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Las empresas españolas en China, inquietas por el giro proteccionista del país

Casi el 75% de las compañías afirma haber retrasado o cancelado planes de inversión, según un informe del Instituto de Comercio Exterior y el Foro de Marcas Españolas

Globalización
Parte del puerto de carga de Shanghái.
Selina Bárcena

China es el principal socio de España en Asia y primer destino de la exportación española en la región. Por ello, las empresas se muestran inquietas ante las tensiones geopolíticas en el gigante asiático. Según un informe elaborado por el Instituto de Comercio Exterior (ICEX) junto con el Foro de Marcas Renombradas Españolas (FMRE), el 90% de las compañías españolas que operan en China están preocupadas por la situación geopolítica, el 55% afirma haber realizado reajustes en su estrategia comercial debido a esta circunstancia y casi el 75% de las compañías españolas ha retrasado o cancelado planes de inversión. Según el documento, los principales desafíos a los que se enfrentan las empresas tienen que ver con la política de covid cero que promueve el país asiático y con los conflictos geopolíticos, que están motivando un giro proteccionista por parte del mercado chino, que trata de reducir su dependencia exterior.

Para Alicia García Herrero, economista jefe de Asia-Pacífico en el banco Natixis y profesora de la Universidad de Hong Kong, la estrategia comercial de Pekín está cambiando. “China quiere prepararse para un mundo que le es más hostil”, ha afirmado. El Fondo Monetario Internacional ha reducido las previsiones de crecimiento de China hasta el 3,2% en 2022 y el 4,4% en 2023 (frente al 8,1% del 2021), según el informe World Economic Outlook. Además, el Banco Mundial ya había señalado que en 2022 crecería menos que el resto de los países de la región de Asia Oriental y Pacífico por primera vez desde 1990. A esto se suma el desplome de su sector inmobiliario y la decisión de EE UU de prohibir que los fabricantes chinos compren semiconductores y materiales de producción estadounidense.

En esta coyuntura, Guerrero ha señalado que China tratará de impulsar el sector tecnológico para reducir su dependencia y reforzar su posición exterior. Además, ha apuntado que la caída de las importaciones y la búsqueda de autonomía en el terreno tecnológico llevarán a una pérdida de relevancia internacional de los mercados chinos. Para las empresas españolas esto supone, según la economista, un aumento en la competitividad y la necesidad de integrarse a nivel local. “Hay que aceptar el rol de la política y la intervención en algunos aspectos de la gestión de nuestras empresas”, ha explicado.

El acceso a un mercado cerrado y la normativa legal se suman a la política covid cero como los principales problemas a la hora de expandirse. El hermetismo en la publicación de datos económicos por parte del gigante asiático es otro de los temas que preocupan a los empresarios españoles. Recientemente, Pekín anunciaba que no publicaría su dato de PIB para el tercer trimestre del año. Según Guerrero, esto va a generar desconfianza en los inversores, y ha subrayado que a la hora de invertir en el mercado del dragón asiático hay que tener en cuenta que “China ya no es predecible”.

Cifras de las empresas españolas

Algo más de la mitad de las empresas de la muestra (51.6%) desarrollan su actividad en la industria manufacturera, destacando el sector de la alimentación y las bebidas (34.1%). Otros sectores manufactureros en los que las empresas suponen un 3% o más del total son la industria química (4%) y la fabricación de productos farmacéuticos (3.2%). Por su parte, el comercio aglutina al 22,2% de las empresas. En cuanto a su implantación en el mercado, el 50% operan desde hace mas de diez años y el 75%, desde hace mas de cinco.

Según el informe, las restricciones a la movilidad han provocado que el personal esencial para el negocio en China no haya podido desplazarse allí o sufra confinamientos locales. Esto ha afectado al 39,3% de las empresas consultadas en la muestra. En segundo lugar, las interrupciones en la cadena de suministro perjudicaron a un 19,6% de las empresas. En tercer lugar, y derivado de ello, ha habido retrasos en el proceso productivo o una reducción de la producción para un 14,3% de las firmas. En términos globales, un 73% de las compañías señala alguno de estos problemas derivados de la crisis sanitaria como obstáculo.

En el debate posterior a la presentación, el director internacional de Osborne, Jaime Fernández, ha recalcado la necesidad de ofrecer un producto “exclusivo” como una de las claves de su éxito en China. El grupo Osborne facturó el año pasado 13,5 millones de euros en el país asiático. En la mesa redonda también participaron representantes de la Cooperativa Mondragón, con 20 plantas de producción propia en China y cuya cifra de venta supera los 250 millones de euros, y de la empresa manufacturera Gestamp, que en 2021 alcanzó una facturación en ese país asiático de 1.150 millones de euros, lo que representa un 14% de las ventas del grupo.








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