Uber Eats salva el negocio de Uber en un año con el transporte congelado

La mayor empresa de taxis sin coches del mundo ha virado su negocio hacia el reparto de comida a domicilio tras el parón de la movilidad provocado por la pandemia. En los nueve primeros meses del año, los ingresos de la compañía han caído un 11,5% respecto a los registrados un año antes, hasta los 8.900 millones de dólares (7.500 millones de euros), debido al hundimiento del transporte de pasajeros. Por su parte, el negocio de Uber Eats se ha duplicado y, tanto en el segundo como en el tercer trimestre, fue el pilar principal de los ingresos de la compañía tecnológica. La empresa destaca España y Japón como los países donde más crecieron las entregas de comida: más del 300%.

“A pesar de la respuesta desigual a la pandemia y una mayor incertidumbre económica, nuestro alcance global, la diversificación y el incansable trabajo del equipo dieron lugar a una mejora constante de los resultados, con una disminución total de los ingresos brutos de la empresa de solo el 6% interanual en septiembre”, comenta en las cuentas presentadas este viernes Dara Khosrowshahi, director ejecutivo de Uber.

Los resultados arrojaron unas pérdidas netas de 5.800 millones de dólares en los nueve primeros meses del año, una mejora del 22% respecto a los números rojos de 2019. La caída habría sido mucho mayor de no ser por el crecimiento de la división Uber Eats, que incrementó sus ingresos un 96% impulsada por los confinamientos y las restricciones de la hostelería, ya que en determinadas circunstancias, tanto en España como en el extranjero, solo se podía consumir a través del reparto a domicilio. En cambio, Uber Rides, la división de transporte de pasajeros, recortó a la mitad su negocio entre enero y septiembre respecto al año anterior.

Sin embargo, el grueso del negocio de la compañía afincada en San Francisco aún se mantiene en la movilidad de las personas en el conjunto los nueve primeros meses del año. De cada 10 dólares que ha ingresado la compañía este año, 6 provenían de Uber Rides frente a 4 de Uber Eats. No obstante, esa diferencia se ha recortado respecto a 2019, cuando el transporte de pasajeros aportó 7,5 dólares de cada 10, frente a 2 del reparto de comida. El motivo es que durante el segundo y el tercer trimestre (abril-junio y julio-septiembre) la mayor parte de los ingresos han llegado desde esta última línea de negocio.

En el tercer trimestre del año, la reapertura de la economía mundial permitió a Uber recomponerse de los meses anteriores. En abril, en el punto álgido de la pandemia, el número de pasajeros cayó un 80% a nivel mundial. “Las reservas brutas de movilidad [Uber Rides] casi se duplicaron con respecto a los niveles del segundo trimestre y los repartos [Uber Eats] volvieron a aumentar hasta el 135% de crecimiento interanual gracias a un creciente ritmo de innovación, que nos permitió lanzar una nueva tecnología de seguridad líder en la industria; ampliar las ofertas de entrega en comestibles y recetas médicas; llevar Uber Green a más de 50 ciudades; y ampliar tanto las suscripciones de Uber Pass y Eats Pass”, asegura Dara Khosrowshahi.

Pese a la mejora del verano, el negocio de la tecnológica fue peor de lo esperado. Según datos de la consultora Refinitiv, citados por Reuters, los analistas calculaban unas pérdidas en el ebitda (resultado antes de impuestos) de Uber en el tercer trimestre que rozasen los 600 millones de dólares, pero finalmente se han cifrado en 625 millones. Antes de la apertura de los mercados, Uber se ha situado con caídas de más de un 3% en la Bolsa de Nueva York tras conocerse los resultados, frente a la subida superior al 2% con la que cerró este jueves.