Iberdrola vende a Siemens su 8% de Gamesa con unas plusvalías de 500 millones
La compraventa asciende a 1.100 millones al valorar en 20 euros cada título del fabricante de aerogeneradores
Siemens e Iberdrola han firmado la paz. La lucha entre ambas sociedades se ha terminado con la venta de la participación de Iberdrola, el 8,07% a la multinacional alemana que pasará a tener el 67% de los títulos. Una operación por la que la eléctrica ingresará en torno a 1.100 millones de euros, según el hecho relevante que la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán ha remitido a la CNMV. La compraventa, que se consumará este miércoles, supone unas plusvalías para Iberdrola de entre 400 y 500 millones de euros, según fuentes del mercado que hacen referencia al valor con el que esta participación figura en los libros de la eléctrica.
La gestión de Siemens Gamesa había enfrentado a las dos empresas en los tribunales. La firma vasca, acusaba a la alemana de puentearles en el Consejo de Administración, al no someter a su consideración decisiones de inversión millonarias con el argumento de "no paralizar la compañía". La operación se ha cerrado a un precio de 20 euros por título, lo que supone una prima de cerca del 27% sobre el cierre de la cotización de este martes de Siemens Gamesa.
Como contrapartida, Iberdrola se compromete a sellar la paz judicial y a retirar todas las demandas que había interpuesto contra la alemana. La relación entre las dos empresas apenas si ha durado cuatro años desde que en 2016 se decidiera la fusión. La eléctrica no podrá comprar acciones de la eólica en los próximos dos años.
El acuerdo supone que Iberdrola Participaciones (filial de Iberdrola) dejará de ser accionista de Siemens Gamesa y deja de tener el consejero dominical con el que contaba en Siemens Gamesa.
El pacto que cierra la tormentosa relación que han mantenido la empresa española y alemana no lleva consigo el final de la relación comercial. Iberdrola seguirá suministrando equipos. No obstante, sí que hay puntos que quedan por dilucidar. Uno de estos asuntos que a partir de ahora queda en el aire es el mantenimiento de la sede de la empresa fruto de la fusión, que ahora está en el País Vasco.
