La inflación en la zona euro se sitúa en el 8,9%: España entre los países donde más crecen los precios
La actividad económica aumentó un 4% en el segundo trimestre del año, más de lo previsto
Los precios no frenan en la zona euro y la actividad afloja el ritmo, aunque meno de lo esperado. La inflación ha vuelto a sorprender negativamente. En julio ha subido tres décimas sobre el nivel del mes anterior y se ha situado en el 8,9% en la zona euro. Un nuevo máximo: tantos ya en esta serie estadística de Eurostat en los últimos meses que amenazan con desgastar el adjetivo histórico. El PIB ha puesto en contrapunto este viernes. Aunque el crecimiento del 4% es menor que el del primer trimestre del año, la parada ha sido menos intensa de lo que se preveía, y eso deja una sensación de cierto alivio en Bruselas, como se ha apresurado a destacar el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, sin dejar de advertir por lo que puede venir en otoño: “La economía supera las expectativas. La incertidumbre sigue siendo alta para los próximos trimestres”.
Si algo movió al Banco Central Europeo (BCE) a subir los tipos de interés en medio punto en su última reunión del consejo de Gobierno en lugar del 0,25% anunciado, fue el dato de inflación de junio. Superó sus expectativas. Este mes parece que también lo ha hecho. Al menos la que había entre las distintas casas de análisis recogidas por Bloomberg, que apostaban, en promedio, por un aumento del 8,7%. El dato final ha sido dos décimas superior. Habrá que ver lo que depara agosto. Pero si el IPC no afloja, el BCE se queda con poco margen para evitar otra subida de medio punto, pese a que este jueves el gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco, no la veía necesaria en unas declaraciones a Politico.
Detrás del tremendo aumento de precios vuelve a estar la energía, que se mueve en un aumento anual del 40% desde el pasado marzo. También están los productos frescos no elaborados. Pero lo preocupante ya no es eso, sino que otros componentes de la cesta de la compra empiezan presionar con fuerza. Los bienes industriales no energéticos se han encarecido un 4,5% y los servicios, un 3,7%, porcentajes que pueden parecer bajos ahora, si bien hace meses hubieran resultado impactantes.
Que sea la energía la que más tira de la inflación tiene una explicación clara: la invasión de Ucrania y su impacto en los precios de las materias primas, especialmente del gas. Esto llena de incertidumbre el futuro de la marcha de la economía en los próximos meses, como ha advertido el comisario Gentiloni. Aunque él ha optado por destacar antes el crecimiento del 4% anual en el segundo trimestre.
Good news! Euro area economy outperforms expectations in #Q2. Uncertainty remains high for the coming quarters: need to maintain unity & be ready to respond to an evolving situation as necessary https://t.co/ur7wtxIRzW
— Paolo Gentiloni (@PaoloGentiloni) July 29, 2022
A ese 4% de crecimiento anual han contribuido especialmente Francia, Italia y España que han crecido por encima de la media. El 6,3% de España es uno de los mejores datos de la zona euro, solo superado por Portugal (6,9%). Alemania, en cambio, ha sido el primer causante del enfriamiento. La primera economía de la UE depende mucho de los combustibles rusos y también siente cómo se comporta China, que con su política de covid cero ha paralizado la actividad en varias áreas del país, con el consiguiente impacto económico. Esto se traduce en un crecimiento del 1,5% alemán.
Pese a que el dato anual es peor que el del comienzo de año (5,4%) si la comparación se realiza entre trimestres, la actividad se habría acelerado al pasar de un 0,5% al 0,7%. “Se debe principalmente a un fuerte repunte de la actividad del sector servicios [turismo]. En el primer trimestre, la economía de la eurozona siguió luchando contra la debilidad de la actividad por la variante ómicron, y las cifras del PIB de hoy se benefician de ello. Los sectores relacionados con la hostelería (restaurantes, bares y hoteles) se han comportado especialmente bien en el segundo trimestre, sumándose a la pequeña cifra positiva de crecimiento”, explica el servicio de estudios del banco holandés ING. “El repunte del turismo contribuyó al fuerte crecimiento observado en Italia y España”, añade.
Este buen punto de partida no lleva a los economistas de esta entidad a olvidarse de que vienen curvas a la vuelta del verano: “Creemos que el PIB continuará frenándose conforme se modere el rebote que ha provocado la reapertura de los servicios [tras la covid], se debilite la demanda global y la rebaja del poder de compra [por la inflación] persista. Prevemos que esto tendrá como resultado una ligera recesión en la segunda mitad del año”.
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