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Wall Street sufre su peor jornada en casi dos años, lastrada por las pérdidas de grandes minoristas

El índice industrial S&P se deja el 4%, siete décimas menos que el tecnológico Nasdaq

María Antonia Sánchez-Vallejo
Un corredor de bolsa en el mercado de valores de Nueva York, el 17 de mayo de 2022.
Un corredor de bolsa en el mercado de valores de Nueva York, el 17 de mayo de 2022.Courtney Crow (AP)

Wall Street ha registrado este miércoles una jornada negra, con el índice Dow Jones cediendo el 3,6% y el tecnológico Nasdaq un 4,7% al cierre de la sesión, en un mercado inquieto por el consumo, motor de la economía de Estados Unidos. El parqué se disponía a encajar la mayor caída diaria en casi dos años, después de que la reducción de ingresos durante el primer trimestre del importante grupo minorista Target, que hoy se ha desplomado un 20%, arrastrara al índice industrial S&P 500 al rojo, con un descenso del 4%. Las grandes tecnológicas también han perdido: Amazon, el 5,21%; Apple, el 3,77%, y Netflix, el 3,84%. El índice tecnológico Nasdaq ha sido el más perjudicado entre los de referencia. El dólar y los bonos del Tesoro ganaron en medio de un repunte en los valores refugio.

Los sombríos resultados de los minoristas han provocado nuevas turbulencias en el mercado de valores, que se suman a las experimentadas durante el mes de abril, con un batacazo histórico del parqué. Target reportó este miércoles ganancias trimestrales muy por debajo de las expectativas, que atribuyó a la inflación y a los continuados problemas de suministro, porque el consumo se mantiene en líneas generales estable. La cadena declaró unos beneficios de mil millones de dólares entre enero y marzo, aproximadamente la mitad de lo que ganó en el mismo período de 2021.

La víspera, la gran cadena de distribución Walmart, el mayor empleador privado de EE UU, anunció que sus ganancias habían caído en el primer trimestre de su ejercicio fiscal un 25% respecto al mismo periodo del año anterior en el trimestre. Walmart formuló un pronóstico sombrío a corto plazo, en un contexto de alta inflación y temores crecientes de estanflación (elevada inflación y a la vez estancamiento de la economía).

Target, afectado al igual que otros grandes distribuidores por ocasionales problemas de desabastecimiento, no había sufrido un revés en bolsa semejante desde el lunes negro de octubre de 1987, cuando los mercados de valores se desplomaron al unísono en todo el mundo. Solo la bolsa estadounidense cayó más de un 20% ese día.

Aunque hasta ahora el pujante consumo había tirado del carro de la recuperación económica tras la pandemia, los costes de combustible y fletes de Target se dispararon en el primer trimestre, mientras que los primeros indicios de cambio en el gasto del consumidor -ligera retracción en la compra de prendas de vestir y artículos para el hogar- han llevado a la compañía a rebajar los inventarios inflados. El impacto de la inflación en el bolsillo del estadounidense, especialmente perceptible en el gasto de alimentación, rentas y energía, puede provocar una moderación en el consumo que tanto Target como Walmart ya anticipan.

Los títulos de Target se han hundido un 25% este miércoles. Las acciones habían caído un 7% en lo que va de año antes de la presentación de resultados del trimestre. La ganancia operativa de Target ascenderá a solo alrededor del 6% de las ventas este año, 2 puntos porcentuales por debajo del pronóstico anterior, explicó la compañía. “Hemos sido [en el primer trimestre] menos rentables de lo que esperábamos, o pretendemos ser con el tiempo”, dijo Brian Cornell, máximo responsable de la empresa. “De cara al futuro, está claro que muchas de estas presiones de costes persistirán en el corto plazo”.

Entre los motivos que la empresa baraja para explicar el varapalo, figura la transformación de los hábitos de consumo por la recuperación de pandemia. Si durante la emergencia sanitaria los hogares invertían en la compra de televisores u otros objetos para la casa, como electrodomésticos y ordenadores, la expansión que como efecto rebote ha seguido a la normalización de hábitos impulsa ahora a los estadounidenses a un mayor gasto en ocio y restauración.

Además, la fuerte inflación, que se sitúa en los niveles más altos en cuatro décadas, ha forzado a la Reserva Federal a endurecer su política monetaria. En mayo ha aprobado la mayor subida de tipos en 22 años, de medio punto, y planea subir otro tanto los tipos en junio y en julio. Su presidente, Jerome Powell, ha dejado claro que incluso puede aplicar subidas más duras si los precios no aflojan la presión. Las subidas de tipos no gustan en las Bolsas.

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