos para 2023 no descartan un enfriamiento del mercado laboral, con repunte del desempleo y, eventualmente, una recesión que muchos analistas sitúan en la segunda mitad de 2023.

Factores como el cambio de titularidad de Twitter, con la ruidosa entrada de Elon Musk en octubre, tras lo cual la compañía dejó de cotizar, y el fraude de la firma de criptomonedas FTX han sacudido especialmente los cimientos de Wall Street, por si el año no hubiera sido de por sí agitado. La ola de despidos masivos anunciados por Musk tras su desembarco en la red social, que adquirió por 44.000 millones de dólares, ha tenido réplicas generalizadas en grandes tecnológicas como Meta, Amazon, Google, Microsoft o Netflix, que también han congelado las contrataciones. El cambio de hábitos de los consumidores tras la pandemia ha recortado sensiblemente los beneficios de estas firmas.

2022 ha sido también el año del pinchazo de la burbuja cripto. El declive se ha visto impulsado, entre otros factores, por el escándalo de la plataforma FTX, uno de los más graves de las últimas décadas, y la detención e imputación por fraude de su fundador, Sam Bankman-Fried. FTX se declaró en quiebra en noviembre. El bitcóin, la criptomoneda más utilizada, ha perdido un 65% de su valor este año, además de suscitar cada vez más rechazo por su impacto ambiental. En una iniciativa pionera, Nueva York se convirtió en noviembre en el primer Estado del país que prohíbe la minería de criptomonedas alimentada por centrales de combustibles fósiles.

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