Los empleados de una depuradora en Barcelona se confinan en el parking para evitar contagios de covid
Aigües de Barcelona compensa a los trabajadores con un suplemento de 1.000 euros semanales, según fuentes cercanas
El aumento desatado de los contagios por la variante ómicron ha dejado a las plantillas de muchas empresas en cuadro. Los contagios, las bajas y los contactos estrechos han obligado a las compañías a organizarse como pueden, especialmente en las funciones en las que el teletrabajo no es una opción. Es el caso de la Estación Depuradora de Aguas Residuales Besòs (EDAR Besòs), una de las plantas de la compañía Aigües de Barcelona, que no puede dejar de funcionar si se quiere garantizar el ciclo del agua en la ciudad. Como ya hicieron al inicio de la pandemia, en 2020, un grupo de trabajadores se ha confinado en el aparcamiento de la depuradora y viven en autocaravanas para no contagiarse y poder seguir trabajando. Son 14 empleados en seis vehículos, que trabajan en dos turnos. La adhesión a esta medida ha sido voluntaria, y la empresa, que corre con los gastos de acomodar a sus trabajadores, les compensa con un suplemento de 1.000 euros semanales, según señalan fuentes cercanas.
Felipe Campos, el consejero delegado de Aigües de Barcelona, cuyo principal accionista es Agbar, agradeció el miércoles a los empleados el esfuerzo que permite mantener activa la depuradora. “Compromiso, solidaridad y generosidad es lo que demuestran cada día nuestros trabajadores. Lo han vuelto a hacer. Muchas gracias a los que se han autoconfinado en el EDAR del Besòs para garantizar el servicio esencial del ciclo integral del agua. Sois un ejemplo para nosotros”, expresó Campos en las redes sociales. En un comunicado, la empresa destacó que el funcionamiento de la depuradora permite garantizar que el agua siga llegando a casi tres millones de habitantes del área metropolitana de Barcelona, y que el confinamiento de estos trabajadores en el centro de trabajo asegura la seguridad y la salud de los empleados.
El sistema es el mismo que se llevó a cabo al inicio de la pandemia. Los 14 trabajadores autoconfinados están viviendo en las autocaravanas desde el pasado 4 de enero. Estarán dos semanas, y si la situación epidemiológica no mejora y la incidencia de los contagios en la plantilla sigue siendo alta, serán relevados por otro equipo. La compañía ha instalado las autocaravanas, tiene un servicio de cátering para los trabajadores y “garantiza todos los medios y servicios que pueden necesitar durante su estancia en la planta”, señala el comunicado. Esta medida se combina con el seguimiento de un protocolo de seguridad mediante tests de antígenos periódicos, el uso de mascarillas y equipos de protección individual y la desinfección de las autocaravanas. El año pasado, la compañía realizó 7.000 test a sus profesionales.
“Esta estación tiene que estar abierta siempre, y el nivel de bajas estaba siendo muy elevado, hasta el punto de que sufríamos por si nos quedábamos sin el equipo de reserva que siempre tiene que estar preparado. Por eso se pactó un confinamiento como el que se hizo en 2020, para evitar que hubiese más contagios”, explica Carlos Cruz, secretario general de UGT en Aigües de Barcelona. El sindicalista destaca que el autoconfinamiento es voluntario, y que las condiciones para las compensaciones económicas están pactadas ya desde 2020. “Los voluntarios salen, porque está bien pagado, y porque son responsables con tener que llevar a cabo su tarea”, destaca. “Pero es duro, salen de ahí bastante cansados, porque son muchos días prácticamente solos”, añade.
El suplemento es de unos 1.000 euros netos para el trabajador autoconfinado, según corroboran fuentes cercanas. La empresa no confirma este importe, y considera que “el foco tiene que ser garantizar el servicio de agua”. La demanda para entrar en este programa de autoconfinamiento fue más alta de la que se necesitaba, señalan las fuentes.
Isabel Rodríguez, secretaria general de CC OO en la compañía, explica que ante el aumento de los contagios la empresa ya había previsto la necesidad antes de las navidades, y había hecho “acopio” de autocaravanas para las diferentes plantas depuradoras, la de Besòs, Sant Joan Despí y El Prat, pero finalmente solo han sido necesarias para proteger la plantilla de Besòs, ya que ahí es donde aumentaban los contagios. En la EDAR Besòs trabajan normalmente unas 50 personas. “Ahora son 14 los que están trabajando en dos turnos al día. En 2020 sí que vino muy de nuevo, pero la gente quedó muy contenta con la experiencia, ya que hay cátering, se dan móviles y portátiles para hablar con los familiares. Hacen piña entre ellos. Para muchos fue una experiencia enriquecedora, para otros más pesada”, destaca. La sindicalista explica que la adhesión ha sido completamente voluntaria, y que cuando se decidió no se contempló la posibilidad de que no hubiera voluntarios, ya que “tenían claro que los trabajadores del agua mirarían por dar el servicio”.
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