El gasto en prestaciones por desempleo cae un 28% hasta julio
Las ayudas públicas a parados y trabajadores en ERTE descienden con fuerza en lo que va de año gracias a la mejora del mercado laboral
La pandemia ha provocado el mayor aumento del gasto público en democracia. El gasto en prestaciones por desempleo, que incluye las ayudas de los ERTE, se disparó el año pasado hasta los 36.396 millones de euros frente a los 19.022 millones que se registraron en 2019. Es decir, la cifra casi se duplicó. Se trata de una cantidad que no se alcanzó ni siquiera en la pasada crisis financiera y del euro, cuando el récord se situó en los 32.237 millones de 2010. Gracias a esta intervención del Estado, respaldada por las compras de deuda del BCE, las rentas de las familias solo retrocedieron un 3,3% en 2020 a pesar de que la economía se hundió un 10,8%, la mayor caída desde la Guerra Civil.
Ahora, un año y medio más tarde desde el comienzo de la pandemia, la recuperación económica y del mercado de trabajo toma impulso. En las listas de los servicios públicos de empleo hay 468.000 parados menos que hace un año y la Seguridad Social contabiliza casi medio millón menos de trabajadores acogidos a Expedientes de Regulación de Empleo (ERTE). Y esta evolución se nota de forma muy significativa en el gasto en prestaciones: en lo que va de año, esta partida desciende un 28% respecto al año anterior. Hasta julio se han entregado en ayudas a parados o trabajadores en ERTE unos 16.800 millones de euros frente a los 23.300 millones que se habían destinado por esas fechas en 2020. Es decir: 6.500 millones menos.
Solo en el mes de julio de este año se han gastado 2.027 millones, un 37% menos que un año antes y un 63% menos que en el peor mes de la pandemia, cuando en mayo de 2020 se desembolsaron unos 5.500 millones para hacer frente a una situación extrema en la que debido al confinamiento había cerca de cuatro millones de parados y unos 3,6 millones de asalariados en ERTE.
A este ritmo, la partida de prestaciones por desempleo probablemente cerrará el año en el entorno de los 24.000 millones, un tercio menos que en 2020. Supone una bajada a una velocidad vertiginosa que no sucedió en la anterior crisis. De hecho, todavía antes de la pandemia no se había rebajado el gasto hasta los 15.297 millones de euros que se dedicaron en 2007.
Los avances en la vacunación, el levantamiento de las restricciones a la movilidad y la recuperación del turismo nacional, impulsado por el ahorro acumulado durante la pandemia, han permitido esta mejora. Y las previsiones del Gobierno son que estos buenos datos continúen también en septiembre y octubre, en parte gracias a la paulatina llegada de más turistas extranjeros. En Francia, todavía quedan días de vacaciones escolares, y el Gobierno alemán ya ha sacado al conjunto del territorio español de los destinos de alto riesgo por la covid-19.
El gasto en ERTE
De los 17.000 millones en los que aumentó el gasto en prestaciones de desempleo en 2020, unos 15.000 millones se debieron a los ERTE. Y a esa cifra hay que añadir unos 5.000 millones en exoneraciones de cotizaciones que soporta la Seguridad Social. En total, el año pasado se destinaron 21.000 millones a sufragar los ERTE. Y este año se han gastado hasta julio unos 3.800 millones, un 63% menos que en el mismo periodo del 2020. En exoneraciones de cuotas sociales este año se llevan además financiados otros 2.000 millones.
La cifra de prestaciones por desempleo no recoge ni las exoneraciones de cotizaciones a la Seguridad Social que se aplican a los ERTE, ni las prestaciones por el cese de actividad de autónomos, que llegaron a atender a 1,4 millones de trabajadores por cuenta propia en el peor momento de la pandemia. El motivo es que estas partidas recaen sobre las cuentas de la Seguridad Social y no sobre las del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). El año pasado las exoneraciones de cotizaciones de los ERTE alcanzaron los 5.000 millones de euros. Y las ayudas a autónomos supusieron unos 7.000 millones entre prestaciones y exoneraciones. Este año el coste de las cotizaciones de los ERTE asciende por ahora a unos 2.000 millones. Y el cese de autónomos, a unos 3.000 millones.
Todavía quedan unos 3,3 millones de parados en las listas del desempleo y unos 272.000 trabajadores en ERTE. Sin embargo, la cobertura de las prestaciones solo alcanza a 1,9 millones de personas beneficiarias. La cuantía media, sin incluir el subsidio agrario de Andalucía y Extremadura, es de 1.049 euros. Y cabe recordar que el Gobierno reformó la legislación el año pasado para que la prestación contributiva se mantenga en el 70% de la base reguladora de la cotización, ya que antes de ese cambio a partir del séptimo mes de cobrarla se reducía hasta el 50% de dicha base.
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