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El yen se hunde a su nivel más bajo en 20 años por las políticas expansivas de su banco central

La depreciación se acelera después de que el gobernador se mostrase firme en mantener los estímulos

Sede del Banco de Japón, en Tokio.
Sede del Banco de Japón, en Tokio.Kim Kyung Hoon (Reuters)

El yen se hundió este miércoles hasta alcanzar su cotización más baja frente al dólar en dos décadas. La tendencia bajista de la divisa nipona durante varias semanas se atribuye al enorme contraste de las políticas monetarias impulsadas por el banco central japonés y el estadounidense. Mientras que el Banco de Japón continúa promoviendo los tipos de interés en cero a través de sus políticas monetarias ultraflexibles, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) anunció el mes pasado una subida de los tipos de interés con el fin de frenar la inflación, una decisión que ha elevado la presión sobre el yen.

Un dólar llegó a comprarse este miércoles por la tarde a 126 yenes, su precio más caro frente a la moneda japonesa desde mayo de 2002. La depreciación de la divisa se aceleró después de que el gobernador del banco central japonés, Haruhiko Kuroda, se mostrarse firme por mantener las políticas de expansión monetaria iniciadas en 2012, cuando el país se embarcó en un ambicioso experimento de estímulo monetario y fiscal a través de la compra de un volumen muy elevado de activos públicos y privados y aplicó tipos de interés oficiales cero.

“Dada la situación de nuestra economía y de los costes del mercado, el Banco de Japón continuará impulsando su relajación monetaria con el fin de alcanzar el objetivo de inflación del del 2%”, comunicó este miércoles el gobernador. En 2013, el propio Kuroda marcó como objetivo de inflación para la estabilidad de precios una meta del 2%, cifra que desde entonces ha estado lejos de alcanzarse.

El yen se mantiene a la baja desde hace semanas, lo cual los expertos relacionan con las recientes promesas del banco central de mantener sus políticas monetarias muy laxas y los tipos de interés al 0% en contraposición con lo que está ocurriendo en otras partes del mundo. Mientras a finales de marzo el Banco de Japón llevaba a cabo una operación de compra de bonos de emergencia para frenar la subida de la rentabilidad de los bonos a diez años, la Fed anunciaba la primera subida de los tipos de interés desde 2018 para tratar de frenar el terremoto inflacionario que ha tenido como epicentro la guerra de Ucrania.

Vigilancia de cerca desde el Gobierno

Esta divergencia de políticas entre la primera y la tercera economía mundial amplía la brecha entre el rendimiento de los bonos del gobierno japonés y estadounidense, lo cual disminuye la demanda del yen y provoca que los inversores internacionales opten por vender sus títulos en el mercado de valores nipón. “El yen ha sido una de las divisas más débiles del mundo este año”, apuntan desde el banco holandés ING. La moneda nipona ya había perdido un 10% de su valor frente al dólar en 2021, después de cuatro años de fortalecimiento con respecto al mismo.

Altos funcionarios japoneses han mostrado su preocupación por la rápida caída del yen. Según informa la agencia de noticias Kyodo, el ministro de Finanzas, Shunichi Suzuki, señaló que “las rápidas fluctuaciones de las divisas son poco deseables” y que el Gobierno “vigilarían de cerca la situación”.

Desde el banco suizo UBS consideran que el debilitamiento del yen tendrá un impacto negativo en el poder adquisitivo de los japoneses y que afectará especialmente a las pequeñas empresas orientadas al mercado local, que se verán obligadas a pagar mayores costes de importación. Japón es una nación altamente dependiente de las importaciones de materias primas y energía, cuyos precios estaban al alza incluso antes del inicio del conflicto en Ucrania.

“El Ejecutivo está ofreciendo ayudas fiscales y lo más probable es que las aumente. Creemos que es posible que se llegue a intervenir a través de la compra de yenes si el ritmo de depreciación de la moneda es demasiado rápido”, apuntan analistas de UBS. “Tampoco se puede descartar la posibilidad de que el Banco de Japón ajuste su política para hacer frente a las críticas”, agregan desde UBS, quienes también señalan que, bajo el liderato de Kuroda, el banco central “ha sido bastante flexible y pragmático”.

La devaluación del yen, sin embargo, ha tenido un efecto positivo en la Bolsa de Tokio. El Nikkei ha cerrado este miércoles con una subida del 2%, después de que el índice de referencia cayera a su nivel más bajo en un mes durante la jornada anterior.

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