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El fugitivo ‘cripto’ más buscado alardea de que está haciendo “cero esfuerzos” para ocultarse

El coreano Do Kwon, buscado por Interpol por el colapso de Luna y TerraUSD, asegura que pasea y acude a centros comerciales con normalidad

Do Kwon
El fundador de Terraform Labs, Do Kwon, en la oficina de la compañía en Seúl, el pasado mes de abril.Woohae Cho (Bloomberg)
Álvaro Sánchez

El nombre de Do Kwon provoca escalofríos en los cientos de miles de inversores que en mayo vieron esfumarse sus ahorros en solo unas horas, 40.000 millones de euros en total —otras estimaciones hablan de 60.000 millones—. Las responsabilidades judiciales del mayor pufo jamás detectado en el joven universo de las criptomonedas, sin embargo, están todavía por asumir. El fundador de Luna y TerraUSD se marchó de su país, Corea del Sur, en abril, poco antes de que todo saltara por los aires. Supuestamente, puso rumbo a Singapur, desde donde sigue publicando en redes sociales. Lejos de haber escarmentado por el agujero que dejó a inversores de todo el planeta, su principal actividad es el proselitismo de su intento por renacer una versión nueva de su fallido proyecto.

La situación del joven de 31 años, que un día fue considerado una de las mentes más innovadoras de Asia —apareció en 2019 en la lista Forbes de 30 personalidades prometedoras menores de 30 años—, es delicada. Un tribunal surcoreano emitió a mediados de este mes una orden de arresto contra él y otras cinco personas, y ha pedido la ayuda de Interpol para atraparlo. Su paradero está rodeado de misterio: en su cuenta de Twitter, donde cuenta con más de un millón de seguidores, ha colocado Singapur como su ubicación, pero no hay ninguna otra prueba de que realmente esté allí.

Mientras tanto, Kwon traslada una imagen de normalidad en su vida cotidiana. “Como ya dije, estoy haciendo cero esfuerzos por esconderme. Voy a pasear y a centros comerciales”. Se refiere en la frase a lo que ya afirmó el pasado 17 de septiembre, cuando también desde Twitter aseguró que no se había fugado. Preguntado este lunes por un usuario de dicha red social sobre dónde se esconde, respondió sin dar pistas sobre su ubicación exacta, pero sin dar la impresión de estar encerrado en un sótano bajo siete llaves. “Estoy escribiendo código en mi sala de estar”, respondió. La Policía de la ciudad Estado, sin embargo, aseguró días atrás de que Kwon tampoco se hallaba en este territorio, según el diario hongkonés South China Morning Post.

Kwon tiene otra buena razón para no ser más explícito sobre su residencia. Cuando se vino abajo el esquema algorítmico en que se apoyaba el valor de Terra/Luna, que prometía una rentabilidad del 20% solo por mantenerla en cartera, uno de los afectados llegó a tocar la puerta de su vivienda en Corea y preguntar por él a su esposa, lo que llevó a esta a solicitar protección policial a las autoridades. El reguero de damnificados, algunos de los cuales han visto evaporarse cantidades que han tardado décadas en reunir a base de trabajo, le ha convertido en la diana de muchos odios, aun cuando las advertencias de los reguladores señalaban este tipo de inversiones como de alto riesgo.

Si finalmente es arrestado y llevado a juicio, el proceso contra Do Kwon serviría para aportar más luz sobre el auge y caída de la que llegó a ser una de las 10 mayores criptomonedas del mundo. Y una sentencia ejemplarizante podría desincentivar a quienes pretendan emprender caminos similares. Por ahora, se dice preparado para defenderse “en múltiples jurisdicciones”, dado que hay presentadas contra él demandas colectivas de afectados en EE UU y Corea del Sur, y de vez en cuando teclea su nombre en la lista roja de Interpol, donde de momento, su nombre y fotografía no aparecen en la base de datos pública de dicha agencia policial.

Eso no quiere decir que no esté en su punto de mira. Según informó este lunes la BBC, Interpol ya ha emitido una orden de arresto a nivel global, lo que presumiblemente solo puede anticipar dos cosas: o una próxima imagen de Kwon esposado, o un intento de esfumarse y entorpecer la acción de la justicia.

El derrumbe de la iniciativa a la que se dedicó en cuerpo y alma en los últimos años no solo ha traído desasosiego a los particulares que invirtieron en Luna. Su propia vida personal está tan ligada a ese proyecto que llamó Luna a su primera y única hija, nacida en abril. “Mi más querida creación lleva el nombre de mi mayor invento”, dijo entonces orgulloso. Y sobre todo, el colapso dio inicio a una espiral que arrastró a otras compañías del sector como la plataforma estadounidense Celsius Network, que paralizó la retirada de fondos de sus clientes y luego se declaró en bancarrota, o el fondo Three Arrows Capital (3AC).

Precisamente este martes, el consejero delegado de Celsius, Alex Mashinsky, anunciaba su dimisión. En su carta de despedida transmite desolación. “Lamento mucho las difíciles circunstancias financieras que enfrentan los miembros de nuestra comunidad. He trabajado incansablemente para ayudar a la compañía y sus asesores a presentar un plan viable para que devuelva los fondos a los acreedores de la manera más justa y eficiente”. Las cifras aquí, de nuevo, son mareantes: los clientes de Celsius aguardan una solución que les permita recuperar casi 5.000 millones de euros.

Solo unos días antes de que la fiesta se acabara abruptamente para él, Do Kwon dejó involuntariamente una frase profética durante una entrevista. “El 95% [de las criptomonedas] van a desaparecer, pero también es entretenido ver morir a las compañías”, decía entre risas. Ese juego puede acabar ahora con sus huesos en prisión.

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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