Una red para conectar Cámaras y gremios profesionales
Copernic ayuda a Cámaras de Comercio y clústeres a gestionar sus actividades y eventos virtuales
De un gestor de proyectos de ingeniería en línea a perseguir el ideal del networking (red de contactos profesionales). Esta ha sido la metamorfosis de Copernic, una plataforma de creación de comunidades empresariales y eventos virtuales. La empresa, que nació en 2017, facturó 30.000 euros en 2019 y ha cerrado 2020 con unos ingresos ligeramente superiores a los 300.000 euros.
Desde el principio, Xavi Creus, cofundador junto a Sergio Pulido y director ejecutivo, deja claro que Copernic no es una red social como LinkedIn o Facebook. “Nosotros lo que hacemos es crear comunidades para Cámaras de Comercio, clústeres, gremios, asociaciones de empresarios… para que tengan un espacio de encuentro profesional”, asegura. Sin embargo, la plataforma tiene una doble vertiente. “Tenemos una parte que permite a Cámaras de Comercio y clústeres gestionar a todos sus asociados, pero también tenemos la parte que permite a una empresa gestionar proyectos, tareas, el registro laboral, etc.”, comenta este barcelonés de 30 años. En la actualidad cuenta con 50 módulos abiertos, como una tienda virtual, un chat o una función para crear eventos.
Pero la idea inicial, cuando arrancaron a finales de 2017, era un tanto diferente. Copernic nació como un gestor de proyectos para el sector de automoción. “Algo súper específico”, relata este ingeniero industrial. Los fundadores, que no contaban con financiación pública ni privada, se dieron cuenta de que aparte de ser un mercado “muy especializado y con mucha normativa”, tenía un ciclo de venta muy dilatado que no se podían permitir.
A mediados de 2018, le dieron un giro. Decidieron aparcar temporalmente aquel enfoque y desarrollar más aplicaciones y soluciones de software destinadas a un público más amplio. Vieron que, de esa manera, aunque llegasen a una parte pequeña del mercado, podían mantenerse, añadir más funciones y crecer.
Unos meses después, a finales de ese mismo año, entraron en contacto con el mundo de los clústeres. “Vimos muchas ineficiencias y los directores nos decían que tenían muchos problemas a la hora de gestionar a los asociados”, asevera Creus. Sabían que contaban con casi todos los ingredientes para solucionar las dificultades que les trasladaban y volvieron a pivotar una parte de su actividad en esa dirección.
Con la crisis de la covid-19 llegó una nueva oportunidad. Antes de la pandemia ya estaban trabajando en un módulo específico para eventos virtuales que tomó una dimensión especial con el confinamiento. “Nos encerramos una semana entera, día y noche, programando, y al final dimos con una solución”, rememora el director ejecutivo. En abril lo pusieron a prueba junto a la Cámara de Comercio de Barcelona. “A raíz de este proyecto nos surgieron cuatro más. De cada uno de esos cuatro, dos más… Y ha sido algo muy boca a oreja”. En la actualidad, 12 personas trabajan en la empresa, que ya tiene beneficios.
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