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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Un banquero trotamundos para superar el fiasco de la fusión con el BBVA

El Sabadell confía su futuro a César González-Bueno, un ejecutivo que acumula experiencia en la banca tradicional y la digital

César González Bueno, en 2019.
César González Bueno, en 2019.BERNARDO PÉREZ
Miguel Ángel Noceda

Hace aproximadamente año y medio César González-Bueno dejaba, de forma sorpresiva la presidencia de la sucursal para España y Portugal de ING, grupo al que se había reincorporado después de haberse ido del comité de dirección global del banco y de dirigir la división de Europa también sorpresivamente seis años antes. Así ha transcurrido la vida profesional de este trotamundos de la banca que acaba de incorporarse al Banco Sabadell como fichaje estrella para impulsar una nueva etapa de la entidad tras haberse frustrado su fusión con el BBVA. De 60 años, este madrileño ha trabajado en una decena de entidades que le ha permitido acumular una experiencia que le permite combinar la banca tradicional con la moderna digital.

González-Bueno, que tiene el doble grado por la Universidad Pontificia Comillas y es máster en Business Administration (MBA) de la Universidad de Yale, comenzó su carrera como analista del Citibank y trabajó después en la prolífica cantera de Asesores Bursátiles (luego adquirida por Morgan Stanley). Y ya van dos sitios. Pasó a The Boston Consulting Group y continuó en McKinsey, lugares donde se hizo especialista en servicios financieros. Y van cuatro.

Esa experiencia le abrió las puertas de la Argentaria que estaba construyendo Francisco Luzón a partir de la banca pública y con el Banco Exterior como mascarón de proa. Se encargó de los canales alternativos y sistemas de pagos, pero su trayectoria se topó con el cambio presidencial en la entidad que decidió el Gobierno del PP de José María Aznar, que colocó a Francisco González (FG), con el que no encajó precisamente bien cuando este mostraba sus planes estratégicos.

Dejó la entidad entonces semipública en 1998 y se encargó, en el que sería su sexta entidad, de implantar en España la fórmula ING Direct, un nuevo modelo de banca para el que fue elegido por la entidad holandesa. Cumplió las expectativas de sobra, porque seis años después, el banco le incorporó a su sanctasantórum de Ámsterdam como miembro del comité ejecutivo y en 2010 se lo llevó de Madrid para encargarle la dirección del banco para Europa con responsabilidad en 17 países.

Pero en 2011 decidió cambiar de aires e incorporarse a Novagalicia Banco con José María Castellanos (ex Inditex) para dirigir la nueva entidad surgida de la fusión de las cajas gallegas. Y ya van siete. Tras un proceso de reestructuración y de lanzar EVO, un banco directo al estilo ING, la antigua caja se convirtió en Abanca y EVO pasó a manos de Bankinter.

Y, de repente, nuevo salto. Y suman ocho. Esta vez a tierras árabes, en 2014, como primer ejecutivo de Gulf Bank of Kuwait, contratado para modernizar y digitalizar la banca retail de la entidad. Tras un trienio mal contado en la Península Arábiga volvió a aparecer por la Ibérica y de nuevo como abanderado de ING como responsable de España y Portugal. Era la novena aventura, y esta de nuevo con los holandeses, con los que parecía mantener un idilio. En apenas dos años la cuota de mercado de hipotecas se duplicó al igual que los resultados ordinarios. Pero su mando ejecutivo duró poco.

Se fue y parecía que se iba a tomar una etapa sabática, pero se mantuvo en la distancia como presidente del consejo asesor de ING España y Portugal y aceptó cargos de consejero en entidades, entre ellas el TSB, filial del Sabadell en el Reino Unido a la que está ligado desde marzo de 2020, justo el mes del confinamiento por la pandemia. Ya entonces su nombre sonaba para sustituir a Jaime Guardiola, pero la negociación con el BBVA frustró la posible incorporación, que se reavivó tras fracasar la integración.

No obstante, en ese tiempo ha podido familiarizarse con la entidad en la que el patriarca Josep Oliu continuará en la presidencia ejecutiva, al menos durante un tiempo, y donde urge pasar página para olvidarse del fiasco de la fusión. González-Bueno, que en sus años jóvenes (y no tan jóvenes) fue piloto de rallies, será el encargado de diseñar y conducir la estrategia que Oliu quiere tener lista antes del próximo abril sin aceleraciones innecesarias. Experiencia no le falta en lo que ahora está de moda: innovación, digitalización y reestructuración.

Mal año para la Bolsa

Mal año ha tenido Joss Dijsselhof para estrenarse como presidente del consejo de administración de BME y consejero ejecutivo de Six, la firma que compró la entidad española. El informe anual, que tradicionalmente se presentaba en una comida navideña en el palacio de la plaza de la Lealtad madrileña, se ha difundido de forma telemática. Los datos son poco alentadores, aunque el directivo se ha mostrado optimista y ha dicho que las salidas se recuperarán en 2021. Los datos los ratifica un estudio del despacho Baker McKenzie que subaraya que las salidas a Bolsa cayeron un 30% sobre 2019, una tendencia similar en todo el mundo.

Repsol adapta su cúpula directiva

La persona que durante años ha conducido los asuntos institucionales, comunicación y el gabinete de Antonio Brufau y Josu Jon Imaz en Repsol, Begoña Elices, ha aprovechado el cambio que el grupo ha abordado en su cúpula directiva para acogerse a la jubilación. Repsol, que lleva ya años virando hacia las energías verdes sin olvidar sus orígenes petroleros, ha nombrado Arturo Gonzalo para el cargo. Además, Luis Cabra será adjunto a Imaz para Transición Energética, y Juan Abascal, Victoria Zingoni, Valero Marín y Carmen Muñoz estarán en el comité ejecutivo.

¿Qué opinan los operadores de petróleo?

 La Asociación de Operadores de Petróleo (AOP), que preside Luis Aires, se ha mantenido en una postura muy prudente en la polémica sobre el fondo eléctrico aprobado por el Gobierno el martes. Sus socios tampoco se habían manifestado hasta que Josu Jon Imaz, consjero delegado de Repsol, se desató en una comparecencia en el IESE Business School y dijo que es para “pagar los fondos de inversión, en algunos casos especulativos” que invirtieron en el pasado y”las fiestas pasadas de las eléctricas”. Consecuencia, lo va a pagar el consumidor.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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