Alsa pierde 105 millones en 2020 por el impacto de la pandemia

Alsa registró unas pérdidas de 105 millones de euros en 2020, frente a los 107 millones de euros que ganó un año atrás, como consecuencia del impacto que las restricciones a la movilidad han tenido en las operaciones de la empresa de transporte por autocar, que provocaron un desplome del 62% del número de viajeros en las rutas de largo recorrido en España.

Estos servicios se redujeron a un simbólico 5% en los dos durante los meses de confinamiento estricto, recuperando después parte del terreno perdido en verano y volviéndolo a perderlo cuando se reintrodujeron las restricciones a partir de octubre, según ha informado este jueves la empresa española perteneciente a la multinacional británica National Express.

En su conjunto, el tráfico de pasajeros en los autobuses de la empresa, fundada por la familia Cosmen y vendida a la multinacional británica en 2005, se redujo un 44% en 2020, lo que provocó una caída menor de sus ingresos, del 33%, hasta 629 millones de euros, gracias a que el 40% de su facturación está protegida por los contratos con las distintas administraciones en el 60% de sus rutas regionales y en el 100% de las urbanas.

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Para limitar el impacto de la pandemia, Alsa implementó un programa de reducción de costes operativos (carburante, mantenimiento o contratación de colaboradores externos) y de estructura, que le permitió obtener un beneficio operativo de 7,5 millones de euros, un 93% inferior al de 2019. El resultado neto se vio impactado negativamente por partidas excepcionales por valor de 112,6 millones de euros, de los que 93,5 millones se deben al impacto directo de la covid-19.

Reducción de costes

Las pérdidas se vieron reducidas por la adopción de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), tanto en España como en Suiza y Marruecos, países donde Alsa también opera, cuyos costes asumidos por los gobiernos ascienden a 11 millones de euros. En el primer confinamiento, más de 11.000 trabajadores de Alsa se encontraban en esta situación.

Para el futuro, la compañía continuará recortando costes que supondrán un ahorro de 25 millones de euros este año, y optará a nuevos contratos en Marruecos, Portugal y Francia. Asimismo, continuará invirtiendo en la transición a flotas de cero emisiones, y en la digitalización, con la puesta en operación ya en 2020 del primer vehículo autónomo 100% eléctrico en España, además de iniciar las pruebas del primer autobús de hidrógeno.

“El sector de la movilidad ha hecho un importante esfuerzo apoyado por las administraciones para mantener un servicio público y esencial. En Alsa hemos podido mitigar las consecuencias de la crisis gracias a nuestra expansión internacional e implementado una exigente reducción de costes operativos y de estructura, aunque manteniendo las inversiones en tecnología y sostenibilidad, que van a ser claves para la recuperación pos-Covid”, asegura en un comunicado el consejero delegado de Alsa, Francisco Iglesias.

En su conjunto, National Express, que también opera en Reino Unido y Norteamérica, facturó el año pasado 1.960 millones de libras (2.300 millones de euros), un 29% menos, con un resultado bruto de explotación (Ebitda) reducido en un 63% y arrojando unas pérdidas de 381,4 millones de libras (446 millones de euros), frente al beneficio de 242 millones logrado un año atrás.