Italia aumentará el gasto público para “liberar” 30.000 millones contra la crisis energética
El Gobierno de Giorgia Meloni aprueba su primera hoja de ruta económica y prevé inyectar 9.500 millones de ayudas ya la próxima semana
La Italia de Giorgia Meloni se endeudará para paliar las consecuencias de la crisis energética. El nuevo Gobierno italiano, presidido por la líder de los ultraderechistas Hermanos de Italia, ha tomado sus primeras decisiones económicas y prevé aumentar el déficit en 2023 hasta un 4,5% para “liberar” cerca de 30.000 millones de euros que irán destinados a mitigar la escalada de precios de la energía.
El Ejecutivo planea sacar adelante la próxima semana un paquete de ayudas por valor de 9.500 millones de euros. El equipo de Meloni, que trabaja a contrarreloj para dar forma a su primera ley de presupuestos y mandarla a Bruselas, pedirá la aprobación al Parlamento, donde tiene mayoría absoluta, para activar las primeras partidas en los próximos días. Los 21.000 millones restantes se invertirán durante 2023 y estarán destinados también exclusivamente a limitar el aumento de las facturas de gas y electricidad.
“Nos habíamos comprometido a esto y con la situación actual no podemos hacer otra cosa”, señaló Giorgia Meloni en una rueda de prensa en la que ilustró junto al ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, las nuevas medidas. El Gobierno aún no ha precisado qué mecanismos utilizará para poner en marcha las ayudas, pero Giorgetti ha señalado que esta medida, una de las propuestas estrellas de la ultraderecha en la campaña electoral, “dependerá mucho de la evolución del mercado de la energía”. Y ha puntualizado: “En estos momentos asistimos a una reducción del precio del gas pero para los meses futuros hay previsiones menos optimistas”.
Para respaldar este gasto Italia prevé aumentar su nivel de déficit hasta el 4,5%, algo más de medio punto respecto al 3,9% de déficit proyectado por el anterior ejecutivo de Mario Draghi. Roma prevé que esta cifra descienda progresivamente hasta llegar al 3% en 2025. El margen de movimientos del país transalpino es limitado: está entre los más endeudados de la Unión Europea, con una deuda pública que ronda el 150% del PIB.
Roma tiene solo unas semanas para llegar a un entendimiento con la Comisión Europea sobre las líneas generales de la ley de presupuestos, que deberá formalizarse a finales de noviembre con la presentación del Documento de Planificación Presupuestaria. Según los medios locales, estas previsiones de gasto que acaba de aprobar el Gobierno ya han recibido, aunque de manera informal, la luz verde de la Comisión.
Habitualmente el otoño siempre ha estado dedicado a la tramitación, a menudo compleja, de la ley de presupuestos, y por este motivo nunca había habido elecciones generales en esta época del año en la historia republicana del país. Esta norma no escrita se ha roto este año y el nuevo Gobierno, que lleva poco más de diez días en el cargo, va con cierto retraso respecto a los plazos tradicionales para la cuestión presupuestaria. Aunque las leyes de presupuestos suelen aprobarse en los últimos días de diciembre, los anteriores ejecutivos consiguieron presentar sus proyectos de ley a mediados de octubre.
El Gobierno de Meloni ha aprobado también su primera Nota de Actualización del Documento de Economía y Finanzas (NADEF), que recoge las previsiones sobre las que se elaborarán los Presupuestos para el 2023. En el texto, el ministerio de Economía revisa al alza el incremento del producto interior bruto (PIB). Según sus previsiones, a finales del 2022 crecerá un 3,7 %, mientras que el gobierno anterior de Mario Draghi había estimado el pasado septiembre un 3,3 % de crecimiento. También señala que la economía de la tercera potencia del euro aumentará solo un 0,3 % el año próximo, una previsión en línea con el anterior Ejecutivo, que había pronosticado un aumento del 0,6%.
Meloni ha anunciado además su intención de ampliar el marcado del gas italiano, extraído en territorio nacional, y planea desbloquear algunas extracciones y dar nuevas concesiones para perforaciones, con la posible condición de que ofrezcan el gas a las empresas con un precio controlado. El objetivo es continuar la reducción de la dependencia del gas de Rusia, que hasta este año era su primer proveedor. Con los acuerdos firmados por el anterior Ejecutivo se ha logrado reducir considerablemente el intercambio con Moscú y actualmente Argelia ya es el primer proveedor de gas de Italia.
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