Bankman-Fried, el cerebro de FTX acusado de fraude, en libertad bajo fianza de 250 millones de dólares

Sam Bankman-Fried, el cerebro de la firma de criptodivisas FTX, ha asistido este jueves a la lectura de los cargos en un tribunal federal de Manhattan (Nueva York). Los fiscales han impuesto unas condiciones draconianas de libertad condicional para el responsable de lo que consideran “un fraude de proporciones épicas”, entre ellas el pago de 250 millones de fianza, arresto domiciliario en el domicilio de sus padres, en Palo Alto (California), y vigilancia de la ubicación, así como la entrega del pasaporte. Sus abogados han aceptado los términos, según la agencia Reuters, que regirán hasta la celebración del juicio. Los jueces también han ordenado que reciba tratamiento de salud mental y drogodependencia.

Bankman-Fried, de 30 años, llegó en la noche del miércoles a Nueva York, extraditado desde Nassau, donde la empresa tenía su sede y donde fue detenido el pasado día 12 a instancias de las autoridades estadounidenses, que le atribuyen múltiples delitos que condujeron a la quiebra de su empresa. Entre los ocho cargos que se le imputan figuran los de fraude electrónico, lavado de dinero y violación de las leyes de financiación de campañas políticas, además de malversación.

Paralelamente, dos altos ejecutivos de la plataforma de intercambio de criptodivisas FTX han sido declarados culpables de cargos relacionados con su papel en la quiebra de la compañía. El fiscal federal Damian Williams, del distrito sur de Nueva York, ha anunciado que Caroline Ellison, ex directora ejecutiva de Alameda Research, y Gary Wang, cofundador de FTX, se habían declarado culpables de cargos relacionados con su papel en la quiebra de la empresa. Ambos están cooperando con las autoridades para aportar más detalles de cómo se produjo la quiebra de FTX.

Bankman-Fried está cada vez más solo, y más cercado por las evidencias. Ellison y Wang han dado una versión de lo sucedido que contradice los argumentos de su defensa. Aunque el fundador de FTX ha dicho en repetidas ocasiones que no estaba al tanto de lo que ocurría en Alameda, la filial de negociación de la bolsa, los documentos presentados este miércoles por las autoridades afirman lo contrario. El regulador bursátil de EE UU (SEC, en sus siglas inglesas) sostiene que FTX, bajo conocimiento de Bankman-Fried, había permitido a Alameda invertir “activos de clientes” y que la filial lo había hecho para realizar inversiones mucho más arriesgadas que los “bonos del Tesoro”. De hecho, la SEC acusa a Bankman-Fried de utilizar ilícitamente desde el principio el dinero de los clientes de FTX para financiar su imperio criptográfico. La última revelación es que FTX utilizó un token que inventó para financiar su adquisición de la plataforma de negociación Blockfolio, según documentos obtenidos por Bloomberg.

Los fiscales han instado a los ejecutivos de la firma a seguir el ejemplo de Ellison y Wang y, de hecho, se espera que aparezcan más traidores. Ryan Salame, ex codirector ejecutivo y número dos en la práctica de la compañía, es uno de los informantes más valiosos, por su cercanía a Bankman-Fried y también por su papel en la financiación irregular de campañas electorales, en beneficio en su caso de los republicanos. Algunos beneficiarios de las donaciones de los directivos de FTX, como el congresista demócrata Hakeem Jeffries, han devuelto el dinero o lo han entregado a causas benéficas.

El equipo legal de Bankman-Fried había informado el lunes de que su cliente renunciaba a impugnar la extradición. El empresario declaró en Bahamas que renunciaba a ese derecho en parte por su “deseo de compensar a los clientes afectados” por la quiebra de FTX, que se declaró en bancarrota el pasado 11 de noviembre tras un rápido colapso después de que muchos usuarios se apresurasen a retirar sus fondos en medio de informaciones que ponían en duda la solvencia de la compañía. Ese mismo día, Bankman-Fried dimitía como consejero delegado de la compañía.

FTX anunció a mediados de noviembre que había decidido acogerse a la Ley de Quiebras de Estados Unidos, el conocido como capítulo 11, para llevar a cabo de manera ordenada el proceso de evaluación y liquidación de activos en beneficio de las partes interesadas. Según un expediente judicial, FTX debía a sus 50 mayores acreedores casi 3.100 millones de dólares (2.919 millones de euros).