Veolia llega a un acuerdo para hacerse con Suez tras dos meses de guerra abierta
La operación, que valora a la firma de gestión de aguas en 13.000 millones de euros, creará un gigante francés con ingresos anuales superiores a 37.000 millones
Los gigantes franceses Veolia y Suez han alcanzado un acuerdo de fusión con el que ponen fin a dos meses de guerra abierta después de que la primera lanzase una opa hostil sobre la segunda que fue frenada en los tribunales. Veolia pagará 20,5 euros por acción para hacerse con algo más del 70% del capital de su participada que aún no obraba en su poder, una prima del 11%. El pacto zanja, así, un enfrentamiento que ha puesto a prueba los límites de la cultura corporativa francesa y la capacidad de la justicia de aquel país para frenar acciones hostiles entre empresas de la misma nacionalidad.
Tras varias semanas de resistencia por parte de la dirección de Suez, que se negaba a ser absorbida, Veolia ha logrado desbloquear la operación ofreciendo un precio por título más alto y mejorando las condiciones para los empleados de la parte adquirida. El acuerdo supone valorar Suez en 13.000 millones de euros e impulsa la cotización de ambas empresas este lunes hasta zona de máximos.
La transacción supondrá la creación de un enorme conglomerado global —y no únicamente francés— de servicios, con foco especial sobre la gestión de aguas, con ingresos anuales de 37.000 millones de euros. También permitirá que la nueva Suez siga en manos francesas, socios financieros y empleados incluidos, un extremo que París quería garantizar de principio a fin. Suez es la dueña de la española Agbar desde que en 2014 compró a La Caixa la parte del capital que aún le faltaba.
“El acuerdo”, apunta el primer ejecutivo de Veolia, Antoine Frérot, en el comunicado en el que ha hecho pública la operación, “garantiza el futuro a largo plazo de Suez en Francia a la vez que preserva la competencia y los puestos de trabajo”. El pacto de fusión debería cristalizar el próximo 14 de mayo, pero después quedará a merced del visto bueno de las autoridades de competencia en varios países en los que operan ambas empresas, e implica, también, el cierre de todos los —no pocos— litigios judiciales abiertos entre Suez y su primer accionista.
La guerra abierta entre Veolia y Suez empezó a principios de febrero, cuando la primera lanzó una opa hostil a 18 euros por acción para hacerse con la totalidad del accionariado, del que hasta entonces solo tenía el 30%. Ese movimiento, que valoraba a la empresa en 11.300 millones, desembocó en una paralización judicial y en el rechazo formal del Gobierno francés, que siempre abogó por una salida pactada. Desde entonces, el titular de Economía, Bruno Le Maire, ha defendido que la operación solo podrá salir adelante si había una negociación amistosa, tal como ha acabado sucediendo tras varios tira y afloja: “El capitalismo francés no puede ser una guerra de todos contra todos”.
Veolia se había convertido en el máximo accionista de Suez el pasado otoño al comprar casi el 30% de la firma que tenía Engie, también a un precio de 18 euros por acción. Entonces se pactó un compromiso amistoso para aumentar su participación que este lunes ha desembocado en la recomendación formal del consejo de administración de Suez para que los accionistas de la compañía den el visto bueno a la oferta de su hasta hoy competidora.
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