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La misión del FMI en Argentina, confinada por coronavirus

Su jefe, el economista venezolano Luis Cubeddu, da positivo de la covid-19 en Buenos Aires

Enric González
El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa (segundo a la izquierda) se reúne con una delegación del Fondo Monetario Internacional, el pasado viernes.
El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa (segundo a la izquierda) se reúne con una delegación del Fondo Monetario Internacional, el pasado viernes.MAXIMILIANO VERNAZZA (EFE)

La misión del Fondo Monetario Internacional en Argentina se ha visto obligada a confinarse. Su jefe, el economista venezolano Luis Cubeddu, contrajo la covid-19. Un portavoz de la institución en Washington declaró que la misión cumpliría “los protocolos de aislamiento” y que las negociaciones para reestructurar la deuda argentina proseguirían según lo previsto, aunque de forma telemática. El ministro de Economía, Martín Guzmán, y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, que habían celebrado reuniones con Cubeddu y su equipo, se sometieron a hisopados con resultado negativo.

Argentina, cuya deuda con el FMI asciende a 44.000 millones más 5.000 de intereses, espera conseguir un aplazamiento que le permita iniciar el repago no antes de 2024. Según el ministro de Economía, Martín Guzmán, la negociación se desarrolla “de forma constructiva” y debería concluir positivamente a principios de 2021. Pero existe un tabú: la palabra “ajuste”. El FMI reclama al gobierno argentino un esfuerzo para reducir el déficit fiscal, que a causa de la pandemia rondará el 5% del Producto Bruto Interno a finales de año. Es decir, pide más recaudación y menos gasto: un ajuste. Guzmán prefiere hablar de “sustentabilidad presupuestaria”.

El sector político más cercano a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner intentó acotar el margen de maniobra de Guzmán con una carta dirigida al FMI el pasado fin de semana. En el texto, los senadores del Frente de Todos requieren al FMI que “se abstenga de exigir o condicionar las políticas económicas de la Argentina para los próximos años”. Los kirchneristas afirman también, sin embargo, que el ministro Guzmán cuenta con todo su respaldo.

El senador Óscar Parrilli, presidente del Instituto Patria (cuartel general de la vicepresidenta y ex presidenta), dijo el lunes que la deuda con el FMI había sido contraída por el anterior jefe del Estado, Mauricio Macri, con fines puramente electorales. “La deuda del FMI es la deuda de la campaña de Macri”, afirmó. Y añadió: “El FMI siempre pide ajuste y le pedimos que termine con esa política porque es la causante de las crisis que tenemos”. En su carta, los senadores kirchneristas no sólo rechazan la imposición de condiciones: piden una reducción de los intereses y “un plazo de amortización en varias décadas”.

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