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Competencia multa a RWE y a Total por cancelar entregas de gas durante ‘Filomena’ y en febrero de 2021

Los gigantes alemán y francés, que tendrán que pagar 3,6 y 1,2 millones de euros, incurrieron en una “infracción grave” al no avisar con anticipación del cambio de su programación en un momento de especial tensión para el sistema gasista español

Ignacio Fariza
Multa a RWE y  Total
La planta regasificadora del puerto de Barcelona, el pasado 11 de diciembre.PAU BARRENA (AFP)

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha anunciado este jueves sendas multas, de 3,6 y 1,2 millones de euros, a los gigantes energéticos alemán y francés RWE y TotalEnergies por “incumplir los plazos estipulados” en los que debían comunicar al gestor técnico del sistema gasista, Enagás, “importantes variaciones en sus programas de aprovisionamiento” de gas natural licuado (GNL, el que llega por barco) en España. En concreto, el regulador se refiere a la cancelación por parte de ambas empresas de dos entregas de combustible en los puertos de Bilbao y Barcelona durante el temporal de frío y nieve de Filomena y en las semanas siguientes. Un periodo en el que el uso de calefacciones y, por tanto, de gas, se disparó hasta valores “cercanos a máximos históricos”.

En el primer caso, la empresa alemana tenía prevista la llegada de 1.050 gigavatios hora (GWh) de gas a bordo de uno de sus buques al puerto vizcaíno el 7 de enero de 2021, la jornada en la que empezó a nevar en la zona centro de la Península y las temperaturas comenzaban una senda bajista que llevó a los mercurios a marcar mínimos plurianuales en varias estaciones de medición. Unas semanas antes, RWE ya había cursado “dos solicitudes de modificación del slot” que fueron aceptadas por parte del gestor técnico del sistema (Enagás). El 28 de ese mes, el gestor pidió a RWE que confirmara que entregaría la carga el 7 de enero, que afirmó encontrarse aún “en conversaciones para definir su destino final”.

Dos días después, Enagás enfatizó “la especial importancia que tenía la información solicitada, como consecuencia de un periodo de aviso por bajas temperaturas (que posteriormente evolucionó en ola de frío). Una petición a la que RWE no respondió hasta el 4 de enero, solo después de un nuevo requerimiento de información. Lo hizo “sin confirmar el destino final del barco” y advirtiendo de “la posibilidad de su desvío”, a pesar de que el propio capitán del barco había indicado el día anterior una hora estimada de llegada a Bilbao.

El gestor técnico del sistema volvió a dejar patente su disconformidad con la forma de proceder de RWE, “haciendo especial hincapié en que la situación climática había evolucionado desde la última comunicación, encontrándose en este momento el sistema sometido a una ola de frío, con incrementos de demanda esperados cercanos a los valores máximos históricos”. Dos horas después, la energética alemana respondió “indicando la cancelación de la descarga, sin incluir motivo alguno de la causa”.

En el caso de Total, la entrega —950 GWh de gas con destino Barcelona— estaba prevista para unas semanas después: el 5 febrero de 2021, cuando el sistema gasista español empezaba a recuperar el resuello tras la tensión a la que fue sometido por Filomena. Tras hasta cinco peticiones de cambio de fecha —solo una de ellas aceptada por Enagás— y a pesar de haber confirmado, el 25 de enero, que se mantenía el plan previsto, la mañana del 1 de febrero —y habiendo mediado una nueva solicitud de información del gestor— la energética francesa “solicitó formalmente una modificación del volumen de su descarga”. Los 950 GWh pasaban a ser menos de la mitad: 450.

Menos de cuatro horas después, la tarde del 1 de febrero, Total cancelaba la entrega “alegando problemas con el suministrador y sin aportar ninguna evidencia de lo expuesto”. Este movimiento tuvo tanto consecuencias operativas —”obligando a la instalación de Barcelona a disminuir su producción drásticamente, hasta su escalón mínimo de regasificación para poder mantener niveles de GNL en tanque por encima de su talón hasta su próxima descarga, programada el 17 de febrero”— como sobre la seguridad de suministro —”la terminal es una infraestructura crítica para garantizar la cobertura de la demanda en su área de influencia antes escenarios de demanda de punta invernal”—.

La CNMC permite a las comercializadoras de gas modificar hasta en dos ocasiones tanto la fecha en la que va a descargar el buque, como la planta de descarga y el volumen del cargamento siempre que este lo comunique con una antelación mínima de cinco días. Algo que no sucedió en ninguno de estos dos casos. El organismo ve acreditado que ambas empresas incumplieron con su obligación de notificar en plazo ese cambio en su programación.

Valoración de las multas

La ley del Sector de Hidrocarburos encuadra ambos comportamientos bajo el epígrafe de “infracción grave”. En la valoración de las multas, la CNMC ha “tenido en cuenta la graduación económica establecida en la normativa vigente para infracciones graves [que contempla una sanción máxima de seis millones de euros], el grado de incumplimiento, las primas medias alcanzadas en las subastas de capacidad de descarga de GNL para el periodo en el que tendrían lugar (1,33 millones por descarga) y el volumen de negocio de las sancionadas”.

“A veces, estos buques se marchan a todos países, sobre todo cuando son traders más pequeños. Lo llamativo es que estamos hablando de dos empresas muy muy grandes, que no suelen arriesgarse a recibir este tipo de multas”, explica, bajo condición de anonimato, una persona conocedora del funcionamiento del sistema gasista español.

Cuando se pospone o se cancela un envío sin previo aviso —o avisando más tarde de lo estipulado—, “se obliga a cambiar toda la programación del gasista”, explica esta fuente. “Y en una situación crítica, de tensión, como entonces con Filomena, se puede descuadrar todo”. En otras palabras: el gestor del sistema contaba con que iba a recibir una cantidad determinada de combustible en un momento de máximo consumo de gas en la Península. Al cambiar de planes, tanto RWE como TotalEnergies dejaron un hueco que, afortunadamente, no tuvo mayores implicaciones para la estabilidad del sistema gasista en su conjunto. Pero bien podría no haber sido así.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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