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presupuestos generales del Estado
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El valor de la política útil

Este Gobierno seguirá trabajando todos los días por la estabilidad y el progreso del país, pensando siempre en el interés general

Presupuesto 2022
La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero (centro), recibe aplausos tras lograr la aprobación de los Presupuestos Generales en el Congreso de los Diputados.Eduardo Parra (Europa Press)
María Jesús Montero Cuadrado

Los Presupuestos Generales del Estado para 2022 acaban de superar el trámite parlamentario en el Congreso de los Diputados sumando el apoyo de 11 formaciones políticas que representan sensibilidades e ideologías muy distintas.

Una amplia mayoría que refleja el grado de madurez que ha adquirido el debate político en nuestro Estado Social y de Derecho, donde el diálogo es la herramienta que nos permite superar las discrepancias y tejer acuerdos que logran trascender los intereses particulares. Eso que el filósofo José Antonio Marina describe magistralmente como la política que busca transformar los conflictos en problemas, pues en un conflicto por definición siempre va a haber un vencedor y un vencido, mientras que en un problema las distintas fuerzas se unen con un objetivo compartido: sobreponerse a los obstáculos y lograr soluciones satisfactorias para todos.

O dicho de otro modo, la importancia de no renunciar a la búsqueda de consensos que multipliquen la capacidad transformadora de la política útil: esa que pone a los ciudadanos en el centro y que se dedica a resolver sus problemas reales, los del presente y los que puedan plantearse a medio o largo plazo.

Los Presupuestos continúan ahora su tramitación en el Senado, pero el respaldo logrado ya en la Cámara Baja permite trasladar un potente mensaje de confianza y estabilidad. En primer término y sobre todo a la sociedad española, que tanto ha sufrido en estos meses, pero también de puertas para afuera, a nuestros socios europeos y a los inversores internacionales.

España avanza para dejar atrás la crisis derivada de la pandemia y lo va a seguir haciendo con fuerza gracias a la extraordinaria inyección económica que aportan estos Presupuestos. Tenemos una oportunidad única, de la mano de los fondos europeos, para que nuestro modelo productivo sea más competitivo y sostenible, para que nuestras pymes y autónomos crezcan y ganen músculo, con el mayor esfuerzo inversor de la historia y situando a la ciencia y la innovación como motor de crecimiento y de bienestar.

Estas cuentas tienen como objetivo reforzar a las clases medias y trabajadoras, depauperadas tras la crisis financiera, con mejores servicios públicos que garantizan no sólo una valiosa red de seguridad cuando vienen mal dadas, como hemos visto a lo largo de esta pandemia o más recientemente en la isla de la Palma, sino también la igualdad de oportunidades y la cohesión social y territorial de nuestro país. Es lo público, lo común, lo que permite a las sociedades avanzadas hacer frente a las adversidades y por ello tenemos que fortalecerlo y reconocer el esfuerzo y el compromiso de los servidores públicos.

Son unas cuentas que ofrecen también esperanza a nuestros jóvenes, con una batería de medidas sin precedentes para mejorar su formación y capacitación o para que puedan emanciparse e iniciar su propio proyecto vital, a través de empleos dignos y estables o ayudas al alquiler.

Junto a ello, los presupuestos aportan seguridad y certezas a nuestros mayores, con pensiones revalorizadas y más recursos que nunca para dependencia o cuidados. O soluciones para uno de los principales problemas que afronta nuestro país: el reto demográfico en una España vaciada que muchas veces clama, con razón, que la política no ha priorizado sus necesidades y expectativas. En resumen, unas cuentas que van a contribuir a consolidar una recuperación justa, que llegue a todas las personas y a todos los territorios, aportando confianza, seguridad y esperanza.

Y un último elemento destacable no menor, pues en el plano político estas cuentas consolidan el cambio de tendencia que se activó tras las últimas elecciones generales. Veníamos de un periodo de bloqueo y vetos cruzados que encadenó tres ejercicios de prórroga presupuestaria y ahora, en cambio, va a ser el segundo año consecutivo que el Presupuesto se aprueba en tiempo y forma. Malas noticias para quienes se afanan en hacer sonar las trompetas del apocalipsis todo el tiempo.

No es razonable ni creíble que la negociación para la aprobación de unas cuentas sea vinculada a la lista de improperios que hemos visto y escuchado en las últimas semanas. Entre otras cosas porque aquellas formaciones políticas que critican tanto al Gobierno por acordar estos presupuestos con grupos nacionalistas o independentistas no tienen luego el menor empacho en votar junto a esos mismos grupos enmiendas a los Presupuestos. En un ejemplo palmario de incoherencia o probablemente de impotencia, al ver que la legislatura continúa su senda. Pero allá ellos si creen que con esa actitud engañosa van a merecer la confianza de los ciudadanos y ciudadanas de este país.

Desde luego este Gobierno seguirá trabajando todos los días por la estabilidad y el progreso del país, pensando siempre en el interés general, primando el diálogo político y social y buscando el máximo consenso para sacar adelante las políticas y reformas que necesitamos para situarnos en una senda de crecimiento más robusta, sostenible e inclusiva. Es decir, reivindicando y practicando la política útil en beneficio de todos y de todas.

María Jesús Montero es ministra de Hacienda y Función Pública

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