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El vacuno busca mercados alternativos al cierre de Argelia

Francia ocupa el hueco dejado por España en la venta de animales vivos

Vaca Andrea Arnold
Vacas en una granja.

Los operadores en el sector del vacuno dedicados a la exportación de animales vivos y de carnes se han visto obligados a la apertura o a la potenciación de las ventas en otros mercados ya consolidados tras la paralización en la concesión de licencias por parte de las autoridades argelinas. Este cambio de posición, señalan en el sector, aunque no hubo ningún a comunicación oficial, se produjo a raíz de la decisión española de apoyar los planteamientos de Marruecos en el conflicto del Sahara. Al tratarse de un comercio de Estado, es el gobierno quien concede las autorizaciones de compra.

Argelia ha sido tradicionalmente un gran importador del vacuno español, tanto en animales vivos como de carne, aunque en los últimos tiempos ya se estaban registrando recortes. Sobre una producción media de unas 700.000 toneladas, la exportación de carne se eleva a unas 220.000 toneladas. Argelia suponía casi unas 20.000 toneladas, mientras que en animales vivos, sobre un volumen máximo de 190.000 cabezas exportadas, más de 25.000 correspondían en los últimos tiempos a las compras de ese país.

Con la nueva situación, señala Sebastián Hernández, uno de los principales operadores en este mercado, las exportaciones se están tratando de derivar hacia otros países del norte de África, Oriente Medio y del Golfo como Líbano, Libia, Jordania o Arabia Saudí, con quienes ya funciona una estructura logística para proporcionar en muchos casos desde los animales a la venta de pienso y paja. El hueco dejado por España en animales vivos lo está ocupando fundamentalmente Francia, mientras que en la carne esta procede de terceros países, básicamente sudamericanos.

Los operadores estiman que la medida no debería tener un efecto muy negativo sobre el sector en la medida en que en la actualidad España tiene unos precios elevados en vacuno por la reducción en la oferta y ello no facilitaba las ventas fuera. Los barcos cargados de animales que periódicamente partían desde varios puertos del Mediterráneo, como Tarragona o Murcia, han sido y se mantienen como una salida clave para ajustar la oferta en el mercado interior.

A medio plazo se espera un mayor recorte en la producción ante la menor entrada de animales en los cebaderos procedentes especialmente de Francia, unos 400.000, por el aumento de los costes de producción, sobre todo de los precios de los piensos y su dificultad para repercutir los mismos en los precios de venta. Este ajuste en las entradas de animales en cebaderos se advierte desde el sector que podría derivar en subidas de precios para los consumidores en el plazo de medio año.

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