El Tribunal de Cuentas de la UE advierte de que el fondo de recuperación será insuficiente si la economía sigue cayendo
El organismo lamenta de la renuncia de los Veintisiete a un fondo común para salvar empresas implica el “riesgo” de “quiebras masivas” y “compras hostiles” por parte de grupos extranjeros
La inyección de la primera vacuna en el Reino Unido ha encendido la luz al final del túnel, pero no ha despejado aún todas las sombras. El Tribunal de Cuentas de la UE advierte de que el monto y la estructura del fondo de recuperación, de 750.000 millones de euros, podría tener que ser “reevaluado” si la economía sigue contrayéndose. La institución con sede en Luxemburgo avisa también en su último informe que la renuncia por parte de los Veintisiete a crear un fondo para rescatar empresas mantiene el “riesgo” de posibles “quiebras masivas” y “compras hostiles” de empresas por parte de competidores extranjeros que puedan “socavar el buen funcionamiento del mercado único”.
La Unión Europea saca pecho por su respuesta ante esta recesión económica. En el ámbito comunitario, los Veintisiete han aprobado por un paquete de emergencia de 540.000 euros y, si esta semana logran atar un acuerdo, un plan de recuperación de 750.000 millones que incluyen subsidios. El temor de Bruselas está, sin embargo, en la respuesta nacional. La Comisión Europea dio barra libre a los países para usar todo el margen fiscal que necesiten y dar ayudas a empresas en apuros. Y ahora trata de ver hasta qué punto esas medidas han podido ser desiguales.
El Tribunal de Cuentas examina ambos pilares: expresa sus temores respecto al trabajo de las capitales y advierte sobre los puntos débiles de los planes comunitarios. Según el informe del Tribunal de Cuentas, en la UE se han puesto en marcha 1.250 medidas fiscales, por valor de 3,5 billones de euros. De este monto, el 59% corresponde a avales y garantías, que es de lo que más han tirado España o Francia. El organsimo cree que las diferencias en esa respuesta y en las distorsiones creadas por las ayudas Estados pueden ser dos de los cuatro factores, junto a un elevado desempleo y una baja inversión, que lleven a una mayor divergencia económica y un escenario de bajo crecimiento a largo plazo.
En concreto, los auditores destacan que las mayores contracciones de la economía se están produciendo en tres de los países con mayor nivel de endeudamiento: España, Grecia e Italia. Por ello, también plantean como uno de los principales desafíos futuros que el regreso a la estabilidad fiscal, con “las actuales o nuevas normas”, no dañe ni la recuperación ni la sostenibilidad financiera.
El Tribunal de Cuentas, no obstante, también aprecia varios riesgos en el paquete europeo de recuperación. La auditora Ildikó Gáll-Pelcz explicó en una videoconferencia que esos planes están elaborados de acuerdo con las previsiones económicas de la pasada primavera de 2020. Entonces, se preveía una contracción de la zona euro del 7,7% para este año y un crecimiento del 6,3% para 2021. La Comisión las ha ido corrigiendo. No espera un empeoramiento substancial para este año (-7,8%), pero sí una expansión más lenta, del 4,2% para el próximo ejercicio. En España, las diferencias son mayores: ahora se prevé una caída más abrupta (-12,4% en 2021) y una remontada más suave (+5,4%) que en primavera.
Riesgo de absorción y de calidad de las reformas
Gáll-Pelcz afirmó que el contexto económico dependerá de factores como la vacuna o las medidas de restricción que todavía deban imponerse, pero consideró que, si los riesgos a la baja se materializan, los fondos aprobados podrían ser insuficientes. Sin embargo, no todo acaba en la cuantía. El informe apunta también a los riesgos en que los recursos lleguen a tiempo, en la capacidad de los países de absorberlos y en la calidad de las inversiones y las reformas que lleven a cabo los países.
El Tribunal de Cuentas europeo también lamenta que los Veintisiete finalmente decidieran no seguir adelante con un instrumento para garantizar la solvencia empresarial, que debía llegar hasta 300.000 millones de euros. De entrada, eso reduce ya el impacto del estímulo, pero considera que eso no permite afrontar el “riesgo” de “bancarrotas masivas” o “compras hostiles” por parte de grupos extranjeros al que podrían verse abocados algunos países cuando retiren las medidas temporales para proteger sus economías.
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