Cuando la hipoteca encadena a un seguro: la prima única financiada
Los préstamos que obligan a pagar de una sola vez la protección de impagos o de la casa son “una actuación contraria a las buenas prácticas” según las autoridades; los tribunales ya han dado la razón algunos afectados
José Pablo Sancha, de 50 años, tira de ironía al hablar de su hipoteca: “Es muy completa”, dice al teléfono el propietario, junto con su mujer, del unifamiliar donde viven con sus dos hijos en una localidad próxima a Sevilla. Firmaron en 2006 un préstamo de 180.000 euros que considera “el paradigma de todo lo que no se debe hacer” por la cantidad de cláusulas abusivas que contenía. El empleado público explica que se dieron cuenta pronto, a los tres años, cuando vieron que las cuotas de otros bajaban y las suyas no lo hacían. En 2014 demandaron por primera vez y desde entonces, al albur de sentencias españolas y europeas, han ido viendo lo que podían reclamar y lo que no. Su próxima batalla es un seguro de vida que pagó y sobre el que no sabe nada. “Se me incluyó como un gasto en el conjunto de la operación”, se queja Sancha, “pero cuando he pedido una copia me han dicho que no me la dan porque no soy el beneficiario”.
Lo que Sancha y su mujer firmaron es lo que se conoce como un seguro con prima única financiada. Se abona de una vez para toda la duración de la póliza (en lugar de renovarlo en plazos anuales) y según el abogado Pablo Franquet constituye “un sistema para maximizar los ingresos de las entidades en las operaciones hipotecarias”. En ocasiones el beneficiario no es quien lo paga, sino la entidad, que se garantiza así el cobro del capital pendiente si al prestatario le pasa algo. “La operación es redonda para el banco porque da más préstamos, obtiene más intereses [el importe se suma al principal de la hipoteca] y alimenta el negocio de una filial de seguros”, explica el abogado, quien es socio del área de litigios de Fieldfisher y colabora con Asufin (Asociación de Usuarios Financieros). Por el contrario, para el cliente tiene pocas ventajas: es “una sobregarantía innecesaria”, opina Franquet, porque una hipoteca ya tiene como aval el propio inmueble, y el asegurado no puede anularlo o cambiarlo si le ofrecen otro producto más barato porque ya lo ha abonado.
En España no hay estadísticas sobre cuántos prestatarios han podido verse envueltos en situaciones de este tipo, pero Franquet sostiene que se trata “de una mala práctica bancaria que se ha hecho durante muchos años”. La Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos, ha calificado la prima única financiada como una “actuación contraria a las buenas prácticas” en todas sus memorias de reclamaciones desde 2018, lo que significa que el asunto ha sido motivo reiterado de protestas por parte de los consumidores. El abogado agrega que “hay jurisprudencia y de forma abrumadora se ha dado la razón al consumidor”.
Asufin ha recopilado una veintena de sentencias sobre el asunto en las que el cliente ha ganado el litigio (en una de ellas, mediante estimación parcial). Las cantidades reclamadas van desde unos cuantos miles de euros (Sancha, por ejemplo, cree que pagó 2.204 euros por lo que pone en la formalización de su hipoteca, pero no ha visto la póliza) hasta casi 41.000 euros. En la mayoría de casos, los tribunales ordenan devolver la parte del seguro que no se ha disfrutado y más de la mitad de los fallos tienen fecha de 2019 en adelante: “Poco a poco se va abriendo camino en la jurisprudencia”, aseguran en Asufin.
Acuerdos extrajudiciales
En parte, ese incremento de los litigios se debe al despacho navarro Godaracena Abogados. Su director, Javier Goldaracena, recuerda dos casos de prima única financiada que ganaron en 2019 y levantaron cierta expectativa. De hecho, su experiencia se recoge en el libro Prácticas abusivas bancarias: ¿cómo me defiendo?, que editaron hace un año. “Es un tema bastante bonito”, asegura el experto, “se ha conseguido recuperar cantidades importantes, de hasta 20.000 euros, para los clientes”. Goldaracena cree que “a diferencia de otros temas más trillados y que han llegado hasta el Supremo”, como las cláusulas suelo o las hipotecas multidivisa, los bancos han mantenido en esto un perfil más discreto en los tribunales para no levantar revuelo. Como ejemplo, pone más de de 20 asuntos “resueltos extrajudicialmente” que su despacho ha llevado en los últimos años. Es decir, que las entidades han aceptado acuerdos económicos para no ir a juicio.
Quienes en cambio están muy interesados en promover el conocimiento de esta práctica son los corredores de seguros independientes. La patronal de estos profesionales, Adecose, publicó un informe el pasado febrero donde analiza la manera en que la banca comercializa seguros, algo que creen que les perjudica. Borja López-Chicheri, gerente de esa organización, explica que el informe se ha “remitido a los partidos políticos” y confían en lograr un cambio legislativo cuando haya oportunidad. “Los bancos utilizan su fuerza para invitarte a comprar seguros con ellos”, manifiesta López-Chicheri, “y uno de los clásicos es el seguro de vida con una prima única”. La patronal bancaria ha declinado pronunciarse.
Desde que entró en vigor la Ley reguladora de los contratos de crédito inmobiliario en junio de 2019, en España está prohibido vincular seguros a las hipotecas, más allá de un seguro básico de daños (por ejemplo, en caso de incendios) que sí es obligatorio. Se pueden ofrecer, sin embargo, como producto complementario y bonificar a cambio el precio del préstamo. En ocasiones se siguen ofreciendo a prima única, si no por toda la duración del préstamo sí para varios años. Pero el cliente siempre debe poder rechazarlo y contratar, si lo desea, el producto con un tercero. Eso hace, explica Goldaracena, que para las hipotecas firmadas desde 2019 vaya a ser más difícil reclamar. Porque la base del embrollo judicial, coinciden todos los consultados, es la manera como se comercializaban estos seguros y la falta de trasparencia en la negociación. Este es un requisito que la legislación europea de protección al consumidor consagra y que ha supuesto el talón de Aquiles de todas las cláusulas que se han acabado declarando abusivas.
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