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El Congreso aprueba los Presupuestos que afianzan al Gobierno de coalición

Las cuentas se enviarán ahora al Senado y está previsto que a finales de año sean definitivas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, se abrazan tras lograr la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2022, este jueves en el Congreso.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, se abrazan tras lograr la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2022, este jueves en el Congreso.Luis Sevillano

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El Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos superó este jueves de nuevo uno de los grandes escollos parlamentarios del curso político al sumar 11 partidos y 188 votos afirmativos al proyecto de Presupuestos para 2022, y consolidó así la duración de la legislatura hasta su término, probablemente a comienzos de 2024.

La votación, donde se respaldaron cientos de enmiendas parciales de todos esos partidos aliados del Gobierno a las más de 60 secciones y departamentos, registró un marcador similar al del ejercicio pasado, hace un año, pero con simbólico cambio en el socio preferente de entre todos los aliados. Los focos se pusieron en 2020 sobre todo en el PNV. Ahora los votos que se buscaron antes y se negociaron in extremis fueron los 13 escaños de ERC, con los que desde La Moncloa y el PSOE se están fomentando diferentes frentes e intereses comunes en el Congreso y en el Govern de la Generalitat de Cataluña tanto sobre la mesa de diálogo sobre el proceso independentista como ahora sobre la aplicación de una sentencia del Supremo sobre el uso en un 25% del castellano en las escuelas.

El Ejecutivo sale así de este largo debate de 35 horas a lo largo de cuatro días de las enmiendas parciales a los Presupuestos con más estabilidad parlamentaria de futuro para encarar un curso en 2022 que se puede adivinar económica y socialmente complicado, por la salida de la crisis provocada por la pandemia, pero que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, contempla como el de “la recuperación del país”, especialmente por la llegada masiva de los fondos europeos para la reconstrucción. Ese proyecto económico diseñado por el Ejecutivo del PSOE y Unidas Podemos concentró el respaldo del 55% de los diputados de la Cámara, gracias al voto de ERC, EH Bildu, PDeCAT, Más País, Compromís, Nueva Canarias, Partido Regionalista de Cantabria, Teruel Existe y, finalmente, también del PNV, los más renuentes en los últimos días. Entre esas 11 formaciones alcanzan los 188 escaños.

La oposición de derechas, del PP, Vox, Ciudadanos, Foro Asturias, Unión del Pueblo Navarro y Coalición Canaria, junto con el rechazo de JuntsxCAT, dejó el casillero negativo en 159 votos en la gran mayoría de las secciones del Presupuesto examinadas. El BNG se abstuvo en todos los casos. En algunos capítulos de esas cuentas, además, se produjeron votos de castigo de algunos de los socios habituales, como en los de Interior y Defensa, que agregaron al apartado de abstenciones a los diputados de ERC y Bildu.

La sección que distribuye el presupuesto para la Casa Real recogió uno de los resultados más abultados a favor, con 259 síes, pero también con sorprendentes desmarques negativos como los de Vox y Ciudadanos, que defienden como lógico intentar tumbar todas las partidas y dictámenes parciales si consideran que el proyecto debe ser enmendado totalmente. Dirigentes del PP como su líder, Pablo Casado, y su número dos, Teodoro García Egea, o el presidente de Vox, Santiago Abascal, no han pisado el Congreso en ninguna de esas jornadas. El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, no participó en los debates, como sí tuvieron que hacer todos los ministros para justificar el reparto de sus partidas, pero al menos se acercó a votar. Una de las ministras que más tiempo estuvo en la Cámara fue la vicepresidenta Yolanda Díaz.

A falta de morbo sobre la incertidumbre del resultado, las miradas y los ataques más duros se concentraron en los portavoces de los dos grupos que se autopresentaron como muñidores determinantes de este pacto. El representante de ERC, Gabriel Rufián, etiquetó la jornada con ironía como “el Black Friday de los Presupuestos” o “una lonja” en la que cada uno exhibe “los trofeos conseguidos”. Pero también quiso dejar otro aviso de más calado hacia el PSOE, Unidas Podemos y sus aliados: “En política eres lo que consigues, pero las izquierdas del hemiciclo no estamos logrando conquistas en este tiempo, tras muchas presiones y amenazas de la derecha, sino simplemente frenando retrocesos”.

La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, aprovechó su turno para replicar con dureza a los “aullidos, gritos y enfados autoritarios” que durante estos días los oradores de la derecha les han proferido como “herederos de ETA” y responsables de que “el Gobierno socialcomunista” pueda tener de nuevo Presupuestos. El PNV no intervino durante el debate final, alertó antes y después de la votación de que sus negociaciones siguen en marcha, pero agregó sus votos a los de la mayoría progresista en todos los capítulos planteados. Su portavoz, Aitor Esteban, se mostró satisfecho de su diferente rol y no llegó a aclarar qué hará el PNV ahora al paso de estas cuentas por el Senado. Fuentes del Ejecutivo reafirmaron su intención de que ese trámite se supere sin nuevas enmiendas ni tropezones y el proyecto pueda volver al Congreso sin retoques para su salvoconducto final en apenas un mes.

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