La planta cervecera Damm retoma su actividad tras sufrir un ataque informático

La principal fábrica de cerveza de la empresa Damm, ubicada en El Prat de Llobregat (Barcelona), ha empezado este viernes a reanudar la producción y el envasado tras sufrir un ataque informático en la madrugada del miércoles que obligó a paralizar las instalaciones. En un comunicado, la compañía ha explicado que la recuperación es paulatina, ya que sigue trabajando en resolver la incidencia, y que podrá volver a su ritmo habitual “en los próximos días”. El ataque informático paralizó la producción de varias plantas de Damm, el segundo mayor fabricante de cerveza de España, pero mientras las demás se recuperaron a las pocas horas, la fábrica principal quedó más afectada. En cualquier caso, no se vio alterado el canal de distribución a clientes ni hostelería.

El ataque informático empezó en la tarde del martes y se intensificó ya en la madrugada del miércoles. Según explica la empresa, fue una incidencia “de elevada complejidad” que afectó al sistema operativo de la firma. Sin embargo, el reparto estuvo asegurado desde el primer momento por las existencias acumuladas en los almacenes. El principal problema era el envasado de la cerveza que estaba en elaboración. Este procedimiento ya se está reanudando y los técnicos siguen trabajando para resolver la incidencia completamente “en los próximos días”.

Las instalaciones de Damm en El Prat, en las que trabajan 500 personas, tienen capacidad para generar cada año 7,2 millones de hectolitros de cerveza. El año pasado, la firma, a través de las diferentes plantas, produjo 9,93 millones de hectolitros, por detrás del fabricante líder en España, Mahou-San Miguel. En 2020, Damm ingresó 1.225 millones de euros, un 11,5% menos que el año anterior a causa de la pandemia.

Donde todavía no se han recuperado es en la Universitat Autònoma de Barcelona, que sufrió un ataque informático parecido hace un mes aún por solucionar. De hecho, los ciberatacantes anunciaron que “próximamente” publicarían datos de la universidad si no se abonaba un rescate de tres millones de euros, aunque el rector, Javier Lafuente, cree que el riesgo de que se publiquen datos personales es “residual”.