La huelga del metal de Cádiz se encamina hacia una semana “conflictiva”
Los sindicatos vislumbran nuevas movilizaciones con la negociación con la patronal encallada en la subida salarial y la duración del convenio
“La columna vertebral de este conflicto es la subida del IPC y el tiempo de duración del convenio”. Juan Linares, secretario de CCOO de Industria en Cádiz, resume en una frase el principal escollo que se oculta detrás de huelga indefinida del sector del metal gaditano. Después de cuatro días de paro, manifestaciones, barricadas y declaraciones políticas a golpe de megáfono y tuits, ese esa la piedra angular en la que sindicatos y patronal no paran de tropezar. Las posturas de ambos siguen tan alejadas que los representantes de los trabajadores ya vislumbran una nueva semana de movilizaciones que será “conflictiva” y que ni las dos madrugadas de negociaciones in extremis han conseguido evitar.
Las calles de Cádiz han amanecido este viernes con nuevas movilizaciones de miles de los 30.000 empleados que tiene el sector del metal, según estimaciones de la patronal, que aglutina a 6.000 empresas. La marcha ha sido multitudinaria y ha atravesado diversos puntos claves de los extramuros de la capital, hasta acabar en el centro, con los consiguientes problemas de tráfico derivados. En otros puntos de la provincia, como el Campo de Gibraltar, se han vuelto a producir piquetes y cortes de carreteras, como una de las dos que da acceso a La Línea de la Concepción. Con todo, la jornada ha terminado con menos tensiones que en los días pasados, en los que se llegaron a quemar diversas barricadas y a cortar las vías del tren. De hecho, el único enfrentamiento con los antidisturbios de la policía se produjo por la mañana, cuando los manifestantes intentaron cortar el puente de la Constitución de 1812.
Mientras, la mesa de negociación en la sede del Consejo Andaluz de Relaciones Laborales (CARL) en Sevilla, se quedó desierta a primera hora de la mañana, después de otra madrugada en la que no ha sido posible el acuerdo para renovar el convenio, vencido desde el pasado mes de septiembre. Los sindicalistas consideran que una línea roja es la actualización de los salarios para el presente año al IPC, que fue del 5,4% en el mes de octubre. Igualmente, buscan un nuevo acuerdo marco que no supere el año de vigencia para, una vez aprobado, arrancar la negociación para otro documento a partir de 2022. “Si firmamos por tres años, nos hipotecamos”, resume Linares. Y justo ese es el tiempo mínimo de duración que ha ofrecido la Federación de Empresarios del Metal de la provincia de Cádiz (Femca) en su última propuesta. Además, las compañías han ofrecido a los sindicatos una subida anual durante ese periodo del 2%, recogida en tablas salariales, y un pago único al final del convenio —en 2023—, en caso de que las subidas hayan sido menores al IPC.
Linares considera el ofrecimiento “una barrera insalvable”, ya que ese pago final sería único y no quedaría recogido en los salarios: “Lo cojo una vez y se acabó. No lo meten en las tablas para que se consolide en las tablas”. Por su parte, los empresarios representados por José Muñoz, presidente de la Femca, han lamentado que los sindicatos no hayan aceptado las tres propuestas planteadas: las dos que llevaron ellos y la que presentaron los mediadores del CARL, ninguna de ellas con el planteamiento de recoger el IPC en el primer año. “En nuestra propuesta sube cada año un 2%, en unos días los trabajadores ven la subida de un 4% dado lo poco que le queda a 2021 y revisan el IPC, aunque algo más tarde, cuando podemos haber recuperado capacidad económica y financiera para hacer frente a ese pago. No pierden nada, ni un céntimo”, ha asegurado la Femca en un comunicado posterior.
Ambas partes se acusan de haberse levantado de la mesa, aunque lo único seguro es que, por ahora, no está previsto que se vuelvan a sentar. Mientras, la huelga sigue su curso y los manifestantes ya se plantean realizar piquetes a las puertas de Navantia San Fernando durante la mañana de este sábado, donde está previsto que se realicen preparativos para los trabajos de prueba que se esperan a partir del lunes en una de las corbetas saudíes, que se debe botar a primeros de noviembre. También este sábado, el sindicato CGT ha convocado una marcha a partir de las 17.00 en Cádiz. UGT y CCOO por su parte han convocado una manifestación multitudinaria el próximo martes a las 11.00 en la capital, justo el mismo día en el que el Sindicato de Estudiantes ha planteado una huelga estudiantil de apoyo al metal.
La huelga del metal se ha convertido en la espita de un malestar en un sector industrial que vive una alta eventualidad, marcada por una carga de trabajo naval que no vive sus mejores momentos. También ha calado en una sociedad, la de Cádiz, que vive históricas altas tasas de paro: un 23, 16%, lejos del 14,57% de la media nacional, según la última Encuesta de Población Activa de octubre. En medio de ese descontento que dista mucho de ser nuevo y que hace tiempo viró en aparente apatía social y política, los partidos se han lanzado a la gresca.
Este viernes, el alcalde de Cádiz, José María González Kichi, ha vuelto a salir al paso a los manifestantes para reiterarles su apoyo. “No queremos esclavos, queremos operarios”, ha ha exhortado, a la vez que ha reclamado soluciones para el problema de Cádiz. Mientras, la ministra de Industria, Reyes Maroto, ha asegurado que el Gobierno tiene “competencias restringidas” para acabar con el conflicto. “La falta de acuerdo ha dejado sin certezas a muchos trabajadores y muchas empresas que dependían de que en esas mesas se llegasen a pactos”, se ha limitado a decir antes de participar en el XVIII Congreso de Hoteleros Españoles en Oviedo.
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