Papresa para la actividad de su fábrica de Errenteria por la falta de materia prima por la huelga de transportes
La papelera reclama medidas urgentes para evitar un colapso industrial y económico y poder retomar la actividad con normalidad lo antes posible
La papelera Papresa, ubicada en Errenteria (Gipuzkoa) y con una centenaria tradición de fabricación de papel prensa, ha anunciado que para la producción en su fábrica como consecuencia de la falta de materia prima motivada por la huelga de transportes. La compañía, que en 2019 facturó 140 millones de euros, ha lamentado en un comunicado que este conflicto laboral se sume y “agrave aún más la dramática situación que atraviesa la industria como consecuencia de la crisis energética”. Por este motivo, ha reclamado “medidas urgentes para evitar un colapso industrial y económico y poder retomar la actividad con normalidad lo antes posible”.
Fundada en 1896, Papresa pertenece, desde octubre de 2020, al fondo de inversión industrial alemán Quantum Capital Partners (QCP), que adquirió la empresa al fondo de capital riesgo americano KKR, que llevaba seis años gestionándola. En ese momento puso al frente a Miguel Sánchez, un directivo afín al fondo alemán QCP que había presidido la transformación de la papelera barcelonesa Cartonboard hasta 2018.
La compañía tiene tres máquinas en su fábrica, da empleo a 222 trabajadores y está al final de un proceso de reconversión hacia el embalaje: la caída de la venta de periódicos por los nuevos soportes de lectura se había transformado en oportunidad para fabricar papel marrón para cajas y bolsas del creciente comercio electrónico. Así, una máquina es de papel prensa (newsprint) y las otras dos máquinas son para la producción de papel de embalaje (packaging). El objetivo de la reorientación del negocio de la papelera era incrementar la facturación en 2022 entre un 30% y un 35%, en línea con el crecimiento de la capacidad productiva. La empresa preveía que la capacidad de producción con las dos máquinas de papel packaging a pleno rendimiento rondará las 200.000 toneladas anuales. Unas cifras que eran clave para conseguir los objetivos de ventas y beneficios futuros. Pero la guerra de Ucrania y la crisis energética que ha provocado y ahora la huelga de transportes han trastocado los planes de la compañía.
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