Japón lanza una tercera ronda de estímulos para paliar los efectos de la pandemia

Ahora que las primeras vacunas comienzan a inocularse en los ciudadanos de a pie, Japón recurre también a las inyecciones, en este caso de capital, para blindar su economía frente a los efectos de la pandemia. El gobierno nipón ha puesto en marcha una nueva ronda de estímulos por valor de 73,6 billones de yenes (580.000 millones de euros). Se trata de la tercera hasta la fecha, cuya cuantía conjunta asciende a 308 billones de yenes (2,4 billones de euros), uno de los programas más robustos del mundo equivalente al 60% del PIB nacional.

El paquete, anunciado por el Gabinete en la tarde de ayer, incluye 40 billones de yenes (320.000 millones de euros) en gasto fiscal directo; así como garantías crediticias y facilidades en la obtención de préstamos para aquellas pymes que han visto mermada su actividad. “Mantendremos el empleo, la marcha de los negocios, reviviremos la economía y abriremos un camino hacia el crecimiento también a través de tecnología verde y digital”, declaró el primer ministro Yoshihide Suga durante una reunión de su gobierno. El mandatario también adelantó que esta nueva medida contribuiría a expandir el PIB nipón en 3,6 puntos porcentuales.

La Administración movilizó 117 billones de yenes (casi un billón de euros) el pasado mes de abril, cantidad que duplicó un mes más tarde. La amenaza era de aquella idéntica a la actual, también las prioridades. “Debemos proteger los negocios y el empleo por todos los medios ante el duro camino que tenemos por delante”, sentenció el por entonces primer ministro Shinzo Abe. Esta tercera iniciativa es la primera impulsada por Suga, que accedió al cargo en septiembre tras la dimisión de su predecesor por problemas de salud.

A diferencia de las anteriores, centradas en apaciguar el corto plazo, esta nueva ronda de estímulos dibuja frentes de acción prioritarios en un mundo pospandemia. Así lo refleja el fondo de 2 billones de yenes (15.800 millones de euros) destinado a incentivar la inversión en proyectos que faciliten la consecución de la neutralidad de carbono para el año 2050, compromiso adquirido por Suga en octubre. Otro billón de yenes (7.900 millones de euros) irá dirigido a acelerar la transformación digital del país.

El Ejecutivo, en cambio, no ofreció detalle alguno respecto a cómo planea costear estas medidas. Una fuente gubernamental citada por la agencia Reuters apuntaba que podría aprobar lo que supondría el tercer presupuesto extraordinario del ejercicio actual. Asimismo, la bajada de ingresos fiscales podría hacer necesaria la emisión de bonos soberanos por valor de hasta 15 billones de yenes (120.000 millones de euros); lo que añadiría aún más presión a una enorme deuda pública, sin paragón entre las economías avanzadas, que dobla en tamaño a su economía.

El gobierno, en cualquier caso, sabe que para ello cuenta con el apoyo incondicional del banco central. A finales de abril el Banco de Japón se comprometió adquirir tanta deuda pública como fuera necesario para mantener bajo control los costes de financiación del país. “La situación actual puede tener efectos negativos mayores a la caída de Lehman Brothers”, apuntó entonces su gobernador, Haruhiko Kuroda. “El Gobierno y el banco central necesitan trabajar juntos, en particular en un momento como este”.

Una recuperación amenazada

El PIB nipón rebotó en el tercer trimestre del año un 5% tras dejarse un 7,8% en el anterior, su peor desplome en siete décadas. Este positivo resultado, que puso fin a tres trimestres consecutivos en números rojos, respondió a una mejoría en el consumo privado y las exportaciones a medida que el país se recupera de las secuelas de la pandemia.

La tercera oleada del virus, no obstante, amenaza con devolver a la tercera economía mundial a la recesión. Japón registró hoy miércoles el día con más positivos hasta la fecha, con 2.746 nuevos casos de covid-19. El número total de infecciones permanece por debajo de los 170.000, evidencia de la eficaz gestión de las autoridades. Las perspectivas del Fondo Monetario Internacional apuntan que su PIB cerrará el año con un una caída del 5,3%, mientras que en 2021 repuntará un 2,3%. Las vacunas y los estímulos ayudan, pero el fin todavía no ha llegado.