Estados Unidos estudia rebajar la calificación de la seguridad aérea de México
La Agencia de Aviación estadounidense prepara degradar a la Categoría 2 la flota mexicana en los próximos días, según la agencia Reuters
La Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés) revisará a la baja la calificación de seguridad del sector mexicano. El anuncio será oficial en los próximos días según ha adelantado la agencia Reuters citando fuentes de la industria, que ya han trasladado sus preocupaciones a las autoridades del sector en México. El paso de la categoría 1 a la 2 no afectaría a las rutas existentes entre ambos países, pero impide abrir de momento nuevos vuelos y destinos. También restringe la capacidad de las aerolíneas de ambos países, Aeroméxico y Delta por ejemplo, de vender boletos en vuelos compartidos.
La decisión significa que la FAA considera que México ha dejado de cumplir los requisitos y estándares de seguridad básicos de la Organización Internacional de Aviación Civil. Un portavoz de la agencia estadounidense ha rechazado confirmar la noticia. El Gobierno mexicano tampoco se había posicionado sobre esto la mañana de este sábado.
Esta no sería la primera vez que México sufre una rebaja de la calificación del sector. El caso inmediato anterior fue en 2010 después de que las autoridades de aviación civil no cumplieran los requisitos necesarios de inspectores aéreos. En aquel entonces el país tenía solo 14 pilotos que además hacían trabajos de inspección y para satisfacer los criterios de la agencia estadounidense se tuvo que capacitar a otras 20 personas para cubrir el déficit. México recuperó la categoría 1 de seguridad cuatro meses después cuando logró concluir la capacitación.
El caso de 2020 es similar. Una fuente de la industria aeronáutica que habló bajo condición de anonimato con Reuters dijo que las preocupaciones de la FAA no se referían a cuestiones de “seguridad de vuelo”, sino más bien a la supervisión de los transportistas aéreos por parte de México y a cuestiones técnicas que las autoridades de aviación civil deben subsanar en los próximos meses.
México ha sido uno de los países con más actividad aérea durante la pandemia gracias a que la Administración de Andrés Manuel López Obrador no cerró las fronteras al turismo internacional. En abril más de 2,3 millones de viajeros volaron entre ambos países.
La relación entre el Servicio a la Navegación al Espacio Aéreo Mexicano y la Administración Federal de Aviación se ha enturbiado en los últimos meses debido a varios cambios en el espacio aéreo y los recortes ligados a la actual administración, obsesionada con la austeridad.
En abril, el presidente López Obrador envió al Congreso una iniciativa de reforma a la Ley de Aviación Civil para hacer más transparente la información tras un accidente aéreo. El trámite fue uno de los requisitos exigidos por la FAA en octubre de 2020, cuando la agencia hizo una auditoría al programa de aviación de seguridad. Las reformas a la ley buscan atender los hallazgos de aquella revisión. Para recuperar la categoría 1, México debe cumplir requisitos mínimos de seguridad aérea principalmente relacionados con su capacidad técnica, el regreso de personal cualificado, el mantenimiento de archivos y la actualización en los procedimientos de inspección y de resolución de temas relacionados con la seguridad aérea.
México todavía debe aclarar la reestructuración de las rutas en el Valle de México por la construcción del nuevo aeropuerto Felipe Ángeles, uno de los proyectos estrellas de López Obrador, que ha encontrado un nuevo frente. Según distintos reportes de prensa publicados en las últimas semanas, el gobierno ha desmantelado la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) y carece de la infraestructura técnica y el personal suficiente para supervisar a este importante sector. Según el periodista Darío Celis, se rata de “inspecciones a aerolíneas, aeropuertos y talleres, rubros que desde el año pasado se le pidió al entonces titular, Rodrigo Vásquez Colmenares, quien fue dado de baja en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT)”, señaló en una columna reciente en El Financiero en la que adelantaba la noticia de la degradación en la categoría aérea de México.
Celis considera que el ejemplo más claro de las omisiones que la FAA no pasará por alto es el caso de Interjet, una aerolínea que ha acarreado serios problemas económicos que se agravaron con el año de la pandemia y cuya baja de operaciones y suspensión de vuelos ha impactado al sector porque se ha disminuido el número de personal cualificado, que no ha sido reintegrado a otras aerolíneas por la crisis económica. El auditor Vásquez Colmenares permitió a Interjet seguir volando con la luz verde de los secretarios de la SCT, primero Javier Jiménez Espriú, y después por su sustituto, Jorge Arganis.
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